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www.futurenviro.es | Julio-Septiembre July-September 2022 22 Gestión y Tratamiento de Residuos | Waste Management & Treatment Políticas radicales de prohibiciones sin alternativa, esta es la realidad. Estamos de acuerdo en que no se debe mandar basura a otros países , pero hay países que necesitan la materia prima secundaria. Aun así, las políticas europeas parecen estar dominadas por las organizaciones ecologistas radicales que no dan opción al desarrollo económico. Supuestamente, esta política es para favorecer el mercado interno europeo de consumo de las materias primas secundarias y así no depender tanto de terceros países, para que la fabricación y producción se haga dentro de Europa, evitando así crisis como la de los famosos chips de china; pero la realidad es que, por muy buena voluntad que se procure, las empresas estamos sujetas a las necesidades del mercado y, muchas veces, en este aspecto querer no es poder. Hay que hacer políticas acordes con el mercado y, obviamente, guiar a este mercado hacia una responsabilidad medioambientalmente sostenible, pero no se pueden hacer políticas radicales de prohibición de exportación de residuos per se. En Europa, los recicladores contribuyen con 95.000 millones de euros y unos 300.000 empleos (datos Euric) y con estas políticas de prohibición se prevé que estas cifras disminuyan drásticamente, ya que muchas empresas deberán cerrar ante la inviabilidad económica. La protección del medioambiente es de vital importancia y para los gestores, que llevamos años convirtiendo los residuos en recursos, está en nuestro ADN pero no podemos permitir que las políticas populistas sigan proliferando sin tener en cuenta el tejido económico porque, aunque no nos guste, hoy por hoy es este tejido el que sustenta el mundo. Por esto, para hacer cumplir el principio de “quien contamina paga”, solo se puede conseguir mediante tipos impositivos, pero con carácter finalista; es decir, no con impuestos que no se sabe adónde van sino con impuestos que tengan una finalidad, que se reviertan en la industria propia a modo de proyectos de innovación para la minimización de lo que se está impostando, la contaminación. Según datos de Eurostat, en 2019 España era el penúltimo país en el listado en fiscalidad ambiental, el 26 de 27. Si en cuanto a cifras de buenas prácticas ambientales como emisiones de CO2 o reciclado estuviéramos bien, no sería malo, pero la realidad es que España está suspendiendo en reciclaje ya que está en un 34,7% (datos de Eurostat), bastante lejos de 55% que nos exige la UE en 2025. En cuanto a emisiones de CO2, ocupamos el quinto lugar, según la tabla de “Evolución de las emisiones totales de gases de efecto invernadero por países. 1990-2020”, del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del gobierno vasco. Para concluir, vienen tiempos oscuros a nivel económico: la crisis energética, junto con la climática, nos hacen y harán mella y, si a esto sumamos que aún estamos en un momento sanitario frágil, la única solución es abrocharnos los cinturones, agudizar el ingenio e intentar minimizar nuestros daños o cambiar modelos de negocio buscando nuevas oportunidades. n good our intentions are, companies are subject to market needs and, often, we cannot do what we would like to do. Policies must be made in line with the market and, obviously, guide this market towards environmentally sustainable responsibility, but radical waste export bans per se are not possible. In Europe, recyclers contribute 95 billion euros and some 300,000 jobs to the economy (EuRIC figures), figures expected to fall drastically with these prohibition policies, given that many companies will have to close down due to lack of economic viability. Environmental protection is of vital importance and is an integral part of the DNA of waste managers, who have been converting waste into resources for years. However, we cannot allow populist policies to continue to proliferate without taking account of the economic structure because, although we may not like it, this structure is what currently sustains the world. Therefore, enforcing the principle of “the polluter pays” can only be achieved by means of taxes, but purposeful taxes, i.e., not taxes designated for unknown uses, but taxes that have a clear purpose, taxes that are invested in industry to fund innovative projects designed to minimise the pollution which resulted in the taxes being imposed in the first place. According to Eurostat figures, Spain was the country with the second-lowest environmental taxation in 2019, 26th out of 27. If we were doing well in terms of good environmental indicators such as CO2 emissions or recycling, it would not be so bad. However, Spain is doing badly in recycling, with a rate of 34.7% (Eurostat figures), far from the 55% EU 2025 requirement. Moreover, we have the fifth-highest rate of CO2 emissions, according to the “Evolution of total greenhouse gas emissions by country. 1990-2020” table, produced by the Basque Government’s Department of Economic Development, Sustainability and Environment. To conclude, dark economic times lie ahead. The energy crisis, together with the climate crisis, are taking their toll and will continue to do so, and if we add to this the fact that the public health situation is still delicate, the only solution is to tighten our belts, sharpen our wits and try to minimise damage or change our business models in search of new opportunities. n Victoria Ferrer Maymo Directora General, Gremi de Recuperació de Catalunya General Director, Gremi de Recuperació de Catalunya (Catalan Recovery Guild)

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