La sequía amenaza el rendimiento del girasol, pero aún es pronto para predecir...

En el contexto europeo, se espera que la producción de semillas de girasol aumente significativamente en comparación con el año anterior, especialmente en Rumanía y Hungría. Se considera que compensa con creces las disminuciones previstas en España, Francia y Alemania.

Según las últimas estimaciones de la Comisión Europea, se cosecharán alrededor de 10,9 millones de toneladas de semillas de girasol en la UE-27 en 2023. Esto no solo representaría un aumento del 18% con respecto al año anterior, sino que también alcanzaría un nuevo récord.

El pronóstico se basa únicamente en aumentos de rendimiento, ya que la superficie de girasol de la UE probablemente será un 7% menor que en 2022, con 4,8 millones de hectáreas (UFOP, april 2023) -ver gráfico-.

Rumanía reforzará su posición como mayor productor de la UE. Con 3,3 millones de toneladas, se estima un aumento de hasta 967.000 toneladas -algo menos del 42%- respecto al año anterior. Según los informes realizados por Agrarmarkt Informations-Gesellschaft (mbH), la principal razón del fuerte aumento de la producción es el mayor rendimiento, ya que la superficie plantada de girasol disminuirá probablemente de forma marginal hasta 1,3 millones de hectáreas.

En otros Estados miembros de la UE, como Hungría, Bulgaria, Grecia, Italia y Eslovaquia, también se prevé un aumento considerable de las cosechas. En cambio, se prevé que Francia coseche sólo 1,7 millones de toneladas de semillas de girasol. Esto se traduciría en un descenso de unas 105.000 toneladas respecto a 2022, en parte porque la superficie de girasol será probablemente un 12% menor.

Para Alemania, la Comisión Europea prevé un fuerte descenso de la producción de semillas de girasol a más de la mitad. Se espera que se produzcan unas 67.000 toneladas de semillas de girasol en una superficie significativamente reducida de 32.000 hectáreas. Un año antes, la superficie alemana de girasol se amplió hasta un récord de 86.000 hectáreas debido a la guerra en Ucrania, y la producción alcanzó las 159.000 toneladas.

Desde la perspectiva de la Union zur Förderung von Oel-und Proteinpflanzen e. V. (UFOP), esta respuesta obedece a que los costes de producción han vuelto a niveles normales tras su evolución al alza el año pasado y, con unos márgenes previsiblemente más altos, los agricultores han vuelto a confiar cada vez más en los cultivos de invierno. Según la UFOP, esta evolución también pone de manifiesto la importancia de los contratos de producción y entrega a medio plazo con comerciantes y transformadores, si se quiere que el mercado alemán del girasol se establezca en un nivel permanentemente más alto.

La superficie de siembra de girasol en España se espera que sea en torno un 9% inferior a la de 2022, pero superior a la de 2021 en un 25%, pudiendo rondar las 780 u 800 mil hectáreas.

La sequía pertinaz, que ya dura cinco años, está provocando una crisis sin precedentes en el sector agrario. La sequía cubre ya al 60% del campo español y produce pérdidas irreversibles en más 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano.

El girasol, que es un cultivo de rotación con el cereal, también se ve afectado por la falta de agua en el suelo pero de forma más moderada, con una mejor respuesta a la falta de agua por tener un sistema radicular que le permite obtener humedad a mayor profundidad a costa del rendimiento. Hay que tomar en consideración que queda mucho por sembrar en España. En el Norte están a tiempo de tener un buen rendimiento si llueve pronto.

En el sur, el girasol ha tenido las lluvias de invierno que le han permitido tener humedad suficiente para nacer. Pero con la escasez de lluvia desde enero de este año 2023 hasta este mismo mes de mayo, y si la lluvia no aparece en medias normales, los rendimientos se verán afectados. Se confirma poca reserva de agua en el suelo y venimos de años muy secos por lo que las lluvias venideras serán las que decidan el rendimiento en el girasol.

Por otro lado, el aceite de girasol es el aceite de semillas más consumido en España con una cuota de mercado cercana al 30% y ocupa el cuarto lugar entre los aceites y grasas más consumidos en el mundo, por detrás de la palma, la soja y la colza, si bien estos aceites, como en el caso de la soja y la colza, se encuentran habitualmente en los supermercados españoles en mezcla como aceites de semilla.

Los precios medios del aceite de girasol han bajado y dado que se presume una disponibilidad estable y suficiente, se convierte en un básico de la cesta de la compra para los consumidores que están atentos a las variaciones de los precios de los aceites.

Estamos convencidos que tanto el aceite de girasol convencional como el alto oleico siguen siendo los aceites más competitivos en el mercado español y, ante la subida del precio de los alimentos, se convierte en un básico de la cesta de la compra.

Esta demanda creciente de su consumo nos obliga a no solo mantener sino a incrementar la superficie de siembra de girasol y disminuir la dependencia que tenemos de las importaciones, para poder cubrir la creciente demanda de su consumo en España.