Diseño de iluminación según los preceptos de la tradición japonesa
Lamp aporta sus luminarias al proyecto de iluminación del restaurante Saisho Original Teppanyaki, en México. Este local nace como homenaje a la gastronomía y las tradiciones japonesas, a través de un concepto de restaurante similar a los populares bares izakaya. Estos bares son lugares donde se suele ir después de trabajar para tomar algo y degustar platos típicos de la cocina japonesa.
Uno de los objetivos de los responsables del Saisho Original Teppanyaki es ofrecer a sus clientes una experiencia gastronómica, donde se cree un buen ambiente para cada una de las personas que les visitan. La iluminación es un elemento fundamental en la creación de ambientes, por eso, para este proyecto, se ha llevado a cabo un diseño de iluminación que se integra y a la vez contrasta con el resto de elementos que componen el espacio.
Este papel de la iluminación en la creación de ambientes es todavía más relevante en la cultura japonesa, donde la luz en los espacios forma parte de una tradición centenaria, que responde a una estética y filosofía muy concretas. Así que el diseño y luminarias elegidas para este proyecto de iluminación están pensados para servir a esa creación de un ambiente específico que se enmarca en la tradición japonesa.
Filosofía del proyecto
El restaurante Saisho Original Teppanyaki traslada un método típico de la cocina japonesa, como es el teppanyaki (cocinado a la plancha) al otro lado del océano Pacífico: a la ciudad de Mazatlán, en el estado de Sinaloa en México. Desde el respeto a la tradición culinaria japonesa y al producto local, la intención de este nuevo restaurante es crear un ambiente único y agradable para todos los comensales.
La obra de renovación en 2021 se realizó a cargo del estudio AQA Diseño y Construcción y, en consonancia con la intención de los responsables del restaurante, ha pretendido ser un homenaje a la cultura japonesa y sus tradiciones. De ahí que el elemento central del espacio sea, como ocurre en los izakayas, la barra, desde donde no solo se sirven las bebidas, sino que también se cocinan los platos. Además, se han utilizado técnicas como el shou-sugi-ban para termo-tratar la madera de cedro que es, junto a la barra, el concepto generador del espacio.
El arquitecto de este proyecto, encargado también del diseño de la iluminación, ha sido Edgar A. Campos. La luz se ha utilizado como el medio principal para generar dramatismo en el ambiente. Éste se construye a través de una iluminación que contrasta con los elementos que componen el espacio, principalmente la barra-cocina y las mesas individuales, de modo que se destaca el corazón del restaurante y, a la vez, se ofrece una experiencia única y personal para los comensales.
En este proyecto de iluminación se han utilizado luminarias de acentuación puntuales para las mesas, mientras que en la iluminación general se ha utilizado una luz difusa, casi residual, para las circulaciones e iluminación indirecta, que proviene de los planos superficiales de plafón. Se consigue así separar elementos y generar sensaciones de distintas alturas.
Esencia de la iluminación japonesa
La iluminación en la tradición japonesa puede considerarse todo un arte. En esta tradición destaca el ambiente generado por medio de materiales y texturas, una misión en la que la iluminación cumple una función muy importante. De este modo, puede encuadrarse dentro de una sensibilidad estética denominada shibui, que se caracteriza por evitar la ostentación, aunque también por el refinamiento y la elegancia. En el shibui prima la sencillez, la sutileza y un concepto de belleza no intrusiva.
Mientras que en la tradición occidental de la iluminación encontramos grandes luminarias, con esos enormes ‘chandeliers’ que convierten la noche en el día, en la tradición japonesa la luz acompaña a la noche. Su función es ayudar a disfrutar la noche por lo que es ofrecer la luz mínima, para poder funcionar en la oscuridad, pero sin alterar el ambiente sosegado que ofrece la noche.
Aunque, en ocasiones, de manera inconsciente, la iluminación juega un papel fundamental de cara a los usuarios, que buscan en estos espacios una experiencia gastronómica diferente a la que puedan tener en sus hogares.
En un restaurante, la comida tiene el papel protagonista, pero otro elemento clave es el ambiente que se crea a la hora de degustar esa comida. La iluminación es crucial en la creación del ambiente que se quiere transmitir y, por ello, se debe adaptar tanto al tipo de local que sea como a las diferentes horas del día o al entorno social. Se trata de crear una experiencia gastronómica única en la que el comensal esté cómodo y quiera volver a disfrutar de ella.
En un estudio para el Insitut Paul Bocuse se concluyó que la iluminación en los restaurantes tiene principalmente dos roles: por un lado, enfatiza el ambiente, el espacio y la estética del lugar, y por otro, ayuda a promover ciertas actividades en el establecimiento. Por ejemplo, una luz cálida invitará a una experiencia gastronómica pausada y relajada, además de invitar a una relación más directa y familiar entre los comensales y los trabajadores. Por el contrario, una luz más brillante invita a la toma de decisiones rápida y a las interacciones cortas.
Además, la iluminación también cumple otras funciones como definir las diferentes áreas del espacio, contribuir a la seguridad e higiene del restaurante, o incluso a mejorar la apariencia de la comida y hacerla así más apetecible.
Soluciones lumínicas aplicadas
En este proyecto de iluminación se ha optado por las luminarias de interior Moody, una familia de downlights empotrables LED que, a través de sus diferentes ópticas genera diferentes ambientes lumínicos, a través de un solo equipo de iluminación. Una de las funciones principales es generar unas ‘islas de luz’ que acentúan las propias mesas donde se cocina el Teppanyaki, con un gran ángulo de apantallamiento, para observar el efecto lumínico, evitando deslumbramientos.
Por otro lado, también se utiliza para iluminar el área de preparación de alimentos, que se trata de un área abierta y totalmente integrada en el espacio, y sin embargo delimitada virtualmente por el tratamiento lumínico de esa zona. El accesorio antideslumbrante Honeycomb de la luminaria Moody mejora el confort lumínico en estas zonas.
La temperatura de color cálida, realzan las características propias de los materiales que conforman el espacio, fundamentalmente maderas en diferentes tonalidades y piedras en todo oscuro. Mientras que las superficies metálicas generen un juego a base de reflejos que enriquecen el ambiente lumínico del espacio.
Mientras que el aporte de los cajeados de luz cenitales en el techo ayudan a realzar los volúmenes geométricos del espacio, aportando una luz difusa en las zonas de paso y ayudando a diferencias y jerarquizar los espacios destinados a los comensales, potenciando la sensación de privacidad e intimidad, creado una ‘separación’ entre áreas, a través de este juego de luces y sombras.