"Muchos recuerdos y emociones que tenemos van asociados a una luz especial"

'La unión hace la fuerza'. Bajo esta premisa cobra vida el estudio barcelonés Sauras + Garriga, formado por el arquitecto Sergi Sauras y la diseñadora e interiorista Mery Garriga. Un binomio creátivo y multidisciplinar que ya ha mostrado sus intenciones al otro lado del Atlántico, proyectando la escenografía del desfile del diseñador Christopher John Rogers durante la Semana de la Moda de Nueva York.

Sergi Sauras y Mery Garriga forman el estudio Sauras + Garriga. Foto: Montse Capdevila.

Sergi Sauras: Somos un arquitecto que también estudió bellas artes y una interiorista que también estudió diseño gráfico. Juntos formamos Sauras + Garriga y nos gusta hacer proyectos donde entrelazar arquitectura, interiorismo, arte y diseño.

Mery Garriga: En nuestros proyectos intentamos ir más allá de la simple construcción de espacios o edificios: nuestro reto es el de crear atmósferas, experiencias y sensaciones, y la iluminación es un ingrediente clave para conseguirlo.

S.S.: Antes de comenzar Sauras + Garriga tuve la oportunidad de trabajar en proyectos de gran escala en estudios de renombre como BIG (Bjarke Ingels Group), Aires Mateus y Walt Disney Imagineering; aunque durante estos años también he podido completar por mi cuenta varias obras efímeras e instalaciones lumínicas.

M.G.: Yo me gradué en la Escola Massana y desde entonces he compaginado proyectos propios de diseño gráfico con mi trabajo junto al interiorista Alex Giró. Estar en un estudio pequeño durante años me ha permitido aprender bastante rápido y ganar experiencia en temas muy variados, desde las fases más artísticas de un proyecto hasta las más técnicas.

S.S.: Sería divertido crear un lugar para un/a artista (ya sea su residencia, estudio o una exposición) en el que su arte y esencia se plasme en el espacio construido. Esa idea de escultura habitable está presente en sitios como el taller de Ricardo Bofill o la casa de Xavier Corberó, por ejemplo.

S.S.: Para mí la arquitectura es un arte inacabado, que solamente toma todo su significado cuando las personas la llenamos de vida. Es por ello que en mi trabajo intento priorizar la experiencia personal que el espacio ofrece. En ese sentido, me inspira mucho mirar a mi alrededor y ver qué detalles emocionan a la gente que me rodea, qué es lo que les mueve.

S.S.: En la carrera de arquitectura no se profundiza demasiado en la importancia de la luz. Fue más tarde, estudiando bellas artes, que empecé a tener curiosidad por el tema. Cuanto más descubro sobre las cualidades de la luz, más me interesa aprender sobre ellas y sobre cómo pueden mejorar nuestra percepción de la arquitectura.

S.S.: Fue con una instalación para el Festival de la Luz de Barcelona (LlumBCN). Mi amigo Pau Garrofé y yo presentamos una propuesta titulada 'Elogio de la Sombra', un tributo al libro homónimo del japonés Junichiro Tanizaki. Ideamos una experiencia interactiva, un teatro de sombras en el corazón del Barrio Gótico en el que los visitantes eran los protagonistas.

Fue un tiempo en el que nos divertimos mucho y el reconocimiento nos animó a seguir explorando el mundo de la luz de forma creativa.

M.G.: Cuando el diseño de interiores se fusiona con el diseño gráfico, el resultado es una mejor experiencia del espacio en su conjunto. Eso se puede aplicar de muchas formas, desde implementar la marca de un negocio en su entorno físico hasta diseñar sistemas visuales que ayuden a las personas a navegar y utilizar un espacio.

M.G.: La luz es un elemento que tengo muy presente desde el principio de cualquier proyecto. Trabajar con ella me ayuda a reforzar la fase más conceptual y a dar un carácter concreto a un espacio. Siempre me ha parecido fascinante experimentar con efectos de luz, crear ambientes…yo no diría que trabajamos con la luz, ¡diría que jugamos con ella!

M.G.: Colaboramos en un proyecto cuyo resultado fue interesante, trabajamos bien juntos y los clientes estaban contentos, así que vimos potencial en unir fuerzas. Hace solo 4 meses de eso, todo ha ido bastante rápido, pero de forma muy natural.

S.S.: Ambos creemos que cuando arquitectura e interiorismo van de la mano desde un inicio se puede proponer algo mucho más atractivo. Si a eso le añades ese punto de vista diferencial dado por nuestra formación en arte y diseño gráfico, el resultado es algo fresco y diferente.

S.S.: Mery es sensibilidad en estado puro. Es muy buena con los detalles y se encarga de la dirección estética: acabados, materiales, presentaciones. Trabajar con Mery es como tocar el piano a cuatro manos y saber que va a sonar bien.

M.G.: Qué poético (ríe). Sergi le da una energía especial a todo lo que toca. Tiene una fuerza creativa enorme y muchísima pasión. Creo que esa fuerza nos permite trabajar constantemente en ideas y conceptos que se alejan de lo convencional.

S.S.: Todo empezó con una llamada de Christina, una buena amiga de cuando estudié en Estados Unidos. Me contó que había fundado una marca con Christopher, que era la directora y que acababan de ganar un premio importante. De repente se habían convertido en el centro de todas las miradas en el mundillo de la moda neoyorquina y su siguiente presentación tenía que ser algo memorable. Querían que les presentáramos una idea.

M.G.: Sergi me propuso hacerlo juntos. Ninguno de los dos había hecho un proyecto así, pero nos lanzamos a ello. Queríamos diseñar una escenografía especial, con elementos arquitectónicos y lumínicos que crearan un entorno íntimo y elegante a la vez que sensual y exuberante.

M.G.: Christopher hablaba constantemente de “la esencia de la moda”. Fuimos a buscarla en sus inicios: los desfiles privados que pasaban en los salones parisinos de principios del siglo XX. Una puesta en escena de carácter teatral con largas cortinas abriendo paso a las modelos bajo la luz de un gran candelabro contemporáneo formado por tres lámparas Cirio Circular, una pieza diseñada por Antoni Arola y editada por Santa&Cole.

S.S.: A Christopher y a su equipo les encantó, y el público quedó maravillado. Recibimos muchas felicitaciones, incluso el New York Times seleccionó el show como uno de los mejores momentos de esa semana. Pero lo más relevante para nosotros es que fue el impulso definitivo para iniciar Sauras + Garriga.

S.S.: En arquitectura diseñamos para que un edificio perdure en el tiempo, pero ante un proyecto así el reto es el de diseñar contra su inminente desaparición. Al final esta escenografía, dibujada y detallada durante meses, sólo existió durante unas horas, es un trabajo que sólo vivirá en el recuerdo de la gente. El objetivo es que este recuerdo sea inolvidable.

M.G.: Capturar la magia de ese momento efímero era un reto complicado ya que els espacio no era fácil de fotografiar. Tuvimos la suerte de contar con nuestra fotógrafa Montse Capdevila, que realizó un trabajo increíble consiguiendo plasmar esa sensualidad e intimidad que se vivió en directo.

S.S.: Muchos recuerdos y emociones que tenemos van asociados a una luz especial. Podemos pensar en una puesta de sol, una cena a la luz de unas velas o una reunión de amigos delante del fuego de una chimenea. La luz tiene la capacidad de inspirar y emocionar.

M.G.: Sí, sin duda. Hay muchos espacios que se han construido y, más tarde, iluminado sin más. Cuando esa iluminación está integrada en el diseño desde un inicio, se pueden conseguir efectos maravillosos. Me fascina ver qué tan dramática se convierte una pared si la iluminas con uplights o cuánto más destaca una textura de un material si lo iluminas con downlights con poco ángulo de apertura…

S.S.: Por ejemplo, ahora estamos reformando una casa para una pareja en la que hemos distribuido los espacios en relación a los huecos y la luz natural que éstos aportan, pero también integrados sistemas de luz indirecta que les acompañan dependiendo del ambiente que quieran crear.

S.S.: Afrontamos el futuro con optimismo, creemos que esta etapa de confinamiento ha provocado que todos valoremos más las pequeñas cosas, esos detalles de nuestro entorno que nos hacen sentir algo especial.

M.G.: Acerca de los proyectos en marcha… estamos terminando una casa y ahora comenzamos otra. También un restaurante y varios proyectos de diseño gráfico. Por ahora nos sentimos cómodos trabajando en un número reducido de proyectos, pero pudiendo dedicarnos a cuerpo y alma a ellos.