FO101 - FuturEnviro

19 REUTILIZACIÓN DE AGUAS RESIDUALES cuados y el establecimiento de “una estrategia clara y compartida para impulsar los cambios sociales, culturales e institucionales que permitan desarrollar nuevos valores y normas en la sociedad”. La reutilización de aguas residuales permite recuperar recursos valiosos, como nutrientes, energía y agua. Un requisito clave para la recuperación y reutilización de los flujos de residuos es garantizar que el proceso sea seguro para las personas y el medio ambiente. Cuando son adecuados para su fin, estos recursos generan beneficios colaterales, como la reducción de la dependencia de productos sintéticos (hasta el 25% de la demanda mundial de nitrógeno y fósforo en la agricultura se pueden obtener de derivados de la orina humana); la diversificación de la producción de energía (gracias a la potencial producción de metano); y el aumento de la seguridad hídrica. En este sentido, el informe del PNUMA estima que hay un potencial sin explotar de reutilización de aguas residuales de unos 320.000 millones de m3/año, con los que se podrían regar unos 40 millones de hectáreas. TRES ÁREAS DE ACCIÓN CLAVE Y SEIS ELEMENTOS BÁSICOS El análisis del PNUMA también examina los retos que deben superarse para hacer realidad los beneficios y las oportunidades de la recuperación y reutilización de los recursos que se almacenan en las aguas residuales. El análisis del organismo internacional define tres áreas de acción clave e identifica seis elementos básicos para maximizar las oportunidades de la recuperación de recursos y la reutilización segura. El objetivo “es inspirar a los responsables políticos, así como a los responsables de la toma de decisiones para liderar un cambio transformador en la gestión sostenible de las aguas residuales. La solución adecuada, o la combinación de soluciones, dependerá de las circunstancias locales o regionales, y debe ajustarse a los contextos económico, medioambiental, social y cultural”. Las tres áreas de acción enumeradas en el documento son las que siguen: 1. Reducir el volumen de aguas residuales producidas Los recursos de agua dulce deben utilizarse de forma más responsable. Reducir el consumo de agua disminuirá, obviamente, el volumen de aguas residuales producidas, haciendo que la tarea de recuperarlas y reutilizarlas requiera de menos energía y reduciendo así los costes de recogida y tratamiento. Una menor generación de aguas residuales también disminuirá los riesgos de contaminación para las personas y la naturaleza. 2. Prevenir y reducir la contaminación. Hay que prestar más atención a los materiales que se introducen en el agua cuando se utiliza y —cuando sea posible— separar y eliminar los compuestos en origen antes de Hasta el 25% de la demanda mundial agrícola de nitrógeno y fósforo se puede obtener de derivados de la orina humana, se mantiene en el informe del PNUMA.

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