Entrevista a Maria Perdomo, Arkitekt Msc en INCUBE Architecture

Arquitecta de formación y especializada en iluminación, Maria Perdomo afirma que es imposible hablar de arquitectura sin hablar de luz. Sus inquietudes y la continua exploración la llevan a trabajar en proyectos multifuncionales, pero siempre con la luz y la innovación como pilares fundamentales. Hoy, tras pasar por diferentes países, desempeña su trabajo en Oslo, donde forma parte de INCUBE.

Si me atengo a la descripción clásica soy colombiana, madre y arquitecta. Estudié arquitectura en el Politécnico de Milán y obtuve un máster en Tecnología de la Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Sin embargo, no me gusta etiquetar mi profesión, ya que ésta atiende a aspectos muy diferentes. Desde el comienzo, mi práctica profesional ha sido muy fluida. He trabajado en cinco países diferentes y en cada uno de ellos en despachos con prioridades que van desde el planeamiento urbano hasta el diseño de interiores. Lo que más me interesa es la exploración de nuevas maneras de pensar y de concebir el proyecto de diseño -ya sea arquitectónico, de iluminación o de producto-, con el objetivo, de generar espacios más humanos, mejor pensados y que respondan a las necesidades de los usuarios presentes y futuros. Esta continua exploración es lo que rige mi carrera y la que hace que, en la práctica, trabaje en proyectos multifuncionales, con muchas facetas y con dos pilares fundamentales para mí: la innovación y la luz.

En mi opinión, es imposible hablar de arquitectura sin hablar de luz. Mi interés por la luz nació de la mano a mi interés por la arquitectura, es decir, desde muy joven. Durante mis estudios en Italia, Barcelona o Suecia, siempre procuré adquirir más conocimientos técnicos sobre la luz y su integración en el proyecto arquitectónico. Sin embargo, tengo que decir que fue con la verdadera práctica, con la fundación de nuestro despacho de arquitectura e innovación en Oslo, cuando comencé a encajar todas las piezas y a entender el alcance de la correcta proyectación lumínica en nuestros proyectos y su impacto sobre nuestros clientes.

Nuestro trabajo con la luz empieza desde las primeras fases del proyecto. La mayoría de nuestros proyectos están situados en Noruega. La Luz juega un papel importantísimo. Durante el invierno puedes llegar a tener sólo 6 horas de luz y por tanto es fundamental que cualquier proyecto que emprendamos haga el mejor uso de estos recursos. Del mismo modo, la iluminación artificial, es igual de importante. Dadas las bajas temperaturas y a la oscuridad, pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en el interior, esto hace que el proyecto de iluminación natural se desarrolle de la mano a la planeación de la luz artificial y estrechamente ligados al uso de los espacios y al emplazamiento del edificio en el conjunto de la ciudad o del paisaje. Nunca nos olvidamos de que cada línea que dibujamos genera cambios drásticos en el territorio en el que estamos interviniendo y en los usuarios de nuestros proyectos. Cada decisión que tomamos se hace con suma responsabilidad y conciencia. Cuando hablamos de luz natural, entendemos el impacto de nuestras decisiones en la salud y el bienestar de nuestros clientes y en la percepción de los espacios que queremos generar. Cuando hablamos de luz artificial tratamos de crear espacios inspiradores, acogedores y prácticos que contrasten con los paisajes exteriores fríos, y además siendo siempre conscientes, de que no sólo estamos iluminando artificialmente el interior sino que, con tantas horas de oscuridad, nuestra intervención forma parte del paisaje nocturno existente, que también tiene que responder a las necesidades propias del lugar y contribuir al tejido de la ciudad y adaptarse a sus complejidades.

La luz define incontables aspectos de nuestros proyectos desde sus primeras fases. El emplazamiento, la distribución interior, los materiales usados, el mobiliario, todos los elementos de nuestros proyectos están pensados alrededor de la luz, ya sea natural o artificial. Desde el inicio planteamos una estrategia lumínica clara, tanto de luz natural como de luz artificial, pensando no sólo en el interior sino también en la percepción exterior de nuestros proyectos. Al mismo tiempo, encuadramos los espacios en los que queremos concentrarnos y dedicar más tiempo de proyectación con el objetivo de resaltar algún elemento arquitectónico o de dar más valor a nuestros clientes.

Me siento más cómoda en proyectos que me permiten explorar diferentes aspectos del diseño trabajando con equipos pluridisciplinares y con clientes dispuestos a innovar y comprometerse totalmente en el proceso. Es decir, proyectos en donde podamos:

• Colaborar con un equipo de expertos en diferentes campos para generar las mejores ideas para el proyecto. Encuentro muy enriquecedor aprender de otras profesiones y de personas que piensan en términos diferentes a los nuestros.
• Extender nuestro rol más allá del proyecto arquitectónico y ofrecer otro tipo de consultoría a nuestros clientes que esté estrechamente ligados a la globalidad y singularidad de cada proyecto. Estamos convencidos de que muchas veces la respuesta no es siempre construir algo nuevo, y que con otro tipo de estrategias podemos generar valor y ser más sostenibles tanto económica como ambientalmente.
• Desarrollar proyectos en que los clientes nos ofrezcan espacio para generar ideas nuevas, ganar su confianza y emprender conjuntamente mini proyectos explorativos donde podamos explorar materiales o tecnologías nuevas, generar nuestros propios prototipos etc. En Noruega estos proyectos suelen ser de índole pública y entre ellos encuentro un campo sumamente interesante en los proyectos educativos.

Por supuesto, creo que la mejor decisión que he podido hacer en mi carrera es viajar y aprender de otros despachos y otras culturas. Creo que ha sido enriquecedor explorar nuevas maneras de concebir, proyectar y construir. Por otro lado, creo que cada país tiene una relación diferente con la arquitectura, su integración en el paisaje y su impacto en el contexto de la ciudad, por no hablar de cómo los usuarios perciben y usan los espacios. Son aprendizajes que han formado mi manera de pensar y proyectar. Entiendes qué, cada contexto geográfico exige una manera de pensar diferente y que la mejor manera de iniciar un proyecto es escuchando atentamente y haciendo preguntas que van más allá de la arquitectura. Siento un gran interés por entender nuestra relación como seres humanos; con los espacios que modificamos y habitamos, con todo aquello que los hace importantes para nosotros y cómo impactan en muchos aspectos de nuestra vida. El objetivo de cada uno de nuestros proyectos es generar espacios inspiradores y saludables por encima de aspectos puramente estilísticos. Esto hace que todos nuestros proyectos sean sumamente diferentes entre sí.

Tengo familia en Finlandia y siempre tuve un gran interés por la cultura, la arquitectura y el diseño de los países Nórdicos. Llegué a Noruega en 2013 y ese mismo año conocí a mis dos socios; Bjørner Bolle y Trygve Buchardt. El primero un arquitecto con 17 años de experiencia en los mejores despachos de arquitectura nórdicos y el segundo un químico con 40 patentes diferentes a las espaldas. Los dos crearon INCUBE, para ser una incubadora de proyectos arquitectónicos. Rompedores y con ideas innovadoras. Sin duda, no podía perder la oportunidad se ser parte del equipo y llevo desde entonces en el despacho, primero trabajando como arquitecta, luego como socia responsable del área de arquitectura junto con Bjørner Bolle y ahora compagino ese rol con el de directora de una de nuestras empresas sucursales, INCUBE LIGHTING. Tenemos como regla utilizar gran parte de nuestros recursos en investigación e innovación. Una vez nuestras ideas se han consolidado en un producto o un proyecto las independizamos del despacho para que tengan vida propia y construimos un equipo mejor capacitado que nosotros, para que las impulse y las haga crecer.

El reto al que nos enfrentamos todos es el cambio climático y éste nos obliga a realizar cambios importantes en nuestro estilo de vida y en nuestra profesión. Estamos convencidos de que el único futuro posible para nuestras ciudades, es aquel, que sea mucho más sostenible; y eso pasa, en parte, por reducir nuestra huella en el territorio.

En Oslo por ejemplo la población aumentó un 33 % del 2000 al 2018 sin que esto generara un cambio significativo en la huella de la ciudad en el territorio. Esto se traduce en edificios más altos, distancias más cortas entre los edificios y la necesidad de rehabilitar y adaptar los edificios existentes. Esto conlleva, en un país como Noruega, grandes problemas de iluminación natural en el interior de los edificios. La luz natural, ya escasa, se ve diezmada por las cortas distancias y las sombras de edificios de nueva construcción. Por otro lado, en un país con exigentes regulaciones energéticas, los edificios nuevos no pueden exceder un número determinado de metros cuadrados de vidrio y eso genera un impacto grande en la calidad de los espacios interiores.

Cuando hablamos de edificios existentes, muchos de ellos no están preparados para nuestros nuevos usos del espacio; las ventanas no son suficientes o no fueron pensadas correctamente y es complicado que puedan ser re-convertidos y al mismo tiempo nos permitan asegurar los niveles de luz natural que necesitamos para mantener nuestra salud.

Nuestro reto principal en Noruega en lo que respecta a la arquitectura y la iluminación es poder concebir espacios y desarrollar tecnologías que nos permitan ser más eficientes, y al mismo tiempo, que ofrezcan mejores distribuciones interiores, y aseguren los niveles de iluminación natural necesarios para nuestra salud durante todas las épocas de año.

Cuando le pedimos que nos hablara de algún proyecto en el que ha participado y que le haya resultado especialmente gratificante o desafiante, Maria Perdomo lo tiene claro...

Sí, hay uno, nuestro último proyecto en colaboración con el Taller de Estudios Lumínicos de ETSAB que dirige el Dr. Adrià Muros. El proyecto comenzó en el 2019 cuando Obos, una de las constructoras más grandes de Noruega, abrió un concurso en el que planteaba una pregunta clara: ¿Cómo vamos a vivir en el futuro? Dada la dificultad de la pregunta, entendimos que lo que nos interesaba era entender y comprender los aspectos que eran necesarios para que tanto individual como colectivamente, pudiéramos desarrollarnos, como personas y como sociedad. Y qué tipo de cualidades y calidades queremos de nuestras ciudades y de nuestras viviendas.

Dado que trabajamos con luz, entendimos que nuestra respuesta pasaba por plantear un sistema que pueda asegurar espacios mejores iluminados y más sanos en un futuro. Decidimos plantear el diseño de un prototipo híbrido que capte, transfiera y simule luz natural.

La luz natural es captada a través de colectores solares localizados en la cubierta y transferida mediante fibra óptica al interior del edificio. Cuando el sistema no logra captar luz suficiente debido a las condiciones ambientales, climáticas o tecnológicas, éste se encarga de simular la luz exterior en tiempo real o según las necesidades de los usuarios. En el interior, la luz es transmitida a través de una superficie de 2,4 x 2,4 m.

Nuestra propuesta fue aceptada e iniciamos el proceso de desarrollo en marzo del 2021 trabajando estrechamente entre INCUBE LIHTING en Oslo y el TEL en Barcelona, y con la colaboración de Sakma Electrónics en el desarrollo tecnológico del producto, finalizando la primera parte del proyecto en septiembre.

Además del diseño del prototipo, también realizamos todo el diseño de interiores del espacio en donde el elemento está ubicado, ya que entendemos que hay un aspecto emocional y espacial ligado con nuestra percepción de la luz. Decidimos crear un oasis verde en el corazón del edificio, que contrastase con los espacios oscuros y cerrados que normalmente están calizados en estas zonas. Nuestra idea es poder generar un espacio de descanso y de conexión con la naturaleza. Un espacio que se mantenga verde y bien iluminado durante todas las épocas del año. Sin duda, una propuesta desafiante y poco común para cualquier edificio en Noruega.

Este proyecto ha sido particularmente interesante ya que conjuga varios elementos: por un lado tenemos el desarrollo del prototipo con toda la investigación que eso conlleva, el diseño arquitectónico y de interiores, en donde cada mínimo detalle y planta fue especialmente seleccionada, y por último, el proceso de seguimiento y de investigación que realizaremos desde ahora y que tendrá una duración mínima de 3 años. Nuestro proyecto hace parte del OBOS Living Lab: un bloque de pisos en Vollebekk, Oslo con 34 apartamentos de alquiler. Aquí, junto con los vecinos, se explorarán nuevas soluciones y conceptos tecnológicos, sociales y materiales formarán parte de los hogares del futuro. El objetivo es descubrir qué cosas hacen que la vida cotidiana sea mejor, más simple, más ecológica y mas social.

Durante los próximos 3 años podremos incorporar nuevas versiones del prototipo, realizar talleres y encuestas con los usuarios y adelantar un proceso de investigación de la mano de TEL (Taller de Estudios lumínicos de Barcelona) que nos permita entender, muchas de nuestras relaciones con la luz y establecer si la propuesta inicial de simulación es igualmente beneficiosa para nuestra salud y nuestra propia percepción.

(Más información sobre este proyecto en la pàgina x de esta edición de iCandela)