La iluminación, un factor vital en nuestros ciclos circadianos
Despedimos al invierno para dar paso a la estación más colorida del año: la primavera. Una época en la que los días se alargan progresivamente, con unas 12 horas de luz, y las noches se acortan. Y no solo se acusa por la tibieza del sol, sino también por la fatiga que algunas personas experimentamos en estos primeros días del cambio.
Y es que según recientes estudios, la iluminación juega un papel clave en nuestro estado de salud, desde los ritmos del sueño, los plazos de recuperación de los pacientes hospitalizados hasta el estado anímico de las personas.
La luz regula el ciclo circadiano humano -o ciclo biológico-, produciendo hormonas que activan o relajan el organismo. Así, durante el amanecer, el incremento de luz natural hace que el cuerpo humano produzca cortisol, activando el organismo y
la actividad del cuerpo humano. Al atardecer, la bajada de los niveles de iluminación y los tonos cálidos de la misma, hace que el organismo segregue melatonina, hormona que relaja el organismo y disminuye la actividad corporal.
La luz como gran aliada para dormir más y mejor
Los ritmos del sueño vienen regidos por el ciclo circadiano. Cuando el cuerpo comienza a segregar una mayor cantidad de melatonina, en condiciones naturales, nos despertamos y empezamos la actividad diaria. Al contrario de lo que sucede cuando el incremento de cortisol es superior: el organismo se relaja y, por ende, la actividad, deriva en el sueño.
Una alteración del ciclo circadiano provoca alteraciones en el ritmo del sueño, lo que puede conllevar problemas de salud. Poco se puede influir en la luz natural, pero sí podemos actuar sobre la iluminación artificial que tenemos en el hogar, puestos de trabajo, hospitales, escuelas... El alumbrado dinámico es la clave para aquellos espacios donde pasamos muchas horas. Gracias a las tecnologías actuales de alumbrado, basadas en LED ysistemas de control, podemos alterar los niveles de iluminación así como la temperatura de color de la misma, simulando el ciclo de luz diurna y mejorando el bienestar de las personas, además de su productividad o recuperación frente a enfermedades, sobre todo en el caso de pacientes hospitalizados, ya que contribuye a su recuperación y mayor confort.











