Llum BCN 2020: 25 artistas profesionales y alumnos de 17 escuelas de arte, diseño, iluminación y arquitectura

El barrio del Poblenou de Barcelona es un área de la ciudad que se caracteriza por la convivencia de edificios de usos y épocas radicalmente distintos, que la convierten en narración muda del pasado, el presente y el futuro de la ciudad. Encontramos por un lado restos de edificios industriales de los siglos XIX y XX, que reflejan la actividad principal que se desarrolló en todo este sector hasta poco antes de las Olimpiadas de 1992, algún fragmento de callejuelas con casitas de planta baja y piso previas a la anexión de Sant Martí de Provençals a Barcelona y varios edificios de viviendas de estilo modernista y novecentista siguiendo las directrices de los primeros años de implantación del Plan Cerdà. Por otro lado, como contraste, destacan los altos edificios de oficinas, centros educativos y hoteles fruto de la creación, el año 2000, del ‘distrito 22@’.

Instalaciones ‘Museum of the Moon’ y 'Metamorfosis'. Foto: Víctor Jordá.

Sobre este rico lienzo trabajaron 25 artistas profesionales (16 locales y 9 internacionales) y alumnos de 17 escuelas de arte, diseño, iluminación y arquitectura, transformando la fisionomía del barrio del Poblenou con el lenguaje de la luz.

Este año uno de los elementos más característicos y fotografiado fue la instalación ‘Museum of the Moon’, una reproducción flotante y enorme de la luna sobre el lago del Museu del Disseny DHUB, realizada por el artista invitado Luke Jerram a partir de una fotografía de satélite de alta definición de la superficie lunar.

La fachada del DHUB tuvo como protagonista al artista argentino Julio Le Parc, un nombre fundamental en la historia del arte del siglo XX por su contribución a movimientos como el arte óptico y el arte cinético. Con su trabajo ‘Metamorfosis’, Le Parc quiso transmitir “la idea de secuencia, de aquello que es inestable, del movimiento, la luz, el color, de aquello modulable, de las superposiciones en asociación entre sí y en simbiosis con músicas de mi predilección”.

Otra de las instalaciones más visitadas y controvertidas fue ‘Sol’, de Kurt Henchlanger, que, tras dejar las cámaras y los móviles en bolsas precintadas, envolvía a los visitantes en una oscuridad absoluta dentro del Espai 88 (Pamplona, 88) disparando una serie de flashazos de animaciones abstractas que persistían en la retina, llegando a causar dolor ocular y una angustiosa sensación de pérdida de control y alteraciones de la conciencia y percepción.

El interior del DHUB, también atestado de visitantes, albergó las instalaciones ‘The day we left Field’, de Tundra, y ‘Fiat Lux’, de Antoni Arola. La primera nos presentaba un paisaje de natural vuelto del revés en el que briznas de hierba colgantes servían de lienzo para crear una pintura surrealista en movimiento mediante el uso de lásers. En la segunda nos enfrentábamos a un laberinto inmaterial realizado también con lásers móviles que escondía objetos destacados como esculturas. Frente al museo, en la Plaza de les Glòries, Ledscontrol propuso el espectáculo visual y sonoro ‘Spectometer’, que invitó a los visitantes a bailar bajo un cielo de colores cambiantes.

En el Espacio Simon 100, el colectivo londinense United Visual Artist presentó una de las propuestas más destacadas del festival, ‘Musica Universalis’, un hipnótico instrumento espacial que investiga las resonancias de objetos lejanos de nuestro sistema solar, a través de una serie de esculturas cinéticas, cada una de las cuales contenía una forma esférica y un mecanismo que controlaba una fuente de luz giratoria y un altavoz. La luz emitida en el espacio creaba intervenciones e interacciones con la arquitectura que lo rodeaba.

El estudio creativo Ouchhh presentó ‘Datamonolith IA architectural data sculpture’, un potente monolito de luz instalado en el Parc del Campus Audiovisual del 22@ (Roc Boronat 147), que precisamente quedó inaugurado con este festival. Esta gigantesca escultura digital mezclaba los datos más antiguos que se conocen sobre los orígenes del mundo y la inteligencia artificial para crear arte arquitectónico público.

Otros monumentos de la ciudad, como es el caso de la Fundación Mies van der Rohe, se sumaron a esta iniciativa con sus propias instalaciones. En este caso, el artista invitado fue Mario Pasqualotto que, con su intervención ‘Big Bang Building Light!’, perfiló y multiplicó las líneas del edificio.

Una tendencia al alza en el festival Llum BCN es la realización de instalaciones participativas. Siguiendo este modelo encontramos propuestas como ‘Here be Dragons’, de Futura VR Studio; un videojuego con las últimas tecnologías de captura del movimiento en el que la puntería, agilidad, lógica y capacidad de trabajo en equipo servían para derrotar a un terrible dragón. También Relax&Release de Kimatica reaccionaba al movimiento de los visitantes, en un juego que premiaba la interactividad y la conectividad entre el público con el objetivo de transportarles a un viaje de relajación y liberación.

Instalaciones 'Lluman Lighting Nature' (arriba) e 'In Crescendo' (abajo). Fotos: Víctor Jordá.

Otra instalación muy destacable en este sentido fue ‘El Pati de la Montserrat’, realizada por los alumnos del Màster en Disseny i Producció d’Espais de la UPC, interviniendo un espacio público con columpios luminosos colgados de un voladizo, invitando a la ciudadanía a hacer de la plaza un punto de reunión. Finalmente nos sorprendió por su sensibilidad ‘INK Space Project’, de Pep Camps y Diego Suárez. Esta propuesta permitía al visitante trabajar en conjunto con los artistas de forma manual y con medios analógicos con la luz y el color, vertiendo líquidos tintados sobre una serie de filtros y creando mezclas que, a través de un gran foco, eran proyectadas sobre la fachada de las antiguas cocheras de autobuses de Roc Boronat, edificio a la espera de rehabilitación para acoger la sede de la Casa de les Lletres.

Instalación ‘INK Space Project’. Foto: Víctor Jordá.

Otra de las características de este festival desde que se trasladó al Poblenou que queremos destacar por el interés que nos genera es la de explicar a través del arte lumínico algunos episodios del pasado del barrio con el objetivo de hacer reflexionar al visitante. Un ejemplo de esta edición de 2020 fue ‘Lo Tèxtil’, de Alba G. Corral, un homenaje a todas las mujeres que trabajaron en la histórica Fábrica de Ca l’Aranyó, proyectado en la fachada de la fábrica que hoy preside el campus interior de la Universitat Pompeu Fabra. Otro ejemplo lo pudimos encontrar en la instalación ‘Phosphens’, realizada por los alumnos de Bau Centre Universitari de Disseny, que usando viejos televisores proyectaron un excelente documental denunciando el proceso de gentrificación que precisamente está sufriendo estos últimos años el barrio de Poblenou. Esta última fue una de las ganadoras del premio a la mejor instalación, junto con ‘Vibe Cast’, de la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona, juzgadas por comisarios, artistas participantes y expertos siguiendo criterios tanto artísticos, como técnicos o de eficiencia energética y sostenibilidad.

Finalmente destacamos por su sencillez y efectividad instalaciones como ‘Ona’, de Monica Rikic, Lucía Segurajáuregui y Froch construcciones creativas con la colaboración de Anna Carreras o ‘Cascada de llum’, de Nueveojos. Por ser especialmente emotiva destacamos ‘Amadeus AI’, instalación realizada por los alumnos de la Escola Auditori, en la que un piano con teclas motorizadas reproducía melodías del compositor Mozart mediante partituras generadas en tiempo real, y por su originalidad destacamos las instalaciones itinerantes ‘Nyx’, de Gijs van Bon y ‘Aurelius’, de Nueveojos.

Como novedad este año el festival incorporó el espacio Ágora, donde por primera vez se pudieron compartir charlas y conferencias, y el Hackaton, un centro de participación para la creación. Y para facilitar a los visitantes la localización de los distintos escenarios se estrenó una nueva aplicación para dispositivos móviles con toda la información del festival y geolocalización.

Por último, no queremos finalizar este artículo sin destacar lo que a nuestro juicio fue uno de los mayores éxitos de esta edición de 2020: la celebración de la segunda edición del Off Llum Bcn. Esta iniciativa, ideada y gestionada por la asociación Poblenou Urban District, consiste en un recorrido complementario al festival compuesto, en esta ocasión, por 15 instalaciones lumínicas de pequeño y mediano formato de artistas emergentes. La voluntad del ‘Off’ es la de no solamente descubrir calles del Poblenou, sino también los espacios de creación de la comunicación artística del distrito.

Lejos de la masificación y el ruido de las instalaciones principales, este segundo circuito nos llevó, acompañados de un público más entendido en la materia, a descubrir instalaciones más sutiles, experimentales y con un alto contenido y significado, creando un ambiente que recordaba más al de las primeras ediciones del Llum BCN.

En la galería de arte L&B Contemporary Art pudimos contemplar la segunda entrega (la primera se presentó el año anterior) de ‘Composiciones’, del artista italiano Massimiliano Moro, una serie de esculturas móviles con las que investiga acerca de la luz, los reflejos, la sombra y el espacio que las envuelve. Por su parte, la galería Chez Xefo apostó por ‘Persopectiva’, una instalación realizada por Summalab inspirada en las obras pictóricas de Josef Albers que buscó reflexionar sobre el concepto de profundidad, color y espacio. También la galería La Plataforma apostó por el estudio Summalab, liderado por Maurici Ginés, con su instalación ‘Instantes Cromáticos’.

En esta edición participaron también tres escuelas del distrito, implicadas en el diseño y fabricación de dos instalaciones y fomentando la creatividad en la comunidad educativa. En el IAAC, Fab Lab de Barcelona pudimos disfrutar de la instalación ‘Jugando con la luz’, dentro del proyecto Future Learning Unit, que acompañó a alumnos, familias y docentes de la Escola Sant Martí del Poblenou en el diseño y fabricación de una serie de viñetas cinéticas de luz y sombra, representando situaciones cotidianas.

Hubo dos instalaciones que sorprendieron y enamoraron al público especialmente por su sencillez. La primera fue ‘Playground’, realizada por Margalef en el Espai Trinijove, formada por una retícula de conos de tráfico con velas en su interior, que gracias a su geometría y el color translúcido ampliaban la tenue intensidad de las velas y sus tintineos. De igual manera sucedió con ‘CANDELA: llum, temps, labor’ en el taller Carpintectura, ideada por Oliver Bals, en donde cada visitante encendía una vela y la depositaba en algún punto del espacio, llegando a ser centenares las velas que iluminaron el pequeño taller esparciendo la cera de forma casi escultural y creando una atmósfera cálida y sorprendentemente brillante.

Finalmente destacamos otras dos instalaciones por su complejidad tecnológica. Por un lado ‘Passatge audiovisual’, de Go-PopUp, que intervinieron la entrada a una antigua fábrica (ahora parte de la sala Razzmatazz) realizando una proyección de alta precisión sobre un graffiti en la antigua puerta de hierro complementada con otra enorme proyección sobre el edificio posterior. Por otro lado ‘Realitats Quàntiques’, una instalación interactiva dentro del centro de creación y formación avanzada musical Bridge_48 y realizada por Nueveojos en la que el espectador, tocando unas barras metálicas, creaba y mezclaba ritmos musicales y acordes a la vez que modificaba el aspecto de una escultura lumínica tridimensional.

El equipo de iCandela e Interempresas Media estamos expectantes por asistir a la siguiente edición, deseando profundamente que la difícil situación de pandemia mundial ya haya remitido y el mundo del arte, especialmente castigado, pueda brillar de nuevo.