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21 ECONOMÍA CIRCULAR no se actúa en muchos ámbitos si no hay medidas punitivas, en particular desde el punto de vista económico. Este hecho también se evidencia en el ‘Eurobarómetro pymes, eficiencia de recursos y mercados verdes’, en el que se ponía de manifiesto que sólo el 24% de las empresas encuestadas (que fueron 13.343) tenía en marcha alguna iniciativa concreta para reducir su huella de carbono. En el caso de las pymes españolas, el porcentaje era del 16%, ocho puntos porcentuales menos. Esta diferencia en la percepción que la pyme tiene del componente ambiental como elemento de desarrollo empresarial, tiene que ver con la mayor o menor dependencia de las mismas dentro de estructuras productivas más amplias, tanto a nivel sectorial como territorial, se afirma en el estudio, cuya lectura recomendamos. “Los menores márgenes económicos que presenta la pyme, con un bajo nivel de capitalización o menores niveles de inversión en I+D+i, conllevan estrategias competitivas basadas en el precio y no tanto en la diferenciación de producto, lo que dificulta los procesos de inversión hacia otras formas de producir”. BARRERAS A LA IMPLANTACIÓN DE LA CIRCULARIDAD EN LA ECONOMÍA Las barreras que puede encontrar la pyme en la implantación de procesos o en la adopción de medidas relacionados con la economía circular pueden ser muy diversas y atender a diferentes razones. Estas tienen un carácter multidimensional (5), que incluye tanto factores internos como externos de las organizaciones. A esta realidad, hay que añadir que las características especiales de la pyme frente a la gran empresa añaden particularidades a la configuración de estas barreras. Y es que el propio tamaño de la empresa constituye, en sí misma, una barrera para afrontar los cambios asociados a la implantación de este proceso circular; tal y como señala Cepyme (7), el pequeño tamaño de las empresas —y su baja productividad asociada— es un reto todavía pendiente de ser superado en España. Una cuestión relevante, se apunta en el estudio, es la percepción de las cuestiones ambientales por parte de la pyme, que ha percibido la protección ambiental como costosa y con escasos beneficios a largo plazo. El motivo de esta percepción es que se duda sobre la potencial ganancia de competitividad que pueda generar una mayor atención a la sostenibilidad ambiental. Por el contrario, un mayor foco en ella es percibida como un incremento de los riesgos financieros a corto plazo. Pero aún hay más: “una parte del tejido pyme desconoce de manera exhaustiva su impacto en el medio ambiente y, por lo tanto, difícilmente puede afrontar y gestionar el mismo”. Las características especiales de la pyme frente a la gran empresa añaden particularidades a la configuración de estas barreras El director de la Fundación 1º de Mayo y de ISTAS-F1M, Vicente López, se dirige a los asistentes a la presentación del estudio.

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