"El cultivo de colza debe contribuir a la viabilidad y sostenibilidad de las explotaciones cerealistas"

El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de Cataluña (IRTA) lleva años trabajando en el desarrollo y adaptación del cultivo de colza a las condiciones propias de la agricultura mediterránea. Joan Serra Gironella forma parte de un selecto grupo de investigadores que acumula una amplia experiencia con el cultivo en nuestro país. Desde su posición reconoce que la mejora genética "ha sido y es una de las principales tecnologías que ha contribuido al progreso del cultivo" y cree que el futuro de la colza "dependerá de la capacidad de mantener o aumentar su potencial productivo" en los próximos años. Un escenario donde la colza tendrá que hacer frente a los retos que plantea el cambio climático y la escasez de materias activas para el control de plagas y enfermedades, al mismo tiempo que el sector explora nuevas oportunidades de mercado que optimicen su comercialización.

En muchas empresas cerealícolas, donde los cultivos que ocupan una mayor superfície son los cereales de invierno (cebada, trigo, avena, etc.), la colza constituye una de las principales alternativas, principalmente en los secanos de las zonas húmedas y subhúmedas (con una pluviometría anual superior a 500 mm) y los regadíos. Es uno de los pocos cultivos herbáceos de invierno, que en base a su rendimiento y precio de venta, puede presentar rentabilidades parecidas o inclusos superiores a los cereales de invierno.

Es una especie que contribuye a la mejora de la sostenibilidad de las producciones y de la biodiversidad cultivada, a la diversificación de los ingresos de las explotaciones y está considerada como una planta mejorante, que cuando se incluye en las rotaciones puede permitir acceder a las ayudas de la PAC 2023-2027, en el marco del ecorégimen de agricultura del carbono y agroecología.

Aun así, la superfície sembrada es limitada, como consecuencia de un conjunto de problemáticas del cultivo. En la actualidad, en Cataluña, es la oleaginosa con una mayor superfície de cultivo; pero aun así, durante la campaña 2023-24, su superfície (8.710 ha) ha representado poco más del 3% de la correspondiente a la suma de trigo harinero y cebada para grano.

Como se ha comentado anteriormente, la colza es muy interesante en las rotaciones con los cereales de invierno. Presenta un período de cultivo que en las primeras fases, principalmente durante la siembra, no coincide con las prácticas culturales propias de los cereales, con lo que es más fácil hacer compatible las labores necesarias en ambas especies. Se han citado incrementos de rendimiento del 10% en el trigo sembrado detrás de colza, en comparación con el monocultivo de esta especie. Dispone de una raíz pivotante, que le permite explorar el suelo y acceder a nutrientes situados a mayor profundidad que la zona habitualmente ocupada por las raíces de los cereales de invierno.

Algunas estrategias del control de las hierbas pueden reducir las infestaciones de especies habituales (avena loca, etc.) o que presentan resistencia a algunos de los herbicidas de amplio uso en los cereales (vallico, amapolas, etc.). En una determinada parcela, también puede contribuir a reducir el inóculo de algunas de las enfermedades de los cereales que se transmiten a partir de los restos de la cosecha (helmintosporiosis reticular en cebada, septoria en trigo, algunos tipos de mal de pie, etc.). Además es una planta con un periodo de floración bastante largo, próximo a un mes, muy atrayente para los insectos polinizadores (abejas, abejorros, sírfidos, etc.).

La mejora genética ha sido y es una de las principales tecnologías que ha contribuido al progreso del cultivo. Una de las primeras grandes aportaciones de la selección, entre los años 1960-90, fue la aparición de las colzas 00, que proporcionan un grano con un bajo contenido en ácido erúcico y glucosinolatos. Más recientemente, se ha ido consolidando la siembra de híbridos, que actualmente es la opción que utilizan prácticamente todos los agricultures. La aparición de los híbridos clearfield, con tolerancia a materias activas del grupo de las imidazolinonas, entre ellas el imazamox, al que es sensible el resto del material vegetal de colza, ha permitido mejorar el control en postemergencia de algunas hierbas resistentes a los herbicidas habitualmente utilizados, principalmente de la família de las crucíferas.

Hasta hace pocos años y durante bastante tiempo la variedad más cultivada en Cataluña fue ES IMPERIO, que en la actualidad ya no se comercializa. Los ensayos de evaluación de variedades comerciales proporcionan información continuada sobre los híbridos que presentan una mejor adaptación a las principales zonas productoras. Algunas de las que presentan los rendimientos más elevados son HILLICO, RGT JAKUZZI, MELODIE, AMBASSADOR, HOSTINE, etc. Más allá de la productividad y el contenido en grasa, siempre importantes, las nuevas variedades incorporan nuevas características interesantes para los productores, como un mayor vigor de nascencia y rapidez de desarrollo en los primeros estadios, una gran resistencia a la dehiscencia de las silícuas antes de la recolección, etc.

El grupo operativo HOLL-HEAR, tiene por objetivo estudiar el interés de los híbridos alto oleico y erúcicos en las explotaciones catalanas. Se trata de analizar dos tipos de colza, más allá de la colza 00, para introducir si es posible nuevas oportunidades de comercialización de colza con un posible mayor valor añadido.

La colza HOLL (‘high oleic low linoleic’) o alto oleico es del tipo 00, pero proporciona un grano con un perfil de ácidos grasos que destaca por su mayor contenido en ácido oleico (próximo al 77%), en comparación con los híbridos convencionales (60-65%). El número de híbridos disponibles es bastante limitado, pudiéndose destacar V 316 OL, V367OL y RGT KIZCOOL.

La colza HEAR (‘high eruc acid rapeseed’) o erúcica permite obtener un aceite con un alto contenido en ácido erúcico (con un valor mínimo del 45% y a menudo superior al 50%), que es valorado para determinados usos no alimentarios. Entre los híbridos disponibles de colza de invierno se pueden mencionar REACTIV, RHAMSES, RHODES, ROCCA, ROLLER y ROSETTA.

Un aceite con un mayor contenido en ácido oleico es más apto para determinados usos (freir, etc.), con lo puede tener un mayor valor añadido. El potencial productivo de las colzas 00 alto oleico no difiere mucho de las colzas convencionales. En todo caso su interés dependerá de su productividad y del sobreprecio que se pueda conseguir.

El aceite con un alto contenido en ácido erúcico tiene interés para determinados usos industriales (detergentes, lubrificantes, cosmética, farmacia, etc.), con lo que también puede tener un mayor valor añadido. Entre las ventajas agronómicas de los híbridos erúcicos se pueden mencionar su buen desarrollo inicial, menor sensibilidad a los ataques de pulguillas (Psylliodes chrysocephalus) y a los daños de conejos y el elevado contenido en aceite de sus granos.

Una de las principales limitaciones tiene relación con su harina. Es necesario que sean híbridos con un bajo contenido en glucosinolatos, para no limitar su uso en la alimentación del ganado. La cantidad de ácido erúcico que queda en la harina después de la separación del aceite depende del sistema de extracción. Si se realiza el prensado en frío, únicamente por procedimientos mecánicos, puede quedar aproximadamente un contenido entre el 7 y 9% de grasa y, en consecuencia, entre el 3 a 5% en ácido erúcico. La valoración para la alimentación animal de la harina de la colza, que resulta después de la extracción, es fundamental para la rentabilidad del proceso.

La colza es una especie que puede verse afectada por numerosas plagas (pulguillas, gorgojo del tallo, meliguetes, gorgojo y mosquito de las silicuas, pulgón, etc.) y diversas enfermedades. Para el control de algunas plagas, principalmente las pulguillas, la eficacia de los insecticidas disponibles, tanto para el tratamiento de la semilla como para aplicar en vegetación, es limitada y a menudo insuficiente. Los adultos provocan daños importantes en los primeros estadios del cultivo (antes del estadio de 3 a 4 hojas), pudiendo incluso ocasionar la pérdida del cultivo.

Algunas de las opciones para limitar los daños están relacionadas con el material vegetal, en particular con su vigor de partida y velocidad de desarrollo en los primeros estadios. Los híbridos que vegetan más rápidamente pueden escaparse con mayor facilidad. Por otro lado, los ataques de las larvas de este insecto también pueden variar dependiendo del híbrido cultivado. Entre los nuevos métodos que se proponen para bajar la presión de esta plaga se puede mencionar el cultivo asociado de colza con leguminosas (habas, vezas, alholvas, etc.). Con estas asociaciones se consigue un efecto de confusión visual y por el olor. Disponemos de algunos ensayos con esta estrategia, pero aún sin resultados definitivos.

Cada vez más, con el cambio climático, las precipitaciones en este período son más erráticas, que conjuntamente con unas temperaturas más elevadas que aumentan la evaporación del agua del suelo, hacen que esta problemática vaya acrecentándose. En los últimos años estamos realizando ensayos en las zonas cálidas y templadas, donde los daños por frío en los estadios más precoces son menos probables, con siembras más tardías, en fechas parecidas al cereal de invierno, en los meses de noviembre y diciembre, donde la humedad del suelo normalmente está garantizada. En éstas, estamos sembrando variedades de ciclo más corto, de tipo primavera o resultantes de cruzamientos de material invernal y de primavera. El objetivo es conseguir una floración en fechas similares a la colza de invierno (abril) y unos rendimientos atractivos para los agricultores.

La colza es un cultivo de notable interés en muchas explotaciones cerealícolas, que debe contribuir a su viabilidad y sostenibilidad. Su futuro dependerá de la capacidad de mantener o aumentar su potencial productivo. Entre los principales retos se pueden mencionar la adaptación al cambio climático, principalmente a la falta de humedad en el suelo durante la siembra y a las temperaturas elevadas durante el período de formación del grano; el control de plagas y enfermedades, ante una disponibilidad cada vez más limitada de materias activas para su control; del precio de venta del grano o de la capacidad de abrir nuevas oportunidades de comercialización; etc. Ante estos retos, la investigación aplicada será una actividad cada vez más relevante.

Una parte de la información publicada en esta entrevista forma parte del Grupo Operativo ‘Introducción y promoción de la producción de colza alto oleico y erúcica (HOLL-HEAR)’ (Grupo operativo de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), en el marco del Plan estratégico de la PAC 2023-2027) y de la Actividad de demostración ‘Xarxa de evaluación de variedades de colza. Mejora de la sostenibilidad y nuevas opciones de comercialización (XARXA COLZA)’ (Actividad de demostración de transferencia de conocimiento, en el marco del Plan estratégico de la PAC 2023-27).

"Estamos realizando ensayos en las zonas cálidas y templadas, donde los daños por frío en los estadios más precoces son menos probables, con siembras más tardías, en fechas parecidas al cereal de invierno"