TradeSport 182 - Noviembre 2010

ESPECIAL OUTDOOR Aestas alturas, prácticamente todo el sector se ha dado cuenta –quien no lo haya hecho, tiene un problema- que uno de los segmentos que atraviesa un mejor momento es, sin duda, el outdoor. No es el único, afortunadamente, pero seguramente sea el que, en los últimos años, ha crecido más, tanto en practicantes como en ventas. Con permiso del running, claro. Este crecimiento se ha dado, además, en una época en la que la economía está siendo bastante desfavorable. Es probable, como defienden algunos expertos, que la crisis económica, más que un freno, haya sido un aliado de determinadas modalidades deportivas, entre ellas muchas de las que están vinculadas al basto universo del outdoor. El consumo ha caído en picado y la gente, temerosa de sus ahorros, ha limitado sus gastos en ocio y los ha redirigido hacia actividades más económicas como el deporte. Si a ello le añadimos que en esta última década, no se sabe muy bien por qué, ha crecido espectacularmente la “pasión” por la naturaleza, parece lógico que deportes como el trekking, el senderismo o el trail running estén en lo más alto de la lista de modalidades que han ganado más practicantes. El crecimiento de estas modalidades –en practicantes y ventas, insistimos- o de otras como el bike o el running más asfáltico, ha demostrado que lo atlético no estaba tan acabado como muchos vaticinaban hace apenas una década. Las práctica deportiva sigue siendo irrisoria y por muchas iniciativas que impulse el gobierno no hay perspectivas de que ello vaya a cambiar mucho, pero sí es cierto que el practicante es cada vez más exigente con el material que utiliza para hacer deporte y mucho menos reacio a pagar por la tecnicidad. O lo que es lo mismo: pese a que el público potencial no ha aumentado excesivamente en número, sí lo ha hecho en gasto, y eso, para el sector, y en una época como la actual, es muy importante. Además, tampoco debemos olvidar que hay determinadas submodalidades que se han puesto de moda y que han sido claves en la dinamización de los segmentos a los que pertenecen. También hay que tener en cuenta el importante progreso que ha experimentado el llamado urban outdoor, o lo que es lo mismo, los productos de marcas outdoor que han sido diseñados –o se utilizan- para la calle. Aunque es obvio que el todopoderosos sportwear ha perdido toda la fuerza que tenía hace apenas 2 ó 3 años, las líneas más urbanas de las grandes marcas del mundo outdoor –Quechua incluida- han experimentado un buen comportamiento, bastante ajenas al cambio en los hábitos de consumo. La montaña, al alcance de todos El crecimiento del outdoor hay que atribuirlo, sí o sí, a su popularización. Ya habrá tiempo de pensar quién, cómo y por qué ha ayudado a que esta popularización fuese tan fuerte, pero la realidad es que de un tiempo a esta parte parece que todo el mundo quiere y puede ir a la montaña. Cada uno con sus límites, pero muchos han perdido el miedo –y la pereza- de salir de las grandes ciudades y perderse durante unas horas, un día entero o un fin de semana en medio de la naturaleza. Eso, sumado al hecho de que la mayoría de quienes lo han hecho saben que no se puede ir a la montaña con cualquier tipo de material, ha sido determinante para que el segmento creciera como lo ha hecho. Modalidades outdoor como el trekking, el senderismo, las travesías o el walking están al alcance de todo el mundo, y muchos son los que han visto en ellas una oportunidad única para estar en contacto con la naturaleza, hacer algo de ejercicio y, por qué negarlo, olvidar durante algunas horas, el periplo que estamos atravesando por culpa de la crisis económica global. Estas modalidades de bajo impacto son, con permiso del trail-running, las Si tuviéramos que elegir dos subsegmentos que hayan sido claves, no tanto en el crecimiento del outdoor, sino más bien en su consolidación y en la compleja tarea de ayudar al segmento a mantener el ritmo, seguramente tendríamos que hacer referencia al Trail-running y al urban outdoor, una evolución del Travel, con líneas todavía más urbanitas. El primero, más exigente, ha seducido a miles y miles de deportistas activos; el otro, más vinculado a la moda, ha conseguido llenar las calles de consumidores vestidos con estética –y marcas- outdoor. Y en ambos casos las ventas han crecido a un ritmo espectacular, que todavía hoy se mantiene y que, seguramente, no se frenará a corto plazo. El trail running y las líneas urbanas mantienen fuerte el outdoor El crecimiento del outdoor hay que atribuirlo, sí o sí, a su popularización. Ya habrá tiempo de pensar quién, cómo y por qué han ayudado a que esta popularización fuese tan fuerte, pero la realidad es que hoy en día todo el mundo quiere y puede ir a la montaña ts26

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