Q108 - Tecnología y equipamiento para la industria química

25 SOSTENIBILIDAD res estadounidenses, las inversiones de la industria del petróleo y el gas alcanzaron un nuevo récord en 2022. Y como las mayores empresas constructoras de plantas químicas suelen tener también presencia en el negocio del petróleo y el gas, la capacidad de construcción de plantas está empezando a escasear. La demanda de soluciones de ingeniería de instalaciones también se ve intensificada por la política: se calcula que sólo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) aprobada por el Gobierno de EE.UU. en 2022 podría dar lugar a inversiones de 369.000 millones de dólares en el ámbito de la seguridad energética y la neutralidad climática de aquí a 2030. La Comisión Europea planifica a una escala similar con su programa REPowerEU, y Japón también quiere invertir masivamente dentro de su programa de Transformación Verde. Proveedores multinacionales como Fluor, Worley, Technip y Samsung Engineering han informado recientemente no sólo de un aumento significativo de la entrada de pedidos, sino también de espectaculares proyectos de descarbonización por parte de sus clientes. En diciembre, por ejemplo, causó revuelo el inicio de la construcción de un nuevo cracker de vapor en el puerto de Amberes: el grupo petroquímico británico Ineos está construyendo allí un cracker de etano bajo el nombre de “Proyecto Uno”, que, tras su puesta en marcha en 2026, deberá emitir alrededor de un 50% menos de gases de efecto invernadero que las plantas de este tipo más eficientes hasta la fecha. Con 3.500 millones de euros, es el mayor proyecto de inversión en la industria química europea de los últimos 25 años. Technip Energies se ha hecho con el contrato para la licencia tecnológica y la ingeniería y diseño iniciales (FEED). Formada en 2021 a partir de la francesa Technip FMC, la empresa de ingeniería de plantas se centra en soluciones de ingeniería y tecnología para la transformación de la energía. COOPERACIÓN INTENSIVA ENTRE QUÍMICA E INGENIERÍA DE PLANTAS Este espectacular proyecto es sólo uno de tantos: Casi todas las empresas químicas que explotan crackers de vapor trabajan ahora en soluciones respetuosas con el clima para los hornos de craqueo, porque el eteno es el punto de partida de muchos plásticos y productos químicos básicos, y hasta la fecha se producen casi 700 kilogramos de dióxido de carbono por tonelada de eteno. El proyecto es de tal envergadura que exige nuevas cooperaciones entre constructores y operadores de plantas, e incluso com-

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