Cómo mantener la flor de Pascua en perfecto estado más allá de la Navidad
Las flores de Pascua, conocidas también como poinsettias, no tienen por qué limitarse a la decoración navideña. Así lo asegura Stars for Europe (SfE), iniciativa integrada en la campaña ‘Stars Unite a Europe in Bloom’, financiada por la Unión Europea, que destaca el potencial de esta planta para aportar color y vida a los interiores desde septiembre y durante todo el invierno.
Según los expertos de SfE, las variedades otoñales comienzan a encontrarse en las tiendas a partir de septiembre, mientras que las tradicionales rojas llegan a finales de octubre. Con los cuidados adecuados, explican, es posible disfrutar durante más tiempo de sus características brácteas en forma de estrella, disponibles en tonos rojos, crema, rosados o incluso albaricoque.
La clave para una buena conservación empieza en el momento de la compra. Los especialistas recomiendan elegir plantas con un follaje denso y saludable y con pequeñas flores aún en botón en el centro de las brácteas. También aconsejan evitar aquellas que hayan estado expuestas al frío o a corrientes de aire, como las situadas en entradas de comercios o en exteriores, ya que los daños pueden aparecer días después.
Una vez en casa, la ubicación resulta determinante. La poinsettia necesita abundante luz natural, pero sin sol directo, y temperaturas comprendidas entre los 15 y los 22 grados. Un alféizar luminoso puede ser una buena opción durante el invierno, siempre que esté protegido de corrientes de aire. Asimismo, se debe evitar colocar la planta cerca de radiadores, chimeneas u otras fuentes de calor, que pueden resecarla rápidamente.
El riego es otro de los aspectos fundamentales y, a menudo, uno de los principales errores. Desde SfE recuerdan que es preferible dejar secar ligeramente el sustrato entre riegos y evitar que quede agua estancada. Para comprobar la humedad, recomiendan introducir un dedo unos centímetros en la tierra o levantar la maceta: si está muy ligera, es el momento de regar. El riego puede realizarse desde arriba, eliminando el exceso de agua tras unos minutos; desde abajo, dejando que el sustrato absorba el agua del plato; o por inmersión, una técnica útil cuando la tierra está muy seca o en el caso de plantas de pequeño tamaño.
Además de su uso como planta ornamental, la flor de Pascua también puede emplearse como flor cortada. Los expertos señalan que es una alternativa económica y elegante que puede mantenerse hasta dos semanas si se cuida correctamente. Para ello, aconsejan sumergir el tallo recién cortado durante unos segundos en agua caliente, a unos 60 grados, pasarlo después por agua fría y colocarlo en un jarrón con agua fresca.



















