La intención del comandante
¿Qué podemos aprender de liderazgo de un excomandante de las fuerzas armadas navales y de la intención del capitán para implementar en nuestras organizaciones y optimizar el liderazgo de forma efectiva?
En el complejo y dinámico panorama empresarial actual, marcado por entornos BANI (frágil, ansioso, no lineal e incomprensible), los modelos de liderazgo tradicionales a menudo se quedan cortos. Sin embargo, las lecciones extraídas de las fuerzas armadas, particularmente de figuras como el ex Navy SEAL Jocko Willink y la metodología de la ‘Intención del comandante’ (IC), ofrecen una brújula invaluable para transformar y optimizar el liderazgo en nuestras organizaciones.
El liderazgo transformador de Jocko Willink: más allá del campo de batalla
Jocko Willink, un oficial retirado de los Navy SEAL de EE. UU. y cofundador de Echelon Front, ha demostrado cómo los principios aprendidos en el campo de batalla son directamente aplicables al mundo civil y empresarial. Su experiencia liderando misiones en zonas de combate, como Ramadi en Irak, le enseñó que el liderazgo efectivo no se trata de gritar órdenes o intimidar, sino de forjar equipos resilientes basados en la responsabilidad, el respeto y la confianza.
Una de las piedras angulares de su filosofía es el concepto de ‘Extreme Ownership’ (Propiedad Extrema). Este principio fundamental establece que el líder es responsable de absolutamente todo lo que su equipo hace o deja de hacer, sin importar la razón del fallo. Esta mentalidad elimina la búsqueda de culpables y redirige la energía hacia la mejora continua, haciendo que el líder se pregunte: ‘¿Cómo yo puedo mejorar el plan? ¿Cómo yo puedo preparar mejor al equipo? ¿Cómo yo puedo comunicarme más claramente?’. La ventaja de la ‘Propiedad Extrema’ es que impulsa a la acción y frena las quejas y críticas.
Relacionado con esto, Willink enfatiza que “no hay equipos malos, solo malos líderes”. Un liderazgo sólido es esencial para potenciar y cohesionar equipos, transformando cualquier grupo en una unidad efectiva. Si un equipo falla, la mirada debe dirigirse siempre a las habilidades del líder.
Además, Willink desmiente el mito del ‘sargento gritón’. El liderazgo basado en el miedo y la intimidación es contraproducente, ya que destruye la confianza y la moral, llevando a un ‘perro apaleado’ (un equipo sumiso pero ineficaz) o a una ‘rebelión’. En cambio, el respeto se gana a través de la competencia y la equidad. Un líder que se preocupa genuinamente por el bienestar de su equipo, escucha sus preocupaciones y comparte los riesgos, motiva mucho más que el miedo. Esto se complementa con la comunicación clara, asegurando que todos entiendan los objetivos y roles.
Otro principio clave es la ‘Disciplina = Libertad’. Aunque contraintuitivo, Willink explica que la disciplina es el camino arduo que conduce a una vida de libertad y al logro de metas. Un estudio disciplinado y detallado de un plan facilita la reacción ante situaciones inesperadas. La disciplina reduce la ansiedad al proporcionar una rutina y permite la flexibilidad, la agilidad y la velocidad de reacción. Significa tomar el control de los hábitos y tomar decisiones difíciles, incluso cuando nadie está mirando.
La Intención del comandante: un pilar para la agilidad empresarial
La ‘Intención del comandante’ (IC) es un concepto militar que ha demostrado ser excepcionalmente valioso para los equipos empresariales, especialmente en entornos de alta incertidumbre. Originaria del ejército alemán (conocida como ‘Auftragstaktik’) y adoptada por el ejército estadounidense en los años 80, la IC no es un plan rígido, sino un marco que define el propósito clave y el estado final deseado de una misión, otorgando a los subordinados la libertad para actuar con autonomía dentro de límites claros.
Los principios clave de la IC aplicados a los negocios incluyen:
- Claridad en el propósito y la visión: los equipos necesitan una visión compartida que vaya más allá de las metas financieras, como impulsar soluciones sostenibles para mejorar la calidad de vida de los clientes.
- Límites claros y autonomía: se definen los parámetros operativos (presupuesto, valores éticos) y se empodera a los equipos para tomar decisiones tácticas.
- Adaptabilidad táctica: se fomenta una cultura de innovación ágil donde los equipos pueden ajustar sus tácticas rápidamente ante imprevistos sin perder de vista el objetivo.
- Confianza y empoderamiento: los líderes confían en sus equipos para interpretar la IC correctamente, delegando autoridad y celebrando la toma de decisiones descentralizada. La confianza, que debe ganarse, es fundamental para la cooperación y el aprendizaje grupal.
- Comunicación continua: la IC se reitera constantemente para asegurar la alineación, evitando la microgestión y resolviendo dudas a través de ‘check-ins’ breves y herramientas de comunicación.
Los beneficios de aplicar la IC son numerosos, especialmente en contextos BANI:
- Fomenta la autonomía y la agilidad, permitiendo decisiones rápidas y efectivas.
- Proporciona claridad en medio de la incertidumbre, manteniendo a los equipos enfocados.
- Promueve la resiliencia organizacional al permitir la adaptación sin perder la misión.
- Facilita la alineación estratégica, asegurando que todas las acciones contribuyan a los objetivos globales.
- Reduce la sobrecarga de información, actuando como un filtro para priorizar lo relevante.
La IC contrasta con la planificación tradicional, que es más rígida y detallada, priorizando el control y la predictibilidad. Mientras que un plan tradicional es útil para tareas repetitivas o estables, la IC es ideal para entornos dinámicos, startups, innovación y crisis, ya que su flexibilidad permite ajustes rápidos ante imprevistos. No obstante, la IC y los planes tradicionales no son excluyentes, y pueden combinarse para fases críticas y etapas creativas, respectivamente. La clave es equilibrar la estructura con la libertad, dependiendo del objetivo, la madurez del equipo y el nivel de incertidumbre.
Aplicación práctica y casos de éxito
Para implementar la IC en los negocios, los líderes deben:
- Definir claramente el ‘por qué’ y el ‘qué’ de la misión, dejando el ‘cómo’ a los equipos.
- Establecer límites operativos precisos.
- Fomentar una cultura de confianza y autonomía, donde los errores se vean como oportunidades de aprendizaje.
- Revisar y ajustar continuamente la intención para asegurar su relevancia.
Empresas como Southwest Airlines y Spotify ejemplifican la aplicación de principios similares a la IC. Southwest ha mantenido una rentabilidad consistente al operar con una intención clara y simple: ‘Ser LA aerolínea de tarifas bajas’. Esto guía todas sus decisiones, empoderando a los empleados y simplificando procesos. Spotify, por su parte, utiliza un modelo de ‘squads’ autónomos que operan alineados con una visión global, lo que ha impulsado una innovación acelerada, crecimiento exponencial y resiliencia en un mercado competitivo.
En ambos casos, el éxito se basa en la confianza en el potencial humano, el empoderamiento de los equipos para tomar decisiones significativas y la creación de una cultura de responsabilidad y crecimiento continuo.
Reflexiones filosóficas y conclusión
La ‘Intención del comandante’ no es solo una técnica operativa; es una filosofía arraigada en principios como el pragmatismo (enfocarse en resultados prácticos), el existencialismo (libertad y responsabilidad en la toma de decisiones), y el estoicismo (enfocarse en lo controlable). Reconoce que el significado debe ser interpretado por cada miembro en contexto (hermenéutica) y que las acciones deben maximizar el bien común (utilitarismo). El liderazgo, en este contexto, se convierte en un servicio y una visión, donde el líder guía y confía, no controla.
En un mundo donde la incertidumbre es la norma, adoptar la metodología de la ‘Intención del comandante’ y los principios de liderazgo de Jocko Willink permite a las organizaciones alinear equipos diversos hacia un objetivo común, acelerar la toma de decisiones sin sacrificar coherencia e innovar dentro de marcos estratégicos. Es una invitación a confiar en la capacidad humana, enfocarse en lo esencial y actuar con propósito.
Como bien se ha dicho, “la planificación es esencial, pero la victoria depende de cómo tus equipos interpretan tu intención cuando las cosas salen mal”. Los militares retirados, con su vasta experiencia en liderazgo, toma de decisiones bajo presión y manejo de equipos en situaciones extremas, aportan un valor agregado inigualable a la alta gerencia empresarial. Su disciplina, capacidad para el trabajo en equipo y enfoque en la misión los convierten en activos invaluables para llevar a las empresas al éxito. ¿Está su organización lista para liderar con propósito y soltar el control, cosechando los frutos de la libertad que la disciplina y una intención clara pueden ofrecer?
Consejos de aplicación para optimizar el liderazgo en su organización
Para integrar estas valiosas lecciones militares en su entorno empresarial y potenciar a sus equipos, considera los siguientes consejos prácticos:
| Principio/Concepto: liderazgo de Jocko Willink | Consejo de aplicación en la empresa |
|---|---|
| Humildad | Fomente la humildad en todos los niveles. Admita sus propias limitaciones y busque consejo o ayuda de su equipo para fomentar un ambiente de crecimiento y colaboración mutua. |
| Propiedad extrema (Extreme Ownership) | Asuma la responsabilidad total por los éxitos y fracasos de su equipo, sin buscar culpables externos. Cuestiónese siempre: "¿Cómo yo puedo mejorar el plan, la preparación o la comunicación?" |
| Desarrollo de equipos cohesionados |
Enfoque el liderazgo en potenciar y cohesionar a los equipos, reconociendo que "no hay equipos malos, solo malos líderes". Dedique esfuerzo a construir relaciones de confianza y una comunicación efectiva. |
| Comunicación clara y honesta | Comunique la verdad a su equipo y superiores de manera directa, incluso si es difícil, y no posponga las conversaciones importantes. Asegúrese de que todos comprendan la misión, los objetivos y sus roles. |
| Respeto sobre el miedo | Gane el respeto a través de la competencia, la equidad y mostrando preocupación genuina por el bienestar de su equipo. Escuche sus preocupaciones, reconozca sus esfuerzos y comparta los riesgos, motivando así mucho más que el miedo. |
| Disciplina = libertad | Promueva la autodisciplina en el equipo, explicando el “porqué” de las tareas y sus beneficios. La disciplina constante en el trabajo y los hábitos diarios es el camino para lograr mayor agilidad, flexibilidad y libertad de acción. |
| Priorización y ejecución | En momentos de alta presión o incertidumbre (entornos BANI), deténgase, dé un paso atrás y evalúe para identificar la prioridad más importante. Luego, formule un plan claro y actúe con decisión. La acción es el antídoto contra la parálisis. |
| Visibilidad estratégica | Evite la microgestión de los detalles operativos del día a día. Confíe en sus equipos para que tomen decisiones tácticas y libérese para mantener una visión global y estratégica del negocio. |
| Fomentar el desacuerdo constructivo | Evite rodearse de ‘lameculos’. Fomente un ambiente donde se permita y se valore el desacuerdo constructivo para estimular el progreso, la innovación y la búsqueda de mejores soluciones. |
| Principio/Concepto: la ‘Intención del comandante’ (IC) | Consejo de aplicación en la empresa |
|
Claridad de Propósito y Visión |
Defina una ‘Intención del Líder’ que resuma el propósito clave y el estado final deseado de cada proyecto o iniciativa. Comunique el ‘por qué‘ y el ‘qué’ de la misión, dejando el ‘cómo’ en manos de los equipos. |
| Autonomía dentro de Límites Claros | Establezca parámetros operativos definidos (ej., presupuesto, valores éticos, prioridades estratégicas) y otorgue a los equipos la autonomía necesaria para tomar decisiones tácticas dentro de esos límites. |
| Adaptabilidad táctica | Fomente una cultura de innovación ágil donde los equipos puedan ajustar rápidamente sus tácticas ante imprevistos, sin perder de vista el objetivo final. Celebre reuniones de ‘reajuste’ cortas y sin burocracia para mantener la alineación. |
| Confianza y empoderamiento | Delegue autoridad a los equipos, confiando en su capacidad para interpretar la intención y tomar decisiones significativas. Vea los errores como oportunidades de aprendizaje y celebre la toma de decisiones descentralizada. |
| Comunicación continua | Reitere la intención del comandante constantemente a través de herramientas ágiles (ej., Slack, Trello) y ‘check-ins’ breves diarios o semanales. Esto mantiene la alineación sin caer en la microgestión. |
| Enfoque en resultados, no en procesos | Centre la atención en el ‘qué’ y el ‘porqué’ (el objetivo y el propósito) de la misión, en lugar de microgestionar el ‘cómo’. Conceda a los equipos la libertad de elegir los métodos que consideren más efectivos para alcanzar los objetivos. |
| Liderazgo distribuido | Fomente que los miembros del equipo asuman roles de liderazgo en sus áreas de expertise. Esto distribuye la carga de liderazgo, evita cuellos de botella y prepara a futuros líderes dentro de la organización. |
| Combinación estratégica IC y plan tradicional | No considere la IC y la planificación tradicional como excluyentes. Combine ambas: utilice planes detallados para fases críticas (ej., un lanzamiento técnico) y aplique la IC en etapas más creativas o entornos dinámicos e inciertos (ej., estrategias de marketing). |
| Cultura organizacional para la IC | Cultive una cultura de confianza mutua y liderazgo horizontal, condiciones indispensables para que la ‘Intención del comandante’ pueda florecer. La adaptabilidad es clave, pero siempre debe estar guiada por una intención clara y compartida. |


















































