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Virginia Moreno Medina, Relaciones Institucionales de Ecoembes, en un momento de su intervención. 20 ECONOMÍA CIRCULAR dad de la actividad empresarial y en su ganancia o no de capacidad competitiva, tanto desde el punto de vista comercial como para la captación de recursos”. LA PYME, “SUJETO RELEVANTE” Los beneficios potenciales asociados a la implantación de la economía circular en la empresa son diversos (1): eficiencia y productividad; innovación; diversificación de negocio; sostenibilidad ambiental; mejora en la gestión de riesgos, y el refuerzo de la responsabilidad y el compromiso con la sociedad. El colectivo pyme (2), por representatividad en el tejido socioeconómico, su impacto ambiental e incidencia en el uso de los recursos, está llamado a ser un sujeto relevante en este proceso de transformación, ya que estas empresas son el “motor de la economía española, ya que constituye su principal tejido empresarial”. Tal y como se ha apuntado, dentro de esta categoría de pyme se incluye el 95% de las empresas que operan en nuestro país, que generan el 90% del empleo. Estas cifras corroboran que “no se podrá alcanzar el logro de los objetivos climáticos y el cambio de modelo productivo sin su implicación y contribución”. Además, en el informe se remarca que “una parte del tejido empresarial de la pequeña y mediana empresa forma parte de las cadenas de valor de las grandes empresas multinacionales”. El elevado porcentaje de empresas nacionales que son pymes hace que el impacto ambiental de su actividad sea “considerable si consideramos el efecto acumulado de todas ellas a nivel territorial, o bien si tenemos en cuenta el que se deriva de la suma de todas las pequeñas y medianas empresas pertenecientes a un mismo sector. Incluso algunas pueden tener efectos ambientales muy significativos a escala local y regional”. En este sentido, la contribución de las pymes a la contaminación de origen industrial en la Unión Europea se acerca al 70% del total. Respecto a la contribución de la pyme al cambio climático y al consumo de recursos, las más de 23 millones de pymes de la Unión Europea tienen un impacto acumulado muy importante. Así, su cuota colectiva en el total de las emisiones procedente de la empresa es del 62% (3). EL 54% DE LAS PYMES DESCONOCÍA A FINALES DE 2020 QUÉ ES LA ECONOMÍA CIRCULAR Según una encuesta realizada a finales de 2020 por la Cámara de Comercio, en colaboración con Mapfre, solo el 46% de las pymes conocían —hace ya tres años— el alcance y potencialidades de la economía circular, cifra que sin duda habrá aumentado en el tiempo transcurrido desde entonces. Dentro de este porcentaje, las que por aquel entonces contaban con menos de cincuenta trabajadores eran las que desconocían en mayor medida esta cuestión. Las diferencias entre pymes y grandes empresas son evidentes en muchas áreas. Una de ellas es cómo integran las cuestiones ambientales en su gestión. Mientras las primeras suelen reaccionar a las mayores exigencias legales (por tanto, sin convencimiento), las segundas integran estos cambios como un elemento diferenciador y, aún más, como una característica que aporta ventajas competitivas frente a rivales en el mercado que no incorporan componentes ambientales y criterios circulares a su actividad. Según el informe ‘Contribución de las medianas empresas al desarrollo sostenible’ (4), las actuaciones ambientales llevadas a cabo por estas empresas de manera más frecuente eran aquellas en las que se veían afectadas claramente por regulaciones ambientales (gestión de residuos y eficiencia energética). Mientras, en aquellas donde la presión regulatoria era menor (por ejemplo, las referidas a las emisiones de gases de efecto invernadero o al impacto sobre la biodiversidad) la adopción de medidas era menor. Nada nuevo, y menos en nuestro país, en el que

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