Fernando Pozuelo reinventa el jardín como experiencia para todos los sentidos, más allá de la belleza tradicional
El reconocido estudio Fernando Pozuelo Unique Landscapes, vuelve a poner el foco en la dimensión más profunda del jardín: su capacidad de hablar al alma y la tendencia cada vez más buscada de crear paisajismos multisensoriales, espacios diseñados más allá de lo visual u olfativo, que son los sentidos más evidentes, para que sean capaces de emocionar, sanar y dejar huella. Para el premiado estudio español, “el entorno natural se diseña como una experiencia completa y los sentidos son como los pinceles sobre un lienzo. Un jardín no se observa: se habita. Cada sentido encuentra su lugar”.
“Cuando hablamos de multisensorialidad, hablamos del cliente. De su contexto emocional, cultural, espiritual. Cada paisaje es único porque cada persona lo es. Y diseñar un jardín multisensorial es proyectar esa unicidad al paisaje”, afirma Fernando Pozuelo, fundador y CEO del estudio.
El sonido se integra a través del agua, el viento, las hojas que susurran o el murmullo de los frutos secos al caer. Los aromas se seleccionan entre especies, creando atmósferas memorables. El tacto se trabaja con las texturas cuidando los caminos, plantas, piedras, incluso con recorridos diseñados para personas invidentes o con diversidad funcional. El sentido de la vista más allá de lo obvio con las formas y colores se estimula con el movimiento, tanto físico como energético: esculturas móviles, faroles, estructuras que bailan con el viento o espejos de agua que reflejan el paso del tiempo. Por último, y a menudo olvidado, el sentido del gusto también tiene lugar en sus composiciones sensoriales. Ya sea a través de árboles frutales integrados estéticamente, rincones de aromáticas comestibles o incluso zonas destinadas al té o a la recogida de bayas, el gusto refuerza la conexión con la tierra.
“Un paisajismo que se puede saborear nos devuelve la humildad de lo esencial. Una frambuesa al sol, una hoja de menta recogida con las manos… eso también es diseño. Eso también es belleza”, resume Pozuelo.
Diseño humanista frente al jardín ‘solo’ decorativo
Frente a las modas superficiales del paisajismo estético, Fernando Pozuelo propone una tendencia que es la vuelta al origen: al claustro, al paseo, al jardín zen, al bosque del alma. Esta propuesta no es nostálgica, sino profundamente contemporánea. “La tecnología avanza, las prisas, la globalización, la polarización social… por eso hay que regresar a lo esencial. Diseñar un espacio exterior multisensorial es una forma de mantener viva la conexión con lo humano. Es volver a vivir como se ha vivido siempre, pero en diálogo con el futuro”. En este sentido, un entorno natural es mucho más que vegetación y forma, también es relato, simbología y espiritualidad. Desde geometrías sagradas basadas en los ciclos lunares y solares, hasta mensajes encriptados en esculturas o palabras ocultas entre los senderos, sus obras están llenas de capas de lectura.
Cocreación: cuando el cliente deja huella
Para Pozuelo, el paisajismo no se impone al cliente: se crea con él. “Cada cliente pone una parte de sí en el proyecto. Yo aporto mi visión, ellos su historia. De esa fusión nace el jardín”, explica. Esta visión se ha aplicado incluso con niños con capacidades diferentes, con quienes ha creado elementos participativos, demostrando que un diseño puede ser inclusivo, educativo y artístico al mismo tiempo. Este nivel aporta una nueva dimensión, permitiendo alejarse de lo obvio y superficial.
Además, la composición multisensorial, tiene también vocación de legado. Es testimonio, mensaje, ‘piedra roseta’ para generaciones futuras. Hay una intención, una historia, un símbolo, un mensaje… ese espacio deja de ser un jardín y se convierte en filosofía, convivencia, salud...
Para Fernando Pozuelo, el diseño sensorial no es una moda, sino un camino natural y necesario. “Veremos más entornos naturales orientados a la contemplación, la sanación, la espiritualidad. Porque ese es nuestro camino de vida. Si estamos aquí para sembrar belleza y verdad, el jardín es el lugar donde eso florece. Nuestra propuesta es que el propio espacio se convierta en obra de arte que conmueve”.


















