IN617

de un mismo local. Por ello, los límites reglamentados se establecen admitiendo un porcentaje de insatisfechos. Otra de las variables que afectan al bienestar, tiene que ver con la radiación, desde el cuerpo a los cerramientos cuando los mismos están fríos, o desde los cerramientos hacia el cuerpo cuando éste está a menor temperatura. La temperatura operativa, la que sentimos, es un promedio entre la seca del aire y las de los cerramientos y unidades terminales. En esto se basan los sistemas radiantes para obtener las mismas condiciones interiores con menores temperaturas del aire en invierno o mayores en verano. En edificios con grandes superficies acristaladas, para compensar la radiación de las mismas, son necesarias mayores temperaturas secas en calefacción y menores en refrigeración. El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) fija la temperatura de diseño operativa, no la seca del aire, para dos estaciones diferenciadas, verano e invierno. En verano, es posible reducir la temperatura operativa con mayores temperaturas secas empleando ventiladores, que al aumentar la velocidad del aire sobre el cuerpo, aceleran la disipación de calor del mismo. En su aplicación deben controlarse las velocidades para evitar molestias locales por corrientes de aire según recoge la IT 1.1.4.1.3. del RITE. El RITE fija las siguientes temperaturas operativas de diseño: • Invierno temperatura operativa: 21-23°C. • Verano temperatura operativa: 23-25°C, si bien para funcionamiento, en la IT 3.8, en locales de pública concurrencia se establece una consigna de 26°C. Aunque las consignas se definen para las estaciones invierno y verano, realmente se corresponden con regímenes 23 DOSIER REHABILITACIÓN se encuentran el metabolismo y la vestimenta. A mayor actividad, se genera mayor energía, energía que debe disiparse, y por ello son necesarias menores temperaturas ambiente. Con respecto a la vestimenta, cuanto mayor sea la misma, menor temperatura ambiente se precisa (mayor resistencia térmica). Las condiciones interiores necesarias no son constantes todo el año (por ejemplo, no vamos vestidos igual en verano que en invierno) por eso la norma establece diferentes condiciones interiores para calefacción (menores temperaturas) que para refrigeración (mayores), de manera que con un uso coherente de la vestimenta, se consiga el mismo bienestar con menor consumo de energía. Ahora bien, cada persona tiene su propio metabolismo, por lo que las condiciones ambiente óptimas son diferentes para cada una, siendo imposible establecer unas consignas que satisfagan al 100% de los ocupantes Figura 1: Evolución del aire de ventilación en los sistemas de calefacción.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx