Renovación del área de lavado en la ES Ripoll en Sedavi, Valencia
Ripoll renace en Sedaví con la última tecnología de ISTOBAL
Periodista y Coordinador editorial de Estaciones de Servicio e Interempresas Material Eléctrico · Interempresas Media
10/12/2025
En Sedavi (Valencia), la estación de servicio del Grupo Ripoll, empresa familiar fundada en 1920 y hoy dirigida por la tercera generación, ha reinventado su negocio del lavado empleando la última tecnología de ISTOBAL. Con soporte técnico y logístico del fabricante valenciano, la instalación se ha renovado por completo: nuevos puentes de lavado M’WASH, boxes J’WASH4 con sistemas de ozono, reciclaje de agua y digitalización del servicio, con el objetivo de elevar el estándar de eficiencia, sostenibilidad y experiencia de cliente.
Toda una vida en el sector
El Grupo Ripoll es uno de los referentes históricos del repostaje en la Comunitat Valenciana. Fundada en 1920, la compañía acumula más de un siglo de actividad ininterrumpida y una sólida trayectoria familiar. Para conocer de primera mano las instalaciones de Sedaví, conversamos con Alejandro Ripoll, tercera generación al frente de un negocio que ha hecho del servicio al cliente y la capacidad de adaptación sus principales señas de identidad.
“Toda la vida he estado en este sector”, recuerda Ripoll. “Una de las cosas que más me gustaba de pequeño era acompañar a mi padre a rellenar la máquina de chicles de la estación. Soy tercera generación, y esto siempre me ha apasionado. Si no te apasiona este negocio, estás muerto”, añade con determinación.
Esa vocación por el servicio y la mejora constante se ha traducido en una estrategia clara: mantener viva la estación a través de la innovación y la diversificación. A lo largo de los últimos años, Ripoll ha incorporado servicios de GLP, AdBlue y prepara la instalación de puntos de recarga eléctrica, configurando una estación verdaderamente multienergética.
La colaboración con ISTOBAL, con sede también en Valencia, es parte esencial de esa evolución. Los archivos familiares conservan incluso un albarán fechado en 1962, testimonio de una relación de más de seis décadas. “Me llamó la atención encontrar aquel albarán tan antiguo. No sabía ni siquiera que ISTOBAL era tan veterana, pero muestra como nuestra relación viene de muy lejos y sigue igual de sólida”, comenta el propietario de la estación.
La proximidad geográfica y humana se ha convertido en una ventaja competitiva: permite a Ripoll probar innovaciones, ajustar servicios y mantener la instalación siempre en vanguardia. Pero nada puso más a prueba esa relación que la DANA de 2024, cuando la estación sufrió daños considerables que forzaron una reconstrucción completa del área de lavado.
La DANA: un desafío inesperado
El otoño de 2024 trajo a la Comunitat Valenciana una de las DANAs más intensas de los últimos años, que afectó gravemente a la zona de Sedaví. En cuestión de horas, las fuertes lluvias inundaron buena parte del recinto de la estación, anegando las instalaciones técnicas y provocando daños importantes en el área de lavado.
“El agua lo cubrió todo. Tuvimos que parar la instalación completamente”, recuerda Alejandro Ripoll. “Fue un golpe duro, porque el lavado era una parte fundamental del servicio. Pero decidimos no limitarnos a reparar lo dañado, sino aprovechar para hacer algo mucho mejor”.
Cuando la DANA golpeó la comarca de Sedaví, el área de lavado de la Estación de Servicio Ripoll era prácticamente nueva. Apenas habían transcurrido cuatro meses desde la instalación de su último equipo.
Tras el desastre, el servicio técnico “me decía que era inviable volver a poner los equipos que ya teníamos en marcha, que daría averías de por vida”, recuerda Alejandro Ripoll. “Incluso desde el SAT me advirtieron que lo mejor era desmontarlo todo y olvidarse, pero yo no quería rendirme. Había que buscar una solución”.
Finalmente, Alejandro Ripoll recordó con emoción aquellos duros momentos, cuando la DANA de octubre de 2024 dejó la estación completamente anegada: “Aquello fue devastador, pero la reacción de la gente fue increíble. Todo el mundo se volcó: empleados, vecinos, proveedores, y por supuesto ISTOBAL".
La respuesta de ISTOBAL fue inmediata. La compañía “se volcó completamente. No había máquinas disponibles en ese momento, así que literalmente tuvieron que localizar e improvisar un equipo nuevo para nosotros. Trabajaron sin mirar el reloj, día y noche, y en tiempo récord logramos recuperar la instalación. El 29 de octubre todo estaba destruido, y a finales de noviembre ya teníamos la estación abierta otra vez, aunque fuera de forma provisional, con una mesa que hacía de mostrador y todo lleno de barro todavía. En diciembre ya estaba funcionando el primer equipo de lavado”, apunta Ripoll
Alejandro Ripoll destaca que el reto no fue solo técnico, sino logístico: “Durante las tres primeras semanas era casi imposible acceder a la estación. Las calles estaban cortadas, los accesos bloqueados. A veces los técnicos llamaban y nos decían: ‘No podemos llegar, nos han dado la vuelta’. Pese a eso, todos siguieron viniendo, y ese esfuerzo conjunto es lo que nos permitió salir adelante tan rápido”.
El responsable del Grupo también ha querido destacar el papel esencial de Repsol en la recuperación de la estación, prestando apoyo desde el primer momento tras el paso de la DANA. La compañía se mantuvo en contacto constante con el equipo de Ripoll para agilizar la reposición de suministros, la revisión de las líneas afectadas y la normalización del servicio de combustible. “Repsol estuvo con nosotros desde el primer día”, subraya Alejandro Ripoll. “Nos ayudaron en todo lo posible: desde las gestiones iniciales para restablecer el suministro hasta la coordinación con los servicios técnicos". El empresario destaca que ese respaldo fue fundamental para retomar la actividad con rapidez y reforzar la confianza de los clientes. “No solo fue un apoyo técnico, sino también moral. Saber que tienes detrás una compañía que te respalda cuando más lo necesitas te da fuerza para seguir adelante”.
Esa rápida recuperación no solo permitió reabrir el servicio con una imagen renovada, sino que además convirtió la adversidad en una palanca de transformación. El resultado: un área de lavado completamente rediseñada, equipada con las soluciones más avanzadas de ISTOBAL y preparada para afrontar el futuro con mayor resiliencia y eficiencia operativa.
Finalmente, Alejandro Ripoll recordó con emoción aquellos duros momentos, cuando la DANA de octubre de 2024 dejó la estación completamente anegada. “Teníamos toda la instalación nueva, los cerramientos recién montados y dos máquinas prácticamente a estrenar”, explica. “Aquello fue devastador, pero la reacción de la gente fue increíble. Todo el mundo se volcó: empleados, vecinos, proveedores, y por supuesto ISTOBAL, que trabajó sin descanso”, añade.
Ripoll asegura que fueron jornadas intensas, de esfuerzo colectivo y solidaridad. “Durante semanas el acceso era casi imposible, pero la gente venía igual, con palas, con mangueras, con lo que hiciera falta. Cada uno aportó lo que pudo, y gracias a eso en cuestión de semanas logramos reabrir. Esa experiencia nos marcó a todos. Y nos recordó que este sector está lleno de gente comprometida, que cuando hay que arrimar el hombro, lo hace sin dudar”.
Una renovación integral con tecnología de vanguardia
La renovación del área de lavado en la Estación de Servicio Ripoll de Sedaví no fue una simple reposición de equipos, sino una reconstrucción completa del concepto de lavado, basada en los sistemas más modernos de ISTOBAL. La instalación combina hoy tecnología punta, sostenibilidad y experiencia de usuario, alineándose con la nueva imagen de la marca y su estrategia de eficiencia global.
El área incorpora los siguientes equipos principales
Equipos en Sedavi Valencia ISTOBAL:
- M’WASH3 PRO: puente de lavado automático de última generación, diseñado para ofrecer mayor calidad de secado, precisión en el guiado y reducción del consumo de agua y energía. Su sistema de control inteligente permite adaptar cada ciclo al tipo de vehículo y al nivel de suciedad, optimizando detergente y tiempo de proceso.
- M’WASH2: línea complementaria para atender un mayor volumen de vehículos y mantener una operativa ágil incluso en horas punta. Su estructura modular facilita el mantenimiento y la integración de nuevas funciones.
- J’WASH4: boxes de alta presión con diseño ergonómico y estética renovada, capaces de trabajar con agua tratada mediante ozono.
- Ozono Jet Wash: una solución que permite sustituir la caldera de agua caliente aprovechando las propiedades oxidantes del ozono.
- Aspiradores 4AA1200: con un diseño innovador, un mantenimiento óptimo y gran potencia de aspirado, permite limpiar el interior del vehículo de la forma más eficaz.
- Hidro Cyclone Pro: sistema de filtración que depura y trata el 100% del agua procedente del lavado automático, y recicla el agua para primeras fases de lavado.
- XTRACT: solución patentada por ISTOBAL que elimina el uso de envases en productos químicos, mediante concentrados que se dosifican automáticamente, reduciendo residuos plásticos y riesgos laborales.
“ISTOBAL está apostando muy fuerte por la tecnología y la sostenibilidad, y eso se nota en cada detalle”, destaca Ripoll. “Ya no trabajamos con agua caliente ni con calderas. Todo se hace con ozono, y los equipos tratan el 100% del agua, reciclando el 85% en maquinas automaticas. Es una idea espectacular: eliminas consumos, contaminación y mantenimiento”.
Gracias a esta configuración, la estación de Sedaví se ha convertido en un centro de referencia para la compañía, donde se combinan en condiciones reales las últimas soluciones de la marca valenciana.
Eficiencia y sostenibilidad como ejes principales
El rediseño del área de lavado en Sedaví responde a una visión empresarial muy clara: cada mejora tecnológica debe traducirse en eficiencia, ahorro y sostenibilidad. Esta filosofía, compartida por Ripoll e ISTOBAL, se ha materializado en una instalación que combina innovación medioambiental con resultados operativos tangibles.
El cambio más significativo ha sido la eliminación del agua caliente y de las calderas de gas, sustituidas por un sistema de lavado con ozono. Esta tecnología permite trabajar con agua a temperatura ambiente, manteniendo el mismo nivel de limpieza y mejorando el estado de la pista. “Yo era el primero que dudaba", confiesa Alejandro Ripoll. “Pensaba que sin agua caliente el resultado no sería igual, pero me sorprendió. Lava exactamente igual, sin emisiones, sin gas, sin caldera y eliminando el descalcificador y su vertido”.
El ozono actúa como un oxidante natural, descomponiendo la suciedad orgánica y los malos olores, y contribuye además a la desinfección de superficies sin necesidad de detergentes agresivos. El resultado es un proceso más ecológico y seguro, tanto para el usuario como para el entorno.
La instalación también integra un sistema de reciclaje de agua, basado en un tratamiento físico químico con separación de partículas por hidrociclón y oxidación avanzada con ozono. Esto permite obtener una alta calidad de agua reciclada e incrementar el porcentaje de reutilización. En palabras de Ripoll, “el cliente quizás no percibe esa diferencia, pero el medio ambiente sí lo nota, y la empresa también”.
A ello se suma el uso del sistema XTRACT, que sustituye los tradicionales envases plásticos de productos químicos por concentrados reutilizables y biodegradables. Esta solución, además de simplificar la logística, reduce residuos y emisiones de transporte.
La sostenibilidad no se limita al área de lavado: Ripoll está extendiendo este enfoque al conjunto de la estación, donde ya operan surtidores de GLP y AdBlue, y donde está previsto incorporar puntos de recarga eléctrica en colaboración con un operador energético.
“Nosotros también tenemos que contribuir a la transición energética, no solo en lo que vendemos, sino en cómo trabajamos. Si podemos ahorrar energía, agua y materiales, estamos haciendo lo correcto”, dice Alejandro Ripoll.
La combinación de eficiencia técnica y coherencia ambiental convierte a Sedaví en una instalación pionera dentro del modelo de estación multienergética y sostenible que se está implantando en el mercado español.
“Para nosotros es una cuestión de responsabilidad: luchar por mejorar el medio ambiente y el futuro de nuestros hijos, de quienes vengan detrás”, concluye Ripoll.
Digitalización y mejora de la experiencia del cliente
Además de su dimensión tecnológica y medioambiental, la nueva área de lavado de la Estación de Servicio Ripoll destaca por una transformación orientada al usuario final. La instalación ha sido diseñada para que cada cliente pueda personalizar su experiencia y disfrutar de un entorno más cómodo y funcional.
Uno de los grandes avances es la incorporación del pago por móvil en boxes, aspiradores y puentes de lavado. El sistema, integrado en la red de ISTOBAL, permite pagar con tarjeta ‘contactless’ o con el teléfono, eliminando la necesidad de monedas. “El cliente lo valora muchísimo. Antes veías a gente buscando monedas y se marchaba sin aspirar; ahora acercan el móvil y continúan el servicio. Es más cómodo para ellos y más rentable para nosotros”, explica Ripoll.
El nuevo sistema, integrado en la red de ISTOBAL, permite pagar con tarjeta ‘contactless’ o con el teléfono, eliminando la necesidad de monedas en los boxes, aspiradores y puentes de lavado.
También se ha instalado un kiosco digital interactivo, similar a los terminales de restauración rápida, que permite al cliente configurar su lavado ‘a la carta’. Desde la pantalla puede añadir servicios extra —lavado de bajos, cera de brillo, espuma especial, etc.— y visualizar el precio actualizado en tiempo real. “Queremos que el cliente sienta que tiene el control, que puede elegir y mejorar su lavado sin complicaciones”, señala.
La estación ha implementado, además, un programa de promociones cruzadas o ‘cross-selling’ que conecta el área de lavado con la cafetería y otros servicios. Por ejemplo, determinados programas de lavado incluyen un café gratuito o descuentos en aspirado. “Si lavas el coche y te tomas un café, la experiencia ya no es un trámite, es un momento agradable. Queremos que el cliente disfrute de venir aquí”, afirma.
Otro rasgo distintivo de la marca Ripoll es su identidad olfativa: todas las estaciones del grupo comparten un mismo ambientador, diseñado y elegido por ellos mismos, que perfuma tanto la tienda como la zona de lavado. “Queríamos que oler a Ripoll fuera algo reconocible. Es un detalle pequeño, pero la gente lo nota”, comenta.
Para completar la experiencia, se ha creado una zona de confort exterior con terraza, que permite a los clientes esperar mientras se lava el vehículo, tomar algo o descansar.
La combinación de estos elementos, el lavado deja de ser un servicio rutinario para convertirse en una experiencia integral, donde la tecnología, la comodidad y la atención al cliente se combinan en un mismo espacio.
El valor de las personas y el mantenimiento continuo
Aunque la tecnología ocupa un papel central en la nueva instalación, Alejandro Ripoll defiende que el verdadero valor diferencial sigue estando en las personas. El modelo de gestión de la estación se basa en la presencia de un equipo propio en pista, formado y comprometido, que asegura tanto la calidad del servicio como el mantenimiento preventivo de todas las áreas.
“Mantener una estación limpia sin personal es imposible, literalmente imposible”, afirma con rotundidad. “El cliente valora que haya alguien que le ayude, que le indique cómo funciona el equipo o que se preocupe por dejar la pista impecable después de cada lavado. Esa es la diferencia entre una instalación anónima y una en la que te apetece volver.”
Durante la visita, la atención al detalle resulta evidente: limpieza constante de las pistas, control de residuos y revisiones diarias de los equipos. Ripoll asegura que la imagen y la higiene son factores estratégicos, no secundarios. “Una estación que no está limpia no transmite confianza, y sin confianza, no hay fidelidad. Por eso dedicamos tantos recursos al mantenimiento diario”.
Aunque la tecnología ocupa un papel central en la nueva instalación, Alejandro Ripoll defiende que el verdadero valor diferencial sigue estando en las personas: "No se trata solo de vender combustible o lavados, sino de tener al cliente en el centro”.
El personal, además, cumple un papel esencial en la relación con el cliente. En un entorno cada vez más automatizado, el trato humano sigue siendo el eje de la fidelización. “Hay clientes que vienen por cómo los atendemos. No se trata solo de vender combustible o lavados, sino de tener al cliente en el centro”.
Ripoll explica que su modelo combina eficiencia tecnológica con cercanía humana, evitando depender de sistemas desatendidos. El equipo de pista no solo atiende, sino que observa, detecta incidencias y actúa con rapidez. “Si hay una incidencia leve, se corrige al momento. Si algo no funciona, se avisa a mantenimiento. Esa agilidad es lo que mantiene viva la estación”.
Esta filosofía, ha dado como resultado un entorno limpio y ordenado, donde la experiencia del cliente y la eficiencia operativa se refuerzan mutuamente.
Una alianza consolidada con futuro
La historia de colaboración entre la familia Ripoll e ISTOBAL es una de las más duraderas del sector. Lo que comenzó hace más de sesenta años, hoy es una relación estratégica basada en la confianza, la innovación y la mejora continua.
La proximidad geográfica entre ambas compañías —apenas 20 minutos separan Sedaví de la sede central de ISTOBAL en L’Alcúdia— ha favorecido una dinámica de trabajo fluida y constante. “Para nosotros es una ventaja enorme tener a ISTOBAL tan cerca”, asegura Alejandro Ripoll.
La filosofía de Ripoll se basa en la mejora continua y un servicio de calidad para sus clientes, siempre desde un punto de vista proactivo. “Nosotros tenemos muchas ideas y ganas de experimentar”, explica Ripoll. “Algunas son un poco locas, pero ISTOBAL nos escucha, lo prueba, y a veces acaban funcionando”.
Asimismo, Ripoll destaca la excelencia del trato personal y profesional recibido a lo largo de los años: “A todos los niveles, el servicio de ISTOBAL es impecable: comercial, técnico, postventa... Cuando los necesitas, están ahí.” Esa relación humana ha permitido superar momentos difíciles, como la DANA, y salir reforzados.
“El futuro no pasa por esperar soluciones, sino por adelantarse y adaptarse. Si no mejoras, el negocio te come. Nosotros preferimos seguir avanzando”, concluye Alejandro Ripoll.
Resiliencia, tecnología y visión de futuro
La renovación del área de lavado de la Estación de Servicio Ripoll de Sedaví simboliza una nueva etapa para la compañía: un proyecto que combina resiliencia, tecnología y visión de futuro. Lo que comenzó como una reparación forzada tras los daños provocados por la DANA se ha convertido en una instalación referente, ejemplo de cómo convertir una adversidad en una oportunidad de transformación.
Hoy, el complejo no solo ha recuperado su operatividad, sino que marca un nuevo estándar de calidad, sostenibilidad y servicio al cliente dentro del sector. La alianza con ISTOBAL, consolidada tras más de seis décadas, ha permitido integrar equipos de última generación —como los puentes M’WASH3 PRO y M’WASH2, los boxes J’WASH4, el sistema de Ozono Jet Wash y el sistema reciclaje Hidro Cyclon Pro— con un enfoque global hacia la eficiencia y la digitalización.
El resultado es un espacio donde tecnología y atención humana conviven de forma equilibrada: procesos más limpios, sin calderas ni gas; agua reciclada de gran calidad; químicos sin envases; pago digital y una experiencia de cliente pensada al detalle, desde el lavado hasta otros servicios complementarios.
“Aunque los coches sean eléctricos o de hidrógeno, todos seguirán lavándose”, resume Alejandro Ripoll, sintetizando la filosofía que ha guiado este proyecto. “El futuro no pasa por esperar soluciones, sino por adelantarse y adaptarse. Si no mejoras, el negocio te come. Nosotros preferimos seguir avanzando”.






















