Tal y como recoge el informe 2022 Europe Market, publicado por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA en sus siglas en inglés), a lo largo de 2022, 414.000 españoles se decantaron por un crucero para disfrutar de sus vacaciones. Estas cifras sitúan a España como el cuarto mercado emisor más importante de Europa, por detrás de Alemania, Reino Unido e Irlanda e Italia. Igualmente, el mencionado informe señala que el Mediterráneo es el destino más demandado por los españoles (84,4%) y, concretamente, el Mediterráneo Central y Occidental (España, Francia e Italia), tendencia que sigue el patrón marcado por el resto de países europeos. Mientras, en segundo y tercer lugar, se encuentran el norte de Europa (7%) y el Caribe (3,6%). De forma paralela, según un reciente estudio de opinión de CLIA, el 91% de los encuestados en España, y que han disfrutado de un crucero, manifiestan su intención de volver a navegar en los próximos años, una intención ligeramente superior a la media (85%). Además, el 79% del total de encuestados en España afirma su intención realizar un crucero en los próximos dos años, frente al 71% de la media. DEPORTES ACUÁTICOS Completando la oferta del turismo costero, los deportes acuáticos han emergido como una poderosa fuerza que no solo deleita a entusiastas y atletas, sino que también impulsa el crecimiento económico en las regiones costeras. Este fenómeno, lejos de ser simplemente recreativo, tiene un impacto significativo en la economía azul, desencadenando una serie de beneficios económicos y desafíos que merecen atención. En este sentido, los destinos que ofrecen deportes acuáticos, como el surf, el buceo, la vela y el paddleboarding, atraen a turistas de todo el mundo. Este flujo constante de visitantes contribuye a la economía azul al impulsar la demanda de servicios turísticos, como hoteles, restaurantes, alquiler de equipo y escuelas de deportes acuáticos. La expansión de la industria turística resultante genera empleo y estimula el desarrollo económico en comunidades costeras. Además, la presencia de deportes acuáticos en una región no solo diversifica las actividades recreativas disponibles, sino que también diversifica los ingresos locales. Las comunidades costeras, que históricamente pueden haber dependido de la pesca o el turismo tradicional, encuentran en los deportes acuáticos una oportunidad para expandir sus fuentes de ingresos y mejorar la resiliencia económica. El auge de este tipo de deportes también conlleva un impulso en la inversión de infraestructura. Las instalaciones para practicar estos deportes, como muelles, puertos deportivos y centros de entrenamiento, se convierten en parte integral del desarrollo costero. Esto no solo beneficia a los atletas y turistas, sino que también contribuye a la infraestructura local, mejorando la calidad de vida para los residentes. GESTIÓN AMBIENTAL A medida que los deportes acuáticos ganan popularidad, surge una mayor conciencia ambiental. Los amantes del mar se convierten en defensores de la conservación oceánica, generando una nueva generación de ciudadanos conscientes de la importancia de preservar los ecosistemas marinos. Este cambio cultural puede tener un impacto significativo en la adopción de prácticas sostenibles y en la lucha contra la contaminación del agua. Además, la congestión en áreas de práctica, el impacto en hábitats submarinos sensibles y la producción de desechos relacionados con el equipo y las instalaciones son preocupaciones que requieren una gestión cuidadosa para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA La popularidad de los deportes acuáticos ha estimulado la innovación y el desarrollo tecnológico. Desde equipos más sostenibles hasta aplicaciones para monitorear las condiciones del agua, la industria de los deportes acuáticos impulsa la adopción de tecnologías que pueden beneficiar tanto a los atletas como al medio ambiente. 167 ANUARIO MARÍTIMO ESPAÑOL ⎮ TURISMO COSTERO
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