Proyecto de Intervento

La iluminación del museo de escultura al aire libre de la Castellana

Intervento14/06/2023

El proyecto para la construcción del puente de la Castellana fue redactado por los ingenieros Alberto Corral López Dóriga, José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón y aprobado en 1968. Junto con el artista Eusebio Sempere, en sintonía con la tendencia de acercar a la ciudadanía al arte contemporáneo, se decidió crear un museo de escultura al aire libre en el que estarían presentes obras de relevantes figuras del panorama artístico nacional.

‘La sirena varada’ de Chillida es la pieza icónica de este museo urbano. La iluminación se centra en la escultura evitando sombras dobles con luz blanca, pero con diferente temperatura de color. Foto: Intervento.

La materialización no estuvo exenta de dificultades al vetar el ayuntamiento durante la etapa del alcalde Arias Navarro, bajo una supuesta dificultad técnica, la instalación de la ‘Sirena varada’ de Chillida. Sin embargo, el alcalde José Luis Álvarez en 1978 tomó la decisión de colgarla definitivamente en su emplazamiento original, tras haberse realizado un profundo estudio de las condiciones técnicas de la obra de ingeniería. La ‘Sirena varada’, con sus 6.150 kilos de hormigón quedó por fin instalada el 2 de septiembre de 1978.

El estudio de la iluminación museográfica y propuesta de la mejora de la iluminación monumental de este espacio fue encargado a Intervento por la D.G. de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, coincidiendo con la reciente reforma urbanística del entorno.

La primera decisión que se tomó desde el estudio fue rescatar la iluminación de origen consistente en una serie de casetones empotrados en la cara inferior del tablero del puente, en cuyo interior se hallaban instaladas luminarias de fluorescencia tradicional. Obviamente, esta iluminación resultaba insuficiente, pero el equipo consideró que formaba parte de la imagen original del puente de finales de los años 70 y, por tanto, se propuso su adecuación a tecnología LED, así como la sustitución de los plafones de policarbonato opal ya deteriorados o desaparecidos.

En ‘Unidades yuntas’ de Serrano se aprecia la luz cenital, que se centra en estos núcleos. Foto: Intervento.

Por otro lado, para asegurar el suficiente nivel de iluminancia y uniformidad sobre el pavimento transitable bajo el puente, en los casetones de mayor tamaño, se añadieron dos líneas de luz continúas compuestas por luminarias de óptica extensiva mejorando notablemente el ambiente visual nocturno. La longitud de estas líneas dependía también de la altura sobre el suelo.

Estos dos sistemas de iluminación general: huecos y distribución simétrica de luminarias lineales, quedaban integrados en la estructura del puente, ya que no dejaba de ser el ‘techo’ del museo de escultura.

Junto con ello se planteó la iluminación de las esculturas eligiendo cuidadosamente la posición de focalización, de modo que se aproximara a lo que se puede considerar como la dirección principal de observación de las mismas. Obviamente al no tratarse de escultura figurativa la elección de dicha dirección no deja de tener un punto de subjetividad en el planteamiento.

En ‘Al otro lado del muro’ de JM Subirach se ha practicado una focalización precisa contenida en el muro, de modo que no se observen sombras arrojadas sobre el pavimento. Foto: Intervento.

Por otro lado, existe una restricción derivada del posicionamiento de las esculturas, en relación a los puntos desde donde es posible proyectar. Para la iluminación de las piezas ubicadas fuera de la superficie cubierta se estudiaron y probaron distintas ubicaciones de los proyectores para seleccionar las más convenientes.

Las focalizaciones realizadas fueron, en muchos casos, muy intensiva, especialmente en aquellas piezas acabadas en tonos oscuros. En algunas de las esculturas se emplearon distintas temperaturas de color acorde al material, acabado superficial y morfología de la pieza. Por último, la intervención se remató instalando un sistema de iluminación dinámico en la cascada de láminas de agua, diseñada por Eusebio Sempere, a base de módulos de hormigón blanco con formas onduladas, que refuerza los efectos de luz y movimiento propios de la obra.

La pieza de Gerardo Rueda ‘Volumen, relieve, arquitectura’ necesitaba un tratamiento especial, porque el público no la identifica como una obra expuesta sino como parte de la infraestructura urbana. Para ello, un haz de luz vertical se suma sobre otro plano vertical desde una posición más frontal y algo oblicua, que permite distinguir los planos del paramento del fondo. Foto: Intervento.

Todas las luminarias son regulables de forma individual, lo que posibilita adecuar los niveles y uniformidad de la iluminación general a las distintas alturas que existen bajo el puente; mientras que en la iluminación museística genera una tensión y orden visual en el conjunto y presentación de las piezas.