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NUTRICIÓN El tracto gastrointestinal está constituido por un sistema de órganos que entra en contacto con el alimento tras la ingestión de éste y es responsable de su digestión y absorción de los nutrientes resultantes. Por tanto, es interesante estudiar las posibles diferencias en la capacidad de absorción de aminoácidos (productos de la digestión de las proteínas) entre razas porcinas autóctonas y convencionales, de las que la Ibérica y la Landrace, respectivamente, constituyen un claro ejemplo. La determinación de la proporción de cada aminoácido de la proteína de la dieta ingerida que es absorbida (absorción fraccional) puede diferir entre razas tan distintas como los cerdos Ibéricos y Landrace. Esta información podría utilizarse para establecer recomendaciones de suplementación de las dietas con aminoácidos para cerdos Ibéricos (y Landrace) y así optimizar su crecimiento. Como es bien sabido, el cerdo Ibérico (Sus mediterraneus) es una raza autóctona que prospera en el bosque mediterráneo del suroeste de la Península Ibérica (España y Portugal) consumiendo bellotas (1.3-6 kg de materia seca/día; Rodríguez-Estévez y col., 2009) de roble, alcornoque y principalmente de encina, complementadas con pasto. Este tipo de alimentación (y manejo del animal) proporciona productos de propiedades organolépticas excepcionales (López-Bote, 1998). Existe un interés creciente por los sistemas de producción semi-extensivos o extensivos, donde el uso eficiente de los recursos alimentarios constituye un factor clave para la sostenibilidad y el bienestar animal. En estos sistemas es el propio animal quien cosecha su alimento, lo que le hace junto a sus características genéticas estar muy bien adaptado al medio y a lo que éste le ofrece. Con un buen manejo, la conservación del medioambiente y la producción animal van de la mano. Las zonas mediterráneas se caracterizan por ambientes estacionales con marcadas fluctuaciones en la abundancia de recursos alimentarios con períodos de sequía y periodos relativamente breves de producción de forraje. Actualmente hay un debate sobre la competición de sistemas ganaderos frente a la producción de alimentos de origen no animal para el consumo humano debido a la cantidad de tierra agrícola usada para producir alimentos destinados a la ganadería (Mottet y col., 2017). Sin embargo, en tierras marginalmente productivas que no pueden producir cultivos rentables para el consumo humano directo puede ser muy beneficioso utilizar el pastoreo. Los animales actuarían como amortiguadores tróficos entre las personas y el medioambiente, utilizándose a los mamíferos para cosechar, convertir y almacenar biomasa vegetal (Ewel, 1999). Hay tierras que sólo pueden ofrecer ganadería semi-extensiva o extensiva como fuente de rentabilidad utilizando animales bien adaptados a las condiciones ambientales, y esto es justo lo que sucede con el cerdo Ibérico. El ciclo productivo del cerdo Ibérico se orienta hacia un periodo final de pastoreo/engorde en la dehesa denominado montanera. Hoy en día, el ciclo productivo sigue un sistema semi-extensivo que ofrece alimento compuesto equilibrado desde el destete hasta aproximadamente 100 kg de peso corporal para posteriormente ser engordados en otoño e invierno al aire libre en la dehesa Figura 1. Flujo sanguíneo gastrointestinal (portal) durante el muestreo (6 h) en cerdo Ibérico y Landrace. Figura 2. Absorción gastrointestinal (mmol) de animoácidos durante el muestreo (6 h) en cerdo Ibérico y Landrace. 35

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