Tecnología gallega para volar sin emisiones
Pablo Romero, Team Leader del grupo de I+D Additive Manufacturing of Composites y coordinador del proyecto Overleaf en Aimen
26/05/2025
El centro tecnológico Aimen ha completado la fabricación de un innovador demostrador de tanque criogénico para almacenamiento de hidrógeno líquido (LH2), utilizando tecnologías de fabricación aditiva de gran formato y materiales de última generación. Este desarrollo forma parte del proyecto europeo Overleaf, liderado por la empresa aeronáutica Aciturri, y constituye un ejemplo paradigmático de cómo la colaboración entre centros de I+D y la industria está modelando los sistemas energéticos del mañana.
Un salto tecnológico hacia la aviación limpia
El tanque, diseñado por Aciturri con el apoyo de Aimen para garantizar la fabricabilidad con estas nuevas tecnologías, y fabricado en nuestras instalaciones, está compuesto por dos elementos clave: un depósito interior de termoplástico capaz de soportar temperaturas inferiores a los -250 °C necesarias para mantener el hidrógeno en estado líquido, y un depósito exterior de fibra de carbono que aporta resistencia estructural y seguridad. La combinación de ligereza, resistencia y comportamiento térmico controlado es esencial para una aplicación aeronáutica en condiciones extremas.
Pero lo realmente disruptivo está en el 'cómo'. Este demostrador ha sido fabricado en una celda robotizada propia de Aimen, empleando fabricación aditiva por extrusión de precisión de filamento termoplástico reforzado con fibras naturales. Se trata de un proceso fuera de molde que garantiza agilidad y reducción de costes, así como una libertad de diseño sin precedentes comparado con las técnicas de procesado de materiales compuestos convencionales. Un proceso que ha requerido más de 100 horas ininterrumpidas de impresión, con control térmico mediante sistemas de calentamiento por infrarrojos e inspección en tiempo real mediante cámaras termográficas. Es la primera vez que en España se aborda un reto de esta complejidad técnica en fabricación aditiva para un componente funcional de este tipo.
Materiales sostenibles para estructuras críticas
Uno de los aspectos más destacados del proyecto ha sido el desarrollo conjunto con el centro tecnológico francés Canoe de un nuevo material de impresión: una termoplástico de alta temperatura de origen biológico reforzada con fibras naturales. No solo cumple con las exigencias técnicas de ligereza y resistencia, sino que representa un avance hacia una cadena de valor más sostenible en el diseño de componentes industriales.
Este material permite prescindir de adhesivos o fijaciones tradicionales para integrar los sensores o unir partes estructurales, lo que reduce peso, mejora la durabilidad y simplifica el ensamblaje. Además, ofrece una resistencia térmica que abre la puerta a otras aplicaciones industriales, más allá del ámbito aeronáutico: desde el sector naval hasta el energético, pasando por infraestructuras críticas y sistemas de transporte de última generación.
Un ecosistema de innovación en marcha
Este hito no puede entenderse como un esfuerzo aislado. Aimen forma parte de la iniciativa europea Clean Aviation, y ha consolidado su papel como socio estratégico en proyectos vinculados a la sostenibilidad industrial. Solo en el ámbito aeronáutico, el centro participa en iniciativas punteras como H2elios, Herfuse o Herwingt, que exploran nuevas formas de propulsión, automatización y diseño estructural con una premisa común: reducir las emisiones sin comprometer la seguridad ni la eficiencia.
Estamos ante una solución tecnológica que marcará un antes y un después en la fabricación de componentes para la aviación sostenible. Y no es una frase retórica. A medida que Europa impulsa el uso del hidrógeno como vector energético, necesitamos componentes viables que lo hagan realidad. Aimen ha demostrado que no solo tiene la tecnología, sino también la visión para liderar ese cambio.
El futuro se imprime hoy
Este tipo de avances muestran que la transición energética no es solo un proceso legislativo o financiero: es, ante todo, un desafío técnico. Desde los laboratorios hasta las cadenas de producción, necesitamos innovación práctica, escalable y segura.
El tanque de hidrógeno impreso en Galicia no es aún la solución definitiva, pero representa un paso audaz hacia un futuro donde volar sin contaminar no sea un privilegio, sino una realidad industrial. Porque el futuro, si queremos que llegue, hay que construirlo. Y a veces, imprimirlo.

















