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AGUA ACTIVADA POR PLASMA 50 La irrigación de las semillas con PAW estimula tanto su germinación como su posterior crecimiento ¿POR QUÉ EL AGUA ACTIVADA POR PLASMA RESULTA INTERESANTE EN LA PRODUCCIÓN DE GERMINADOS? El agua activada por plasma (PAW, Plasma-Activated Water), agua tratada con plasma atmosférico no térmico, exhibe propiedades antimicrobianas con un mínimo impacto en las características de los alimentos, lo que le convierte en una alternativa ecológica, segura y eficaz a los métodos tradicionales de descontaminación utilizados en los campos alimentario y agrícola. El objetivo de este artículo es presentar una descripción general de los estudios recientes sobre el potencial que presenta el PAW en la producción de germinados, especialmente en la efectividad que muestra en mejorar la calidad microbiológica de estos productos, cuyo consumo ha aumentado considerablemente y, con ello, su implicación en brotes de toxiinfecciones alimentarias. Mercedes López*, Montserrat González-Raurich, Avelino Álvarez-Ordóñez y Márcia Oliveira, Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos. Universidad de León. España. *Correspondencia: Mercedes López Teléfono: + 34987291183 E-mail: mmlopf@unileon.es El agua activada por plasma (PAW, Plasma-Activated Water), agua tratada con plasma atmosférico no térmico, exhibe propiedades antimicrobianas con un mínimo impacto en las características de los alimentos, lo que le convierte en una alternativa ecológica, segura y eficaz a los métodos tradicionales de descontaminación utilizados en los campos alimentario y agrícola. El objetivo de este artículo es presentar una descripción general de los estudios recientes sobre el potencial que presenta el PAW en la producción de germinados, especialmente en la efectividad que muestra en mejorar la calidad microbiológica de estos productos, cuyo consumo ha aumentado considerablemente y, con ello, su implicación en brotes de toxiinfecciones alimentarias. BENEFICIOS DEL CONSUMO DE GERMINADOS Los germinados de semillas, también denominados brotes, son, en la actualidad, alimentos de gran relevancia y destacado interés, aunque han formado parte de la dieta habitual desde tiempos inmemorables en diversos países del Extremo Oriente. A pesar de que se considera que los germinados se introdujeron en los países occidentales en el siglo XVIII, ha sido en estos últimos años cuando la demanda de estos productos en el mercado europeo ha aumentado considerablemente debido, entre otras causas, a que su consumo se ha relacionado con una reducción en el riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares por su riqueza en diversos compuestos bioactivos (Benincasa et al., 2019; Mendoza-Sánchez et al., 2019). Durante el proceso de germinación de las semillas se produce una serie de transformaciones bioquímicas, que conducen a una mejora de su valor nutritivo, al aumentar su digestibilidad y disminuir los niveles de factores antinutricionales, como el ácido fítico, incrementándose, asimismo, el contenido en compuestos con capacidad antioxidante, incluyendo vitamina C y polifenoles. Por ejemplo, se ha descrito

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