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28 nes españolas han caído un 6,4% de enero a agosto. Esta reducción está aplicando principalmente a la categoría de “carnes” (frescas, refrigeradas o congeladas) que suponen el 70% de las ventas en un 8,9% y la partida de despojos (-2,5%), que si bien solo representa 18% de las ventas es crítico por la falta de consumo interno de estos productos y que la revalorización de los mismos solo se produce en mercados de terceros países. La situación europea en torno a la caída de la producción generalizada está haciendo que las exportaciones españolas se reorienten al mercado comunitario, además, esta reorientación se produce por la falta de competitividad, en precio, de nuestros productos frente a los de terceros países (Brasil y EE. UU., principalmente). Así tenemos que el 2020 el 63% de las exportaciones iban a países terceros y en la actualidad esta cifra se ha reducido al 47% detonando el incremento de exportación intracomunitaria. ¿QUÉ RETOS SE ENFRENTA EL MERCADO EUROPEO Y ESPAÑOL? Uno de los principales que además es el más silencioso es la falta de relevo generacional. Es un detonante a nivel del campo, pero es claramente la falta de vocación lo que hace que haya una limitada inversión de jóvenes que apuesten por el sector porcino. Como causa o como origen de la consecuencia de la falta de motivación de inversión lo encontramos en las dificultades burocráticas a la hora de emprender un proyecto profesional de futuro como ganadero de porcino donde un proyecto de cierta importancia que conlleve autorización ambiental integrada puede demorarse más de cuatro años y aun cumpliendo todas las exigencias normativas (estrictas exigencias normativas), no se puede garantizar que el proyecto se autorice finamente por parte de las autoridades competentes. Esto hace que un joven que se quiera incorporar al sector, desestime cualquier inversión que no garantice su ejecución, así como un rápido inicio de retorno a la inversión. Por otra parte, está la previsión de normativa a nivel de Europa en materia de bienestar animal. Si bien, todavía no se sabe cuándo se va a presentar, está claro que más pronto que tarde, vendrá y esto está frenando cualquier intención por no saber la dirección que va a tomar la nueva normativa. En este aspecto la normativa puede ir en la dirección de la eliminación total de las jaulas (las que quedan en porcino son cubrición, cubrición-control y partos) y por otro un cambio en las densidades. Cualquiera de estos cambios puede echar por tierra toda una inversión porque, por un lado, si se ha construido una granja con jaulas, habría que renovarla (con un periodo de transición, esperemos) y por otro, los cambios en las densidades afectan directamente a la reducción de producción y, por lo tanto, reducción de ingresos alterando totalmente cualquier plan financiero que se haya preparado. Pero no solo, hay problemas con unas mayores exigencias de bienestar animal, otro de los limitantes son los aspectos medioambientales. En España se ha ido más allá de la normativa europea para reducir emisiones de amoniaco, pero a su vez es uno de los limitantes a la hora de aumentar la producción haciendo muy difícil una renovación de granjas. Por otro lado, el tema de las concesiones de agua está poniendo muy complicado el suministro a granjas pese a que el sector porcino ha hecho un esfuerzo de reducción del 30% del uso y consumo de agua en los últimos 20 años y que en su totalidad solo utilizamos el 0,05% del agua existente en España ¿CÓMO SE PUEDE ADAPTAR EL SECTOR PORCINO ESPAÑOL A ESTOS NUEVOS ESCENARIOS? La adaptación de un sector tan potente que detrás tiene granja (estructura) no es tan fácil como se puede pensar, ya que cualquier adaptación va a conllevar una fuerte inversión inicial que debería ser pagada por un mercado futuro incierto. Potenciar la inversión y el relevo generacional. Hay que desarrollar un plan de incorporación de jóvenes ganaderos al negocio y para ello hay que tomar medidas tanto a nivel de la administración como a nivel sectorial. Por el lado oficial, hay que desarrollar campañas de incorporación con créditos blandos y con periodos de carencia que cubran los tiempos de espera administrativos. Por otro lado, si el joven ganadero se va a incorporar a una estructura de integración, debería ser la propia integradora quien garantice un puesto de trabajo en otra PORCINO

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