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Se abre la puerta a nuevos mercados en el sector agroalimentario

Nutripop: mejora de variedades ancestrales de leguminosas y cereales para el desarrollo de snacks

Ana M. González1, Fernando J. Yuste-Lisbona2, Carmen Capel2, Dorinda Pose1, Luís Martínez3, Pilar Vanaclocha3, Marisol Arnedo4, Rafael Lozano2, Marta Santalla1 1Grupo de Genética del Desarrollo de Plantas, Misión Biológica de Galicia-CSIC 2Departamento de Biología y Geología (Genética), Centro de Investigación en Biotecnología Agroalimentaria (BITAL), Universidad de Almería 3Grefusa S.L. 4Ramiro Arnedo S.A16/07/2018
La industria alimentaria tiene en el desarrollo de nuevos aperitivos tipo snack uno de los sectores emergentes en el ámbito de la innovación y el desarrollo. El diseño de aperitivos aúna la complejidad que conlleva satisfacer los gustos y expectativas cambiantes de diferentes consumidores, con la búsqueda de productos singulares y “únicos”, que aporten características saludables y supongan mayor valor añadido en el mercado. La creciente preocupación por la salud ha propiciado la aparición de los llamados 'nuevos alimentos', productos que, además de ser nutritivos, aportan ciertas sustancias beneficiosas al organismo (antioxidantes, fibras, etc.).
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En el contexto actual se desarrolla el proyecto Nutripop, financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y en el que participan dos empresas muy reconocidas en el ámbito agroalimentario, a saber, Grefusa S.L., Ramiro Arnedo, S.A., e investigadores de dos grupos expertos en biotecnología y mejora genética de plantas de la Universidad de Almería y la Misión Biológica de Galicia (MBG-CSIC). A nivel global, el objetivo primordial de este proyecto no es otro que desarrollar nuevos snacks basados en granos nutritivos de variedades ancestrales de leguminosas y cereales, una apuesta novedosa en el sector agroalimentario, cada vez más preocupado por la calidad nutricional de los alimentos y el carácter saludable de los mismos. En este artículo se reúnen algunos aspectos principales de la investigación reciente llevada a cabo en NUTRIPOP y algunos resultados relativos a la mejora de las variedades ancestrales de cereales y leguminosas utilizadas, y los productos alimenticios tipo snack que se están desarrollando.

Agrodiversidad y dinámica de la expansión global de los cultivos ancestrales de leguminosas y cereales

Los granos de leguminosas y cereales en los que se ha centrado la investigación de NUTRIPOP proceden de cultivares muy antiguos, que ahora han irrumpido en el mercado como integrantes de una dieta saludable. A continuación se describen algunas de sus características.

Quínoa (Chenopodium quinoa). Es un cultivo andino que se cree fue domesticado a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar en el interior del lago Titicaca. Su diversidad se asocia con cinco ecotipos o grupos de cultivares principales: altiplano (Perú y Bolivia), valles interandinos (Colombia, Ecuador y Perú), salare (Bolivia, Chile y Argentina), yunga (Bolivia) y costa (Chile). El germoplasma existente en cada ecotipo y los subcentros de diversidad se asume que ha descendido de un grupo central de cultivares locales domesticadas en el lago Titicaca (Risi y Galwey, 1984). Sin embargo, desde el punto de vista genético, estudios recientes afirman que existen dos acervos genéticos de germoplasma, a saber, el acervo andino y el central-sur de Chile (Jellen et al., 2011), siendo probablemente su grado de sensibilidad al fotoperiodo el factor más destacado que caracteriza a cada grupo.

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La pérdida de biodiversidad de la quínoa fue, entre otros factores, el resultado de más de 400 años de abandono del cultivo y la estigmatización cultural como alimento de las comunidades indígenas, después de la conquista española de América (Cusack, 1984). Su potencial fue redescubierto durante la segunda mitad del siglo XX y desde entonces, el número de países que cultivan quínoa ha pasado de 6 a 13, cifra a la que se suman otros 23 países que están en el proceso de experimentación previa a su producción comercial. Los bancos de germoplasma en la región andina conservan más del 88% de las accesiones del cultivo. A pesar de esta diversidad, actualmente el mercado se abastece de un pequeño número de variedades locales, lo que significa que el potencial genético de este cultivo está infrautilizado.

Amaranto (Amaranthus hypochondriacus, A. cruentus y A. caudatus). Las tres especies de amaranto difieren en su distribución geográfica. Amaranthus hypochondriacus y A. cruentus son originarias de América Central, México y Guatemala, mientras que A. caudatus procede de Sudamérica, Perú y otros países andinos como Bolivia, Ecuador y Argentina, donde recibe el nombre de “kiwicha”. Al igual que sucedió con la quínoa, su cultivo disminuyó fuertemente después de la conquista española (Brenner et al., 2010).

Judía nuña (Phaseolus vulgaris). El cultivo de esta leguminosa se originó en las tierras altas andinas de Sudamérica, Perú y Bolivia principalmente, entre 2.000 y 3.000 m sobre el nivel del mar (Tohme et al., 1995), y algunos cultivares se consumen tradicionalmente como snack después del reventado del grano, proceso que se realiza mediante tostado a altas temperaturas (carácter denominado “pop”).

Sorgo (Sorghum bicolor). Este cereal parece que fue domesticado en el noreste de África, al norte del Ecuador, aproximadamente hace 5.000 años. Posteriormente, su cultivo se extendió a través de África y Asia, en una amplia gama de ambientes. El sorgo bicolor engloba a tres subespecies: S. bicolor subsp. bicolor, S. bicolor subsp. drummondii y S. bicolor subsp. verticilliflorum. El sorgo que se cultiva hoy día pertenece a la subespecie bicolor e incluye varios tipos agronómicos, entre ellos sorgo de grano, sorgo dulce, forraje y palomita.

Mijo perla (Pennisetum glaucum) y Mijo dedo (Eleucine coracana). El mijo perla fue domesticado hace más de 4.000 años, probablemente en lo que ahora es el corazón del desierto del Sahara, y se extendió hasta el este de África y la India (Oumar et al., 2008). Por su parte, la domesticación del mijo dedo comenzó hace unos 5.000 años en el oeste de Uganda y las tierras altas de Etiopía, y el cultivo se propagó a la India alrededor del año 3.000 aC (Hilu y de Wet, 1976; Hilu et al., 1979).

Bambara groundnut (Vigna subterránea). El maní bambara se cultiva en muchos países africanos semiáridos, como Ghana, Nigeria y Sudáfrica, con un centro de cultivo secundario en el sudeste asiático (Massawe et al., 2002; Basu et al., 2007).

La conservación de semillas ancestrales de las zonas de origen

El primer paquete de trabajo de NUTRIPOP consiste en la conservación de semillas ancestrales de las zonas de origen de los cultivos mencionados anteriormente (Figura 1). Esta labor está siendo posible gracias a la disponibilidad de germoplasma de dichos cultivares conservado en la MBG-CSIC. Además, en este objetivo se definieron los diferentes sistemas de manejo agronómico, producción y cosecha que están siendo utilizados en los distintos países, lo que sirvió para elaborar una serie de recomendaciones agronómicas en cuanto a las tecnologías de producción adecuadas a las zonas de producción españolas.
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Figura 1: Origen geográfico de las variedades de los cultivos de quínoa, amaranto, judía nuña, sorgo, mijo perla y dedo, y bambara conservadas en el Banco de Germoplasma de la MBG-CSIC.

Adaptación de los cultivos ancestrales de leguminosas y cereales a las condiciones edafo-climáticas europeas

El cultivo de quínoa, por su gran plasticidad ecológica y rusticidad, se puede adaptar a diferentes condiciones ambientales, y se cultiva desde el nivel del mar hasta 4.000 msnm. Es muy tolerante a factores climáticos adversos como sequía, heladas y salinidad del suelo, entre otros (Jacobsen, 2003; Gómez y Aguilar, 2016). En la actualidad, los nuevos países productores ya no son países consumidores y/o importadores tradicionales, ya que su cultivo se ha disparado notablemente desde la década de 1980, debido al aumento de la demanda y al hecho de ser un cereal cada vez más apreciado en países de América del Norte y Europa por sus propiedades dietéticas, adaptación a la agricultura orgánica y comercio justo. Bolivia es el segundo productor después de Perú, y su cultivo se ha ido extendiendo, produciéndose actualmente en más de setenta países, entre ellos, Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda e Italia, junto a Kenia, India y Estados Unidos (Jacobsen, 2003; Bazile et al., 2014). En España, la mayor superficie de cultivo de quínoa se concentra en Andalucía.

El amaranto se ha cultivado tradicionalmente en regiones comprendidas entre el ecuador y los 30º de latitud norte, aunque puede ser cultivado en latitudes mayores, utilizando materiales que no sean sensibles al fotoperiodo y florezcan en días cortos (Brenner et al., 2010). A nivel mundial, China es el principal productor de amaranto, y le siguen India, Perú, México y Estados Unidos.

El sorgo se cultiva ampliamente en todo el mundo y ocupa el quinto lugar entre los principales cultivos de cereales en términos de producción y superficie cultivada (Faostat, 2015). Al igual que el arroz y el maíz, el sorgo suele madurar en aproximadamente cuatro meses.

Aunque el cultivo de judía común se ha extendido por todos los continentes durante los últimos siglos, lo que ha dado lugar a una compleja estructura genética fuera de sus áreas de origen y domesticación (Mesoamérica y Sudamérica), la falta de germoplasma de judía nuña insensible a la duración del día es probablemente uno de los factores biológicos que ha restringido su producción y comercialización en las regiones templadas (Kmiecik y Nienhuis 1997; Ogg et al., 1998).

Aunque infrautilizado, el cultivo de mijo es importante en regiones tropicales y semiáridas del mundo, al combinar caracteres favorables como la resistencia a plagas y enfermedades, una buena adaptación a un amplio rango de ambientes, un rendimiento aceptable, cierta tolerancia a salinidad y sequía, ciclos cortos de crecimiento, y menor requerimiento de insumos durante el crecimiento. En el mundo, el mijo dedo ocupa el cuarto lugar en importancia después del sorgo, el mijo perla y el mijo de cola de zorra. Se cultivan ampliamente en África y el sur de Asia, en condiciones agroclimáticas diferentes, y se estima que alrededor del 10% de los 30 millones de toneladas de mijo que se producen en el mundo es mijo dedo (Upadhyaya et al., 2007; Dida et al., 2008).

El cultivo de bambara, más allá de sus dos centros de cultivo actuales, presenta potencial para ser cultivado en otros ambientes con un clima mediterráneo, y principalmente en países como Italia, Portugal, España y Grecia (Azam-Ali et al. 2001). Además, el cultivo puede desarrollarse en suelos pobres en nutrientes donde la mayoría de los cultivos no prosperarían. El control del fotoperiodo es esencial para un crecimiento adecuado, ya que afecta principalmente al establecimiento y llenado de la vaina (Brink, 1997; Kendabie et al., 2012).

Requerimientos ambientales en diferentes zonas de producción españolas

El aspecto más importante que debe ser mejorado es la adaptación a zonas templadas; de otra manera no es posible reducir los costes de producción. Y en este sentido, la duración de las etapas de desarrollo es una de los factores clave del proceso adaptativo de cualquier variedad, que además influirá de manera decisiva en el rendimiento de la cosecha. Factores como la temperatura, fotoperiodo, estado hídrico y radiación resultan claves en este proceso. Por esto, el segundo paquete de trabajo de este proyecto consiste en investigar los requerimientos ambientales en diferentes zonas de producción españolas de las diferentes variedades y/o cultivos ancestrales de cereales y leguminosas, con la finalidad de seleccionar aquellas mejor adaptadas en nuestras condiciones, lo que reduciría los costes de producción, permitiendo a los productores europeos mantener su competitividad en el mercado. Con esta finalidad, se están llevando a cabo diferentes ensayos agronómicos con diferentes cultivares en zonas de producción españolas, y en las cuales se están evaluando caracteres agronómicos como la precocidad, floración, vigor, rendimiento de grano cosechado, etc. Se pretende seleccionar los cultivares mejor adaptados, así como, optimizar los protocolos y procedimientos de cosechado de los mismos. En la Figura 2 se muestran algunas de las variedades seleccionadas por su desarrollo vegetativo, cuajado del fruto y precocidad.
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Figura 2. Ensayo de variedades de amaranto (A), quínoa (B), mijo dedo (C), judía nuña (D), bambara (E), mijo perla (F), y sorgo (G), realizado en 2017 en una zona de producción de Huércal-Overa en Almería (H).

Calidad nutricional, procesos tradicionales e innovaciones tecnológicas

Los granos secos de los cultivos de quínoa, amaranto, mijo y sorgo se han convertido en un alimento muy apreciado en los últimos años, particularmente en Europa y América del Norte. Esto es en parte el resultado de la mayor popularidad de las dietas vegetarianas y el preocupante aumento del número de diagnósticos de intolerancia dietética al gluten causante de la enfermedad celiaca, uno de los trastornos más comunes en todo el mundo (NCR, 1989).

En este sentido, el desarrollo de snacks, que constituye una de las áreas importantes de la industria alimentaria, debe adaptarse a estas preferencias cambiantes de los consumidores, donde el uso de diferentes tecnologías y productos (granos de leguminosas y cereales) permite incorporar caracteres nutritivos y saludables propiciando con ello alimentos innovadores tipo snack.

Los procesos de reventado e inflado de los granos secos obedecen a métodos convencionales de procesamiento de alimentos utilizados para la preparación de palomitas de maíz, arroz reventado e inflado, sorgo reventado, soja tostada y otras leguminosas, y son muy populares en todo el mundo (Anderson, 1971; Jaybhaye et al., 2014). La expansión y el reventado es un proceso en el cual los granos secos se calientan hasta que la humedad interna promueve la expansión del grano, lo que a su vez permite la salida del poco de agua (vapor) que contiene, a través de la capa exterior (Arkhipov et al., 2005). Por su parte, durante el inflado tiene lugar la liberación repentina de vapor de agua y expansión del núcleo pregelatinizado (Sullivan y Craig 1984; Hoke et al., 2007). Sin embargo, en estos procesos, no todos los granos revientan bien, y entre los factores que influyen se encuentran los de naturaleza genética (el cultivar) y el procedimiento tecnológico utilizado (Mirza et al., 2014).

Estudio de la calidad nutricional de los diferentes granos de cereales y leguminosas

El tercer paquete de trabajo estuvo dedicado al estudio de la calidad nutricional de los diferentes granos de cereales y leguminosas y la optimización de los métodos de expansión de los mismos que permitan obtener un alto rendimiento y mayor expansión en volumen. Con este propósito se llevó a cabo un análisis de la calidad nutricional de los cultivares y especies estudiados, con el fin de seleccionar aquellas que proporcionaron mayor rendimiento y calidad de grano durante el proceso de expansión y reventado del grano. Tal y como muestra la Figura 3, los resultados preliminares obtenidos indican un alto contenido en proteínas de los granos de quínoa (19%), amaranto (16%), bambara (18%) y judía nuña (25%), en todo caso, superiores a los encontrado en cereales como el trigo (12-14%), arroz (7-10%) y maíz (9-10%). Así mismo, se ha contrastado que el mijo contiene componentes saludables de interés, entre ellos compuestos fenólicos. Por otra parte, se están optimizando las condiciones de expansión del grano mediante combinaciones de temperatura y humedad, con distintos pretratamientos que puedan ser rentables a escala comercial (como se muestra en la Figura 4).
Figura 3. Análisis de parámetros calidad nutricional en granos secos de amaranto, quínoa, sorgo, mijo dedo y perla, bambara y judía nuña...
Figura 3. Análisis de parámetros calidad nutricional en granos secos de amaranto, quínoa, sorgo, mijo dedo y perla, bambara y judía nuña.
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Figura 4. Granos secos de algunos de los cultivares de amaranto (A), mijo (B), judía nuña (C) y sorgo (E) tras el proceso de expansión y reventado del grano.

Cabe esperar que la investigación llevada a cabo en NUTRIPOP permita el desarrollo de nuevos productos snack a partir de la utilización de variedades mejoradas de los cultivos de leguminosas y cereales en zonas de producción españolas, lo que a su vez abriría la puerta a nuevos mercados en el sector agroalimentario.

Agradecimientos

Este trabajo fue financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (proyecto RTC2016-4941- NUTRIPOP) y el programa UE-FEDER. Los autores agradecen al Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario - CeiA3 y al Contrato-Programa de la Xunta de Galicia el apoyo en actividades de I+D+i.

Referencias bibliográficas

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