Del concepto a la realidad: una estación de hidrógeno compacta y modular

En Miramás al sur de Francia, entre el asfalto pulido del circuito de pruebas de BMW y el zumbido de las pruebas de alto rendimiento, una estación de hidrógeno compacta y modular —apenas 20 metros cuadrados, 15 kW de potencia y dispensación a 350/700 bar— convirtió una idea en realidad operativa. Durante el proyecto piloto de julio de 2025, HVR Energy puso en servicio su modelo ACTIVA y lo sometió a ensayos en condiciones reales con vehículos BMW de pila de combustible, en un proyecto coordinado y cofinanciado por EIT Urban Mobility. El resultado: una validación técnica y comercial en terreno francés que consolida credenciales, acelera conversaciones con ‘partners’ industriales y abre una vía de inversión local a través de Enerfip.

La escena no es casual. Desde su fundación en 2020, HVR Energy persigue una tesis simple: si la infraestructura es el cuello de botella del hidrógeno, hay que desplegarla con menos CAPEX, menor huella y tiempos de puesta en marcha drásticamente más cortos. ACTIVA nació justo para eso. Al recibir hidrógeno a alta presión y reducir al mínimo la compresión in situ, la estación disminuye más del 75% los costes de inversión y operación frente a soluciones tradicionales, al tiempo que se integra sin grandes obras en estaciones de servicio existentes. La apuesta es clara: “la infraestructura acompaña a la demanda”, en vez de sobredimensionarla desde el día uno.

ACTIVA H2 en Miramas.

El valor de Miramas iba mucho más allá de un test de funcionamiento. Era el primer examen internacional del concepto ACTIVA con un fabricante de referencia en su propio circuito de validación, alimentando vehículos a 700 bar y bajo un protocolo de pruebas exigente. La planificación del proyecto contemplaba objetivos concretos: instalar y poner en marcha la estación de repostaje de hidrógeno (HRS, por sus siglas en inglés) en las instalaciones de BMW, operar durante un mes con su flota de hidrógeno y cerrar la fase con un informe de rendimiento, seguridad y disponibilidad. Ese diseño de piloto —con KPIs (indicadores clave de rendimiento) de ‘uptime’, número de repostajes y tiempos de operación— colocaba el listón a la altura de la industria.

No es casual que EIT Urban Mobility haya cofinanciado la iniciativa. Su mandato europeo es acelerar soluciones de movilidad sostenible que se puedan replicar en ciudades reales. Y Miramas ofrecía precisamente eso: una validación técnica trasladable a entornos urbanos y nodos interurbanos donde el despliegue rápido y la compatibilidad con regulaciones europeas (Afir) marcan la diferencia entre un piloto atractivo y un producto escalable.

El hidrógeno va a ser parte de la solución —y Europa ya lo ha decidido

HVR Energy define ACTIVA como una estación de hidrógeno modular, compacta y escalable. Su arquitectura combina almacenamiento transportable (TPED ≥500 bar), un ‘booster’ de hasta 1.000 bar, paneles de distribución y un dispensador dual 350/700 bar. Esa configuración reduce la necesidad de grandes compresores y almacenamiento estático de alta presión, acorta la tramitación y minimiza la obra civil: basta una losa de hormigón y 15 kW disponibles. La huella: 20 m². El objetivo: cumplir normativa europea y servir tanto a vehículos ligeros (700 bar) como pesados (350 bar) con una misma plataforma.

La filosofía detrás de ACTIVA se adapta a la demanda, sirviendo a las necesidades iniciales a la vez que puede entregar más de una tonelada al día, cumpliendo los requerimientos de Afir. HVR prioriza empezar con puntos pequeños, públicos 24/7, e ir escalando módulos a medida que crece la demanda. Este enfoque ‘pay as you grow’ reduce CAPEX y OPEX, acelera permisos al insertarse en estaciones existentes y crea la malla de HRS que el usuario necesita para ganar confianza. “La estación está diseñada para minimizar CAPEX y OPEX mientras cubre la demanda actual, con flexibilidad para escalar según crezca”.

El plan de trabajo preveía tres grandes fases en 2025: ingeniería y fabricación (enero–junio), instalación y test en Francia (julio–agosto), y una segunda validación en España (octubre) con flotas mixtas. Para Miramas, BMW garantizó espacio, electricidad y soporte técnico; HVR y Wolftank integraron y comisionaron la estación; y se programó un mes de ensayos con vehículos de BMW a 700 bar bajo un régimen de usos intensivos. Los indicadores clave incluían disponibilidad ≥95–97%, decenas de repostajes completos y tiempos por debajo de los seis minutos en ligeros, alineados con expectativas de mercado.

Más allá de los números, había una métrica intangible pero decisiva: demostrar interoperabilidad real bajo presión, con ciclos de repostaje ‘back-to-back’ y estabilidad térmica y de flujo en el dispensador dual. El objetivo no era batir récords de caudal, sino probar que el conjunto —almacenamiento transportable, ‘booster’, distribución, dispensador— responde en la práctica como un sistema industrial fiable y seguro, listo para trasladarse a una estación pública.

Cualquier piloto serio enseña tanto de logística como de tecnología. En Miramas, el equipo afinó secuencias de operación, verificó los tiempos de estabilización térmica, y validó la gestión de válvulas y presiones en el rango 500–1.000 bar. ACTIVA está pensada para moverse con relativa facilidad —es transportable— y para integrarse sin “interferir” en la estación anfitriona. El piloto confirmó que esos supuestos operativos se sostienen y que el ‘layout’ modular facilita tanto la instalación como el eventual desmontaje y traslado a una segunda ubicación de pruebas.

La interoperabilidad es otro punto clave de lectura. La estación trabajó con la arquitectura y protocolos de BMW, un fabricante que lleva años probando plataformas FCEV en entornos exigentes. Las pruebas a 700 bar en ligeros eran la piedra de toque: si ahí funcionaba, las opciones de hibridar después con 350 bar para buses y camiones —como prevé la siguiente fase en Madrid— ganaban enteros.

Validar ACTIVA en un circuito de BMW aporta más que un sello técnico: suma un socio de primer nivel a la historia. La automoción no adopta infraestructura por fe; la adopta cuando se prueba fiable con sus propios vehículos, protocolos y exigencias. El piloto de Miramas fortalece esa confianza bilateral y, sobre todo, sitúa a ACTIVA de HVR ENERGY dentro del radar de un OEM con estrategia pública en hidrógeno. La colaboración ya estaba definida en el proyecto —BMW como socio demostrador— y la ejecución en pista la convierte en relación con resultados.

Santiago Ramas, director general de HVR Energy, lo expresó con claridad en una entrevista reciente: “Gracias a EIT Urban Mobility pudimos pasar del concepto a una instalación operativa, con repostajes a 350 y 700 bar”. Esa experiencia “de taller a campo” con OEMs como BMW y Toyota, y operadores como Avanza, está acelerando conversaciones comerciales y mostrando a los gestores de estaciones de servicio que el riesgo tecnológico y operativo puede compartirse en modelos de ‘revenue share’ o ‘HRS-as-a-Service’.

ACTIVA está diseñada para minimizar CAPEX y OPEX mientras cubre la demanda actual, con flexibilidad para escalar según crezca

El mercado francés no es ajeno al hidrógeno. Con decenas de HRS operativas y una hoja de ruta ambiciosa, es un espacio natural para validar y escalar soluciones. Que ACTIVA haya superado su primer gran test allí no solo abre puertas regulatorias y comerciales, también conecta con un ecosistema inversor local. Prueba de ello es el bono de cinco millones de euros que HVR Energy está emitiendo en Enerfip —plataforma francesa especializada en renovables— del que ya se han completado tres tramos (1,5 M€, 1 M€ y 1 M€) y se prepara el cuarto (1,5 M€). El mensaje es directo: el proyecto que se valida en Francia puede financiarse también con inversores franceses.

La construcción de credibilidad internacional no se limita a un piloto. Se sustenta en una hoja de ruta financiada. HVR Energy ha asegurado financiación CEF para desplegar una veintena de estaciones antes de finales de 2027, con una meta global de 75 HRS a 2030. ACTIVA, por diseño, se inserta en los corredores TEN-T y cumple con la regulación Afir, lo que le permite crecer en los nodos donde la demanda emerja: logística pesada, autobuses urbanos, y flotas corporativas.

España será la siguiente estación. Tras Miramas, el plan contempla instalar y testear ACTIVA en Madrid con una flota mixta: un autobús (Avanza) a 350 bar y vehículos de BMW y Toyota a 700 bar entre otros. El objetivo es doble: validar la versatilidad del sistema en un entorno urbano real y preparar la transición del prototipo a una versión comercial lista para replicarse. Esta segunda fase pondrá a prueba la robustez en usos más cercanos a la operación diaria de una HRS pública, con métricas de disponibilidad y eficiencia de repostaje adaptadas a ciclos distintos (ligeros y pesados).

La planta de HVR en Madrid, operativa desde 2024 con producción, almacenamiento y dispensación, aporta además un ecosistema de aprendizaje continuo: acuerdos de suministro, lecciones de operación 24/7 y la experiencia práctica que solo dan los kilómetros recorridos con hidrógeno. Ese “saber hacer” ha sido clave para diseñar ACTIVA desde la realidad, no sólo desde la teoría.

Para el gestor de una estación, el hidrógeno ha sido históricamente sinónimo de obra mayor, potencia eléctrica elevada y un riesgo desproporcionado para una demanda incierta. ACTIVA cambia la ecuación: 20 m² de ocupación, 15 kW, integración con la imagen de la gasolinera y un esquema de ingresos compartidos por kilogramo vendido. HVR asume instalación, operación, logística y mantenimiento; el operador aporta espacio y potencia y participa del ‘upside’ conforme crece el volumen. Es el tipo de fórmula que hace viable “sembrar” puntos de hidrógeno sin esperar a que todo el mercado llegue a la vez.

Este enfoque reduce el “costo de equivocarse”. Si una ubicación no alcanza los volúmenes esperados, la naturaleza transportable y modular permite reubicar el activo. Si la demanda crece, se escalan compresión y almacenamiento sin rehacer la estación desde cero. La reducción de exigencias de obra civil y el anclaje en estaciones existentes acorta trámites y reduce la incertidumbre de permisos, uno de los grandes cuellos de botella regulatorios del sector.

La transición energética no se gana con prototipos aislados. Se gana cuando hay una red suficiente de puntos de repostaje, con disponibilidad industrial y costes contenidos, que permita a un operador de flotas —transporte urbano, logística regional, distribución capilar— sustituir diésel por hidrógeno sin sacrificar fiabilidad. Miramas demuestra que ACTIVA está lista para ese rol y que puede convivir con un mix donde convivirán junto a BEV, biocombustibles y combustibles sintéticos según el caso de uso. La clave del hidrógeno en movilidad pesada sigue siendo la autonomía y la rapidez de repostaje.

El valor de una validación como Miramas se multiplica cuando encaja con una estrategia financiera y comercial coherente. El bono de Enerfip crea una comunidad inversora que ve de primera mano un proyecto probado en su territorio. La financiación europea (CEF) coloca objetivos y plazos claros —20 estaciones antes de 2027— y una meta de 75 a 2030. Y la propuesta de valor al operador (‘HRS-as-a-Service’, ‘revenue share’, marca flexible) elimina fricciones en el punto de venta. Tecnología que funciona, capital que acompaña y clientes para los que el riesgo está acotado: esa es la combinación que acelera despliegues.

En palabras de Santiago Ramas: “Nuestra meta es liderar el despliegue de hidrolineras en España con un modelo adaptable a la realidad actual”. La experiencia acumulada en estaciones de servicio y tecnologías limpias, y la colaboración con Wolftank en el diseño y operación, han permitido a HVR Energy construir un concepto que nace para ser replicado. El piloto con BMW y EIT Urban Mobility no es un fin, es el comienzo de una fase en la que la red se densifica y el mercado deja de preguntarse ‘si’ para preguntarse ‘dónde y cuándo’”.

La automoción no adopta infraestructura por fe; la adopta cuando se prueba fiable con sus propios vehículos, protocolos y exigencias; y el piloto de Miramas fortalece esa confianza bilateral

Tras Miramas, el foco inmediato es completar la validación en Madrid con flota mixta y consolidar acuerdos con operadores para las primeras ubicaciones comerciales bajo modelos de alquiler o reparto de ingresos. En paralelo, se reforzará la ruta de financiación que combina subvenciones europeas y participación de inversores privados, con especial atención a los mercados donde ya existe demanda incipiente y voluntad regulatoria (nodos TEN-T, áreas metropolitanas, corredores logísticos). La ambición es clara: que ACTIVA sea el estándar de referencia para desplegar hidrógeno con rapidez, coste contenido y fiabilidad industrial.

Todo proyecto de infraestructura pasa por tres estados: diseño, demostración y despliegue. ACTIVA ha cruzado la frontera entre los dos primeros en territorio francés, con un fabricante global y un financiador europeo avalando el proceso. Queda ahora la parte decisiva: convertir esa validación en estaciones que sirvan a flotas reales, en ubicaciones estratégicas y con una economía que sirva para todos. El hidrógeno va a ser parte de la solución —y Europa ya lo ha decidido—, necesitaremos estaciones como ACTIVA: discretas en espacio, eficientes en energía, veloces en permisos y robustas en operación. Miramas ha demostrado que están listas.