La UE acuerda un paquete histórico para apoyar al sector del vino ante la crisis
El Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo provisional destinado a modernizar la política vitivinícola comunitaria. El pacto introduce medidas que buscan equilibrar la oferta y la demanda, reforzar la sostenibilidad, simplificar el etiquetado y ayudar a las economías rurales.
El sector vitivinícola de la UE es de las piedras angulares del tejido cultural y económico de Europa. Representa el 60% de la producción mundial de vino y es el tercer sector agroalimentario de la UE en términos de exportaciones. Además, este sector ayuda a contrarrestar la despoblación rural mediante la creación de puestos de trabajo estables y el mantenimiento de las economías locales y contribuye a la conservación del patrimonio cultural europeo, en tanto en cuanto un 88% de los viñedos de la UE están dedicados a indicaciones geográficas.
Sin embargo, la crisis estructural que atraviesa el sector en Europa —causada por el exceso de oferta, los cambios en los hábitos de consumo, las incertidumbres del mercado y los retos del cambio climático— ha llevado a las instituciones comunitarias a aprobar un ambicioso paquete de medidas, defendida por el Grupo de Alto Nivel sobre Política Vitivinícola, creado en 2025.
El acuerdo provisional entre el Consejo y el Parlamento Europeo pretende ofrecer a bodegas y viticultores herramientas para adaptarse, innovar y asegurar su viabilidad.
Equilibrio de mercado y derechos de plantación
Entre las medidas clave figura la posibilidad de subvencionar el arranque de vides en exceso de producción. Esta opción permitirá a los Estados miembros afrontar el exceso estructural de oferta y mantener la estabilidad del mercado. Además, se suprime la fecha límite del régimen de derechos de plantación y se establece un sistema de revisión periódica cada diez años, lo que ofrece flexibilidad para responder a la evolución del sector.
Impulso a la sostenibilidad y adaptación climática
La UE podrá financiar hasta el 80 % de las inversiones que contribuyan a mitigar o adaptarse al cambio climático. Esta medida cobra especial relevancia en zonas que sufren estrés hídrico recurrente, como Cataluña y Extremadura, donde cooperativas y consejos reguladores alertan de la urgencia de modernizar sistemas de riego, introducir variedades más resilientes y reforzar la gestión preventiva de enfermedades.
Etiquetado más claro y menos trámites administrativos
La nueva regulación simplifica y armoniza el etiquetado comunitario, reduciendo cargas administrativas y facilitando el comercio transfronterizo. Los consumidores dispondrán de información más clara, apoyada en etiquetas digitales y pictogramas.
El acuerdo también define nuevas normas sobre la graduación alcohólica: el término ‘sin alcohol’ se reservará para vinos con menos del 0,5% de alcohol, mientras que ‘0,0 %’ corresponderá a los que tengan menos del 0,05%. Para los vinos de graduación reducida —más del 0,5% pero con al menos un 30% menos que un vino estándar— se utilizará la designación ‘reducido en alcohol’.
Además, se simplifican las obligaciones para vinos destinados a la exportación, que quedarán exentos de enumerar ingredientes y declaración nutricional cuando vayan fuera del mercado interior. Esta medida se considera particularmente beneficiosa para regiones volcadas en la internacionalización, como Galicia, Navarra o Valencia.
Apoyo al enoturismo, innovación y exportaciones
El paquete prevé ayudas específicas para que productores de vino desarrollen iniciativas de enoturismo, un impulso clave para las economías rurales. Asimismo, se allanan los trámites para exportar vinos: los destinados a mercados externos quedarán exentos de incluir lista de ingredientes y declaración nutricional, lo que simplificará su comercialización fuera de la UE.
El acuerdo también contempla el refuerzo de programas de lucha contra enfermedades vegetales como la flavescencia dorada, con apoyo a diagnóstico, investigación y formación, una medida vital para preservar la salud de los viñedos. Por último, se reconoce que el vino rosado podrá emplearse como base para nuevos productos aromatizados, lo que abre la puerta a innovaciones y nuevos estilos que respondan a las cambiantes preferencias del consumidor.
Próximos pasos
Este acuerdo tiene carácter provisional. Debe ser confirmado formalmente tanto por el Consejo como por el Parlamento antes de su adopción definitiva y entrada en vigor. Una vez ratificado, marcará un antes y un después en la regulación del sector vitivinícola europeo.
En palabras de Jacob Jensen, ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca de Dinamarca: “El sector vitivinícola europeo encarna siglos de habilidad, cultura e identidad regional. Este acuerdo garantiza que los productores puedan adaptarse, innovar y competir a escala mundial, salvaguardando al mismo tiempo los medios de subsistencia rurales y preservando la calidad y la diversidad que los consumidores esperan del vino europeo”.
