TradeSport 253 - Abril 2017

Es complejo aventurarse a pronosticar qué puede pasar. Pero no lo es tanto saber qué no va a pasar. Y lo que seguro que no pasará, al menos a corto y medio plazo, es que esas grandes multinacionales recuperen el terreno perdido. Las reglas han cambiado. Y también han cambiado los hábitos de compra del consumidor. Cuando la crisis pase del todo la moda deportiva en general y, especialmente, la surfera –con todo el gliss a su rebufo- volverán a ganar peso. Otro tema es saber qué marcas liderarán este crecimiento, y aunque es difícil saberlo, lo más probable es que sean las vinculadas al universo skate las que saquen mayor tajada. TS 66 G L I S S pecialmente, por el nuevo boom de los monopatines- se ha unido un aumento de las pequeñas tiendas especialistas. Cada uno de estos formatos tiene su público (los primeros más “generalistas”, con un fuerte protagonismo de las gamas de iniciación o medias; y los segundos con una oferta pensada para los más “selectivos”) pero el pastel es suficientemente grande (y heterogéneo) como para que, de momento, todas las partes puedan sacarle partido… Además, y esa es otra gran diferencia con el surf, el skate no sólo ha conseguido ganar protagonismo con el textil, sino que, sobre todo, ha conseguido algo que el surf siempre pretendió y nunca logró: imponer tendencia en el calzado, convirtiéndose en un icono de la moda urbana. Más allá del surf y el skate Surf y skate son los dos grandes pilares, al menos en nombre, del universo gliss. Pero no son los únicos. Snowboard a parte (nosotros preferimos ubicarlo en los deportes de nieve aunque tenga muchas semejanzas en filosofía y tarjet), no podemos cerrar este breve análisis del gliss sin hablar de un deporte que, con una vinculación no directa pero sí “en esencia”, tiene un peso importante en el mundo gliss: el roller. Aunque ha tenido importantes altibajos en las dos últimas décadas, el roller es un universo con un buen volumen de practicantes –y ventas-. La segmentación por topologías (fitness, velocidad, half pife y free style) ha servido para dinamizar el segmento y convertirlo en uno de los tres deportes más practicados en ciudad. El tarjet es muy heterogéneo, pero podríamos dividirlo en dos grandes grupos: por un lado los patinadores más extremos –con una práctica muy similar a la de los skaters (half pipe, piruetas, free style, barandillas…) y por otro quienes patinan como “ocio” (el gran grueso de practicantes). El problema del roller es que no existe una “cultura roller”. Al menos no tan potente como la del surf y el skate. Y eso que hay marcas que hacen un excelente trabajo en este segmento, alguna de ellas españolas, como KRF. Tampoco hay una industria textil específica ni grandes marcas especializadas en este deporte que hayan conseguido traspasar la frontera de lo estrictamente deportivo. Es un deporte de ocio, muy familiar, sin apenas afán competitivo. El volumen de ventas es espectacular, y aunque hay algunas tiendas especializadas, el pastel está controlado básicamente por grandes cadenas, lo que confirma el carácter más bien lúdico de una modalidad que, año tras año, sigue ganando adeptos. CONFIAR EN EL CAMBIO Las cosas cambiarán. Y lo más seguro es que vayan a mejor. Básicamente porque a peor es complicado. Habrá que ver si el mundo del surf ha aprendido la lección y, sobre todo, habrá que estar atentos a los pasos que den esas grandes multinacionales en los próximos años. La recuperación ya ha comenzado y el potencial sigue siendo muy grande. El textil y, sobre todo, el calzado, representan un porcentaje considerable en el global de las ventas del sector y caer en errores del pasado podría salirle muy caro al sector. Dependemos, en gran parte, de la moda. De cómo avance ésta. No será la práctica la que nos ayude a recuperar terreno, y aunque seguramente surf y, sobre todo, skate, seguirán ganando adeptos poco a poco, el mundo del X-Wear es, sobre todo, moda deportiva. Y como moda deportiva, tiene ciclos. Ahora se supone que viene uno bueno, y si el gliss es capaz de no caminar más rápido de lo que debería, los baches que puedan surgir serán mucho más sencillos de esquivar. Para crecer en el futuro hay que ser consciente de lo que se sufrió en el pasado. G L I S S

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