TradeSport 288 - Junio 2020

Jaume Ferrer Editor jferrer@tradesport.com Guardia alta Cierres fantasma Sentados en la terraza de un bar, tomando el sol en la playa, haciendo un poco de senderismo o paseando con la bici... hay algo que haríamos bien en no olvidar: la pandemia del coronavirus es mucho más que una crisis sanitaria.Y sus efectos van a durar muchos meses. El sector deportivo,por ahora,parece haber recuperado una buena dinámica, especialmente segmentos como el bike, el running, los deportes outdoor o el pádel. Después de tres meses encerrada, la gente tenía muchas ganas de salir, de evadirse, y con el ocio generando aun ciertos recelos, y los viajes despertando muchas dudas, el deporte se ha convertido en una de las grandes vías de escape.Como en 2008.Las crisis,tradicionalmente,han sido un buen aliado para el deporte, especialmente a nivel de práctica, y con el coronavirus ya se vio desde un primer momento que el deporte sería una de las grandes alternativas de ocio postconfinamiento. Pero a pesar de este auge, tan previsible como difícil de ponerle fecha de caducidad, el sector tiene que ser muy cauto con sus movimientos en los próximos meses. Ahora hay roturas de stock de bicicletas, el running se vende a un buen ritmo, el pádel ha recuperado el ritmo de hace medio año y algunos deportes outdoor, por su vinculación con la naturaleza, están generando una buena demanda. Pero todo ello no nos debe hacer obviar que la pandemia del coronavirus arrastra, además de una crisis sanitaria, una grave crisis económica. Quizás la euforia de volver a la calle y unas ventas que parecen bastante buenas (sobre todo porque después de tres meses de cierre cualquier agujero es una trinchera) nos pueden hacer creer que se está recuperando la normalidad, pero todos los indicadores, sin excepción, advierten de que nos vienen unos meses muy complicados. Unos meses de un fuerte ahorro, de una subida de impuestos, de miles de empresas que o no abrirán o tendrán que cerrar en el corto plazo, de un paro muy elevado… Y sí, puede que el deporte consiga pescar en este río revuelto, como suele pasar, pero eso no va a impedir que haya muchos daños colaterales.Vamos, que, aunque el deporte consiga, a nivel global, esquivar esta embestida -que será corta pero muy intensa- habrá muchas empresas,tiendas y marcas a las que les va a costar muchísimo salir de este bache. La práctica seguramente crecerá, las ventas, aunque sea lentamente, puede que sigan creciendo, pero como suele suceder en situaciones como ésta, quienes sacarán provecho de ello serán muy pocos. Los de siempre. Los fuertes y los avispados. Los que tienen capacidad de maniobra y los que han sabido entender hacia donde nos lleva el consumidor.Los grandes y los que hace tiempo han asumido que no hay canales distintos sino necesariamente complementarios. La euforia es buena si es contenida. No se trata de defenderse ahora que hay que atacar, pero hay que estar preparados para unos meses que se antojan muy complicados. Más. La crisis sanitaria aun está dejando en un segundo plano el revés económico que nos viene, y cuando llegue, cuando se haga tan evidente que lo suframos en nuestras pieles, es importante estar preparados. Como sector, la historia nos ha demostrado que jugamos con cierta ventaja, sobre todo en el plano más técnico. Cuando las cosas se tuercen el deporte suele convertirse en una vía de escape accesible y asequible, y solemos aprovecharnos de ello. Pero la moda deportiva, en cambio, acostumbra a desplomarse. Y eso, con los equilibrios actuales, es muy peligroso. No es fácil saber por donde vendrán los golpes, pero como mínimo hay que aprender a encajar. Los grandes combates no los gana quien da el mejor golpe; los gana el más astuto, quien sabe leer las jugadas mejor que su contrincante y quien sabe atacar después de haber encajado.Y en breve empezaremos a recibir. Guardia alta y a encajar, que el combate será largo. Hace algunos días, cuando el Estado de Alarma permitió a los comercios volver a abrir sus puertas, desde nuestra web tradesport.com nos hicimos eco del buen tráfico que había en muchos de los comercios que habían decidido retomar su actividad, incluso con largas colas en sus puertas. Haciendo un simple trabajo de campo por una de las zonas comerciales más importantes de Barcelona, las sensaciones eran muy buenas. Las cosas, entonces, pintaban bien. Pero la realidad, cuando escarbas, no es lo que parece. Había colas, sí, pero porque dentro apenas podía haber gente. Había tráfico, también, pero no más que un día cualquiera antes de la pandemia. Viniendo de donde veníamos cualquier venta era un salvavidas, y por poca gente que entrase, para muchas tiendas era mejor que nada. Y no tanto por un tema económico, que también, sino, sobre todo, por un tema puramente emocional. Volver a la actividad era de por si un balón de oxígeno. Ahora, en plena “nueva normalidad”, una vuelta por esa misma zona comercial nos muestra una realidad muy diferente. Muchas tiendas que aquellos primeros días de “permiso” de la Fase 1 no abrieron, no lo han hecho todavía. Y la gran mayoría no lo harán. Los carteles de Se Traspasa llenan decenas de locales en una zona que, aun siendo de las más comerciales de la ciudad, hace años que languidece por la transformación de los flujos comerciales, dirigidos descaradamente hacia el centro histórico de la capital catalana (monopolio de las grandes cadenas) o hacia los centros comerciales de las afueras. Pero de este tema ya hablaremos más adelante… El repunte que muchos esperaban, en U, en V o imitando el símbolo de Nike, puede que se acabe dando -esperemos- pero en el camino, los daños colaterales pueden históricos. Por lo pronto, lo que hemos visto en las calles de Barcelona no es muy alentador.Y la situación debe ser igual en muchas grandes ciudades de España. Paradójicamente, esas pequeñas tiendas de pueblo (o de ciudad pequeña) a las que muchos ya habían enterrado, son las que mejor se están recuperando. Ellas sí que han vuelto a la normalidad. Sin ganar más de lo que tenían antes, pero tampoco sin perderlo. Ese es el verdadero comercio de proximidad. Y allí sí sabrán valorarlo. El de las grandes ciudades, con el que todo el mundo se volcó en los primeros días, volverá al ostracismo en nada. Como los aplausos en el balcón. Como los hashtags.Así somos. Bares abiertos, playas abiertas, algún turista atrevido, y de lo pasado nos olvidamos pronto. La crisis del coronavirus dejará en la cuneta a muchas tiendas, pero lo que nos debe preocupar más es lo qué pasará el día después. El modelo comercial de los últimos años está absolutamente obsoleto.Y no solo porque con esta crisis el ecommerce ha adelantado su progresión natural tres o cuatro años sino, sobre todo, porque los hábitos de compra (el dónde, el cuándo y el cómo) se han transformado por completo en estos últimos años. Con la misma velocidad con la que,en las grandes ciudades,vamos a volver a dejar de lado el comercio de proximidad (porque lo haremos), vamos a acabar ignorando esos cierres. O peor aún, integrándolos en un paisaje urbano cada vez menos humanizado.Y lo peor de todo es que habrá quien lamentará esos cambios sin pensar que, aunque sean rápidos, eran más que previsibles.Y se habían pronosticado por activa y por pasiva. Al final, el maldito virus, habrá acabado de definir un modelo en el que, nos guste o no, ya encajan miles de tiendas. Y la realidad es que o te adaptas al modelo, o mueres. Así de simple. Y las calles de Barcelona, como las de Madrid, Valencia, Sevilla, Bilbao A Coruña, están llenos de muertos… y moribundos. AYÚDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com Desde el año 1993 SportPanel edita mensualmente tradesport, la primera publicación del sector deportivo.Tras casi 25 años de historia, y con la misma independencia con la quese fundó,tradesport se ha consolidado como un medio de comunicación imprescindible para aquellos que quieran conocer la evolución del sector. editorial opinión 3 Raul Bernat Redactor jefe raul@tradesport.com

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx