El regadío extremeño apuesta por el olivar y el almendro como cultivos de garantía
Alfonso Manuel Montaño García
Responsable de Proyectos Elaiotécnicos
21/06/2022El principal cultivo o superficie de explotación agrícola en Extremadura, tanto en secano como riego, la ocupan los prados y pastizales, con casi dos millones de hectáreas (ha). En segundo lugar, le sigue la superficie forestal que alcanza 825.630 ha y, a continuación, el olivar con 287.754 ha y los cereales de grano con 252.169 ha.
Extremadura posee 3.878.165 ha, las cuales permanecen prácticamente constantes en los últimos años con variaciones mínimas, quizás mostrando el factor limitante de incrementarse las tierras de cultivo en esta comunidad. De estas, 285.203 ha están en regadío, representando el 7,4% de la superficie cultivable. Estas hectáreas sí van en aumento en los últimos años, habiéndose incrementado en 16.537 ha en los últimos 4 años, siendo destacable que en 2020 es el año que menos ha aumentado desde 2015, año en el que incluso descendió. Estas cifras muestran que mientras la superficie cultivable se ha mantenido, el regadío sí lo hace a un ritmo en torno a las 4.000 hectáreas al año.
El principal cultivo o superficie de explotación agrícola, tanto en secano como riego, la ocupan los prados y pastizales, con casi dos millones de hectáreas. En segundo lugar, le sigue la superficie forestal que alcanza 825.630 ha y a continuación el olivar con 287.754 ha y los cereales de grano con 252.169 ha.
Es evidente que la competitividad de los cultivos pasa porque éstos dispongan de agua, reduciendo su dependencia de la climatología para mantener unas producciones competentes. La disponibilidad de regadío es una ventaja competitiva para el campo extremeño, ahí la necesidad de optimizar y profesionalizar su uso, sobre todo ante la incertidumbre climatológica que se cierne en los próximos años.
Entre los principales cultivos en regadío destaca el olivar, el cual superó al maíz como principal cultivo en el año 2018. En 2020 el olivar en regadío supone 64.176 ha, sigue por encima del maíz, alcanzando 1.243 ha más que en 2019, que acumulando los últimos 4 años, según estimaciones propias, 15.419 ha en regadío (Tabla 1). El maíz es el segundo cultivo en regadío, que continúa hasta la fecha de publicación de los datos, una importante reducción de su superficie cultivada; hecho que le lleva a mostrar que en las últimas 4 campañas acumula una pérdida de superficie de 9.295 ha (Tabla 2). Junto al arroz, ambos cultivos son los que más superficie cultivada han perdido en los últimos 4 años; entre ambos cultivos suman una reducción de 12.775 ha.
Otro cultivo en riego importante es el viñedo, pues junto con el olivar y el maíz suponen casi la mitad del regadío (Figura 1). En Extremadura el viñedo cuenta con 32.171 ha en riego y 51.859 ha en secano. Ha tenido lugar un descenso del viñedo en secano compensado por el que se ha puesto en regadío y ha tenido un crecimiento en los últimos 4 años de casi mil hectáreas.
Pero esta reducción en maíz, arroz y otros cultivos se compensa con el incremento en otros cultivos que se convierte en cultivos alternativos, en los que se buscan una rentabilidad que, en el maíz, arroz y otros cereales no obtienen. Los cultivos que más han incrementado en los últimos 4 años son el olivar (15.419 ha), el almendro (8.436 ha), el viñedo de regadío (991), la higuera (888 ha) y el cerezo-guindo (381 ha). En 2020 el cultivo del almendro, el cereal de grano (no maíz ni arroz) y la higuera son los cultivos que ha superado en crecimiento en hectáreas al olivar.
También es interesante anotar que hay una tendencia a diversificar los cultivos en riego en Extremadura. Los principales cultivos en regadío, digamos los más tradicionales (olivar, vid, frutales no cítricos, maíz, tomate, arroz, tabaco y cereal de grano diferente al maíz y arroz) alcanza su menor peso en el riego en los último 10 años, representando el 73,8% del regadío mientras en 2010 representaban el 84,4% de lo cultivado en regadío. El agricultor busca nuevos cultivos como fuente de la competitividad, como la higuera que cuenta con 2.089 ha en regadío y ha aumentado en 4 años casi 900 ha, el pistacho con 1.277 ha, y sobre todo el almendro como se comentará con más detalle a continuación.
Tabla 1. Principales cultivos de riego en Extremadura. Fuente: ESYRCE, datos correspondientes a 2020. (*) Frutales no cítricos, ni almendros, ni higuera ni cerezo-guindo.
Tabla 2. Incremento de superficie de los principales cultivos en Extremadura entre 2011-2020. Fuente: elaboración propia a partir de datos del MAPA.
Figura 1. Reparto de los principales cultivos de regadío en Extremadura. Elaboración propia a partir de datos de ESYRCE (MAPA).
Junto al olivar, el almendro se ha convertido en la alternativa predilecta por los agricultores para trabajar un cultivo más competitivo y rentable. A diferencia del olivar, que siempre ha sido el cultivo preferido como apuesta segura o refugio, el almendro en regadío ha crecido en Extremadura desde 788 ha hasta 11.670 en 2020, prácticamente desde la ausencia de este cultivo en riego hasta superar a cultivos como el girasol, muchos frutales o incluso el tabaco. Los datos publicados por el Ministerio de Agricultura muestran un crecimiento de casi 6,4 ha/día durante 5 años consecutivos (2016-2020), alcanzando su máxima intensidad de plantación en 2017, con 9,8 ha/día (Figura 2). Es interesante anotar que el máximo ritmo de plantación de olivar en Extremadura ha sido de 8,1 ha/día en los últimos 5 años y de 14,4 ha/día en 2018 (Figura 3). Aunque los datos no son próximos, si debe mostrar la intensidad y apuesta seria en este cultivo en Extremadura por ambos cultivos, sobre todo porque mientras el olivo ralentiza su crecimiento, el almendro mantiene un ritmo en torno a 4,5 ha/día en los últimos 3 años.
Figura 2. Evolución de las plantaciones de almendros en Extremadura en los últimos 10 años. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de ESYRCE (MAPA).
A nivel nacional, España cuenta con más de 740.000 hectáreas de almendros en producción, de las que principalmente están en regadío más del 79% de las hectáreas. Andalucía y Castilla-la Mancha poseen el 48% de la superficie. Extremadura, a diferencia de otras CC AA, posee una alta relación entre almendros en riego frente a los de secano. Andalucía ha aumentado mucho la superficie de almendros tras alcanzar su mínimo en 2012 con 144.571 ha, habiendo crecido a un ritmo de 22,5 ha/día entre 2015-2020.
Mayor ha sido el crecimiento en Castilla-La Mancha, de 69.514 ha desde 2015 hasta 2020, lo que hace un ritmo de plantación de 38 ha/día durante 5 años. Además de ese fuerte ritmo de crecimiento, los almendros en regadío superan en esta comunidad a los que posee Andalucía.
Murcia posee una importante superficie de almendros, pero no muestra un intenso crecimiento. Desde 2009 que tenía menos de 100.000 hectáreas ha aumentado a un ritmo de 2,1 ha/día en 11 años. Aragón ha mantenido una superficie relativamente constante hasta 2017 en el que ha empezado un fuerte crecimientos de más de 11.200 ha en tan solo 4 años, lo que son 7,7 ha/día.
Aunque en la C. Valenciana en 2020 ha tenido lugar un aumento de la superficie de 1.400 ha, no hay una tendencia a aumentar la superficie de este cultivo, es más, ha habido una tendencia incluso a su reducción en los últimos 15 años. Cataluña tampoco presenta una tendencia a aumentar su superficie de almendros, teniendo incluso una tendencia a reducirse como se ha observado en la C. Valenciana, aunque en los últimos años parece haberse frenado dicha caída.
Con estos datos se observa que es en el sur de España donde se está apostando más por este cultivo, sobre todo Castilla-La Mancha y Andalucía. Extremadura, y sobre todo Badajoz como se comentará más abajo, desea seguir la estela de crecimiento aprovechando la necesidad de buscar nuevos cultivos y usos de sus tierras de regadío.
Tabla 3. Reparto del cultivo de almendros en España por CC AA. Elaboración propia a partir de datos de ESYRCE (MAPA).
En Extremadura, el agricultor, hasta la fecha, ha apostado por la seguridad que ofrece el olivar, así como por un “nuevo” cultivo en la región y con un prometedor futuro como es el almendro.
A nivel provincial, Badajoz posee un perfil agrícola muy diferente al de Cáceres, y así lo refleja sus cultivos en regadíos y, sobre todo, la apuesta por el almendro como cultivo competitivo para mejorar las rentas de los agricultores. Evidentemente las condiciones orográficas, climáticas y preferencia por otros cultivos ya asentados como la higuera o el cerezo también han podido influir en este menor aumento en la provincia cacereña. Esta diferencia entre provincias se observa también en la apuesta por el almendro.
Badajoz cuenta con 12.826 ha de almendros, repartiéndose 10.339 ha de almendros en regadío y 2.487 ha en secano. Eran tan solo 700 ha en regadío en 2013 y en 7 años han aumentado más de 12.100. Badajoz copa este cultivo pues sus hectáreas suman el 85,7% de todo lo cultivado en la comunidad. Su crecimiento mayor en superficie ha tenido lugar en 2016 y 2017, en los que se plantaban 8,8 ha al día durante dos años consecutivos (Figura 4). En los últimos 3 años y después de esa intensidad, mantiene un crecimiento constante en torno a las 3 ha/día.
Por otro lado, Cáceres muestra una tímida y tardía apuesta por el almendro, creciendo poco su superficie, sobre todo desde 2017. En 2019 alcanzó un crecimiento de superficie de casi 2 ha/día. A pesar de unos números discretos, el crecimiento de este cultivo es similar al del olivar entre 2017-2019 (Figura 5), por lo que no es de extrañar que no ofrezca un importante aumento en los próximos años.
Como corolario se puede mostrar que Extremadura, y sobre todo Badajoz, necesita de alternativas a cultivos que han dejado de ser rentables o de interés para las tierras de regadío. Es cierto que los aspectos coyunturales que se viven desde 2021 con la subida de costes, la reducción de oferta en los mercados mundiales de alimentos básicos a nivel mundial y la incertidumbre económica ejercerán su influencia en las políticas agrarias futuras, así como la apuesta por determinados cultivos. No obstante, en Extremadura, el agricultor, hasta la fecha, ha apostado por la seguridad que ofrece el olivar, así como por un “nuevo” cultivo en la región y con un prometedor futuro como es el almendro. Esta apuesta por el almendro se ve refrendado por las fuertes inversiones de los grupos cooperativos regionales, así como la implantación en Extremadura de importantes proyectos empresariales para dar salida comercial a las fuertes producciones de almendras.
Figura 6. Reparto de la superficie de almendros en Extremadura por provincia. Elaboración propia a partir de datos de ESYRCE (MAPA).