TradeSport 163 - Febrero 2009

ts18 Después de algunos años el frío invierno nos ha vuelto a visitar, dejando una estampa propia de esta estación del año por todos los rincones de la Península Ibérica. Dice el refranero que “año de nieves, año de bienes”, sin embargo, con la que está cayendo en todo el mundo y, en especial, en nuestro país –a nivel económico- nadie se atreve a pronunciar una frase como esta. Más bien al contrario; el sector ni siquiera quiere reconocer el buen comportamiento que, a pesar de la crisis, han experimentado –y siguen haciéndolo- todos los deportes relacionados con la nieve. Ni siquiera se muestran optimistas ante el que seguramente será uno de los inviernos más largos de los últimos 50 años. ¿Se imaginan la situación en la que nos encontraríamos si hubiéramos tenido que afrontar un tercer invierno “caliente”? ¿Cómo estaría el segmento del esquí y otros deportes de nieve? ¿Y el textil y otras familias de producto que han tenido ventas relativamente buenas “gracias” al frío? La coyuntura económica nos ha sumido en una situación compleja, pero creo que hay que ser optimistas. Yo, confiando en la sabiduría popular -plasmada en el refrán anteriormente citado- estoy convencido de que el mercado deportivo, en 2009, se comportará mejor de lo que muchos profesionales del sector esperan. Esta afirmación no lo hago sólo pensando en el clima, obviamente, sino apostando por la profesionalidad de los establecimientos, en su preparación frente a la crisis (ajustando sus costes, seleccionando producto, etc.) y en su capacidad para maximizar las ventas. Para muchos, este planteamiento será utópico, pero conociendo a unos cuantos empresarios detallistas estoy seguro de que el sector sabrá administrar la situación con serenidad, y sobreponerse al temporal, sacando lo mejor de sí mismos y de sus equipos para salir reforzados de la coyuntura actual. Sin duda, en una situación como la actual, sería mucho mejor que el sector estuviera más preparado para reaccionar rápido, para llevar a cabo reposiciones y, sobre todo, para liberar al más débil -el pequeño empresario, el establecimiento minorista- de la obligación de invertir grandes cantidades de dinero en producto o de disponer de almacenes para poder efectuar las ventas. Si las marcas tuvieran una estructura preparada para adaptarse a las necesidades y fluctuaciones del mercado ante las demandas del establecimiento, la solvencia de muchas tiendas sería mucho mayor, pues al disminuir su nivel de endeudamiento podrían “jugar” bastante más. Sin embargo, la estructura actual que existe en el mercado deportivo dificulta enormemente esta posibilidad y en coyunturas como la actual, prácticamente se hace imposible. Bajo mi punto de vista, esta circunstancia es algo que nuestro sector debe empezar a resolver cuanto antes, no sólo porque es una necesidad en el entorno actual, donde la flexibilidad en las estructuras es vital, o porque aliviaría las pesadas cargas que han de soportar las tiendas, sino también, y sobre todo, porque agilizaría sobremanera el sector, permitiendo rápidas respuestas a las demandas del mercado. Por otro lado, mi optimismo también radica en la convocatoria que, a través de la plataforma www.eldeportesemueve.org, han lanzado las tres revistas especializadas del sector para fomentar la practica deportiva en nuestro país, incrementar el número de deportistas en nuestra sociedad, promover el IVA reducido para el material deportivo y reclamar la presencia activa del sector en los organismos vinculados al deporte de las administraciones, entre otras cuestiones. Considero que el sector necesita un impulso de este tipo. Y creo que seremos lo suficientemente inteligentes como para no desaprovechar esta oportunidad para posicionarnos, unidos, ante la próxima creación del Ministerio de Deportes. Ahora sólo queda esperar a que haya una masiva afiliación a este decálogo, cuyo único objetivo es lograr una mejor situación para el conjunto del sector. Si queremos que nuestro mercado sea mayor debemos conseguir, irremediablemente, que los índices de práctica deportiva crezcan, ya que con ello, además de incrementar los clientes, se generará tráfico en las tiendas y se mejorarán las ventas. En fin, a pesar del entorno, me empeño en ver el vaso medio lleno, aun a riesgo de que muchos me llamen iluminado. Estoy convencido de que la situación actual también abre oportunidades de futuro y puede ser un estímulo para llevar a cabo una mejor gestión del establecimiento, modificar las rígidas estructuras del sector en beneficio del sell out o crear un “frente común” ante las administraciones para desarrollar la práctica deportiva, e incrementar el número de deportistas, y por relación directamente proporcional, mejorar las ventas en nuestras tiendas. Siempre hay oportunidades y en tiempos de crisis, más que nunca, hay que saber aprovecharlas. La situación actual puede ser un estimulo para llevar a cabo una mejor gestión del establecimiento, modificar las rígidas estructuras del sector en beneficio del sell out o crear un “frente común” ante las administraciones para desarrollar la práctica deportiva [coyuntura] Año de nieves... ¿Se imaginan la situación en la que nos encontraríamos si hubiéramos tenido que afrontar un tercer invierno cálido? ¿Cómo estaría el segmento de los deportes de nieve? ¿Y el textil y otras familias de producto que han tenido ventas relativamente buenas gracias al frío? Pese a la crisis, debemos ser optimistas CARLOS GRANDE Secretario General de ANDAD

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