Los asociados a Fegaes invierten cerca de 65 millones de euros para proteger el medio ambiente

Los miembros de Fegaes en su conjunto están invirtiendo más de 64,4 millones de euros para adaptar sus instalaciones a las obligaciones medioambientales exigidas. A esta cantidad hay que añadir los casi 2,4 millones de euros en gastos fijos a los que deben hacer frente para poder cumplir las normativas vigentes.

Las estaciones de servicio tenemos la obligación de contar con sistemas y medidas de protección medioambiental para salvaguardar al entorno de posibles accidentes contaminantes que suponen una gran inversión y un gran gasto. Por lo general, la sociedad no es consciente del tremendo esfuerzo que supone para nosotros hacer frente a estas acciones, que por otro lado son necesarias si queremos preservar nuestro planeta lo más sano posible.

Desde Fegaes hemos realizado un pequeño estudio en el que cuantificamos en términos monetarios ese coste. Estas son algunas de las principales conclusiones que hemos obtenido. Así, anualmente el mantenimiento de un solo tanque de combustible y un surtidor ya supone un gasto bastante elevado. Una de las medidas fundamentales en ámbito medioambiental que una estación de servicio debe instaurar es la recuperación de gases. Antes de desgranar el gasto que esto supone, explicaremos un poco lo que es: las gasolinas (que no el gasóleo) desprenden unos gases durante las descargas de combustible que son perjudiciales para la atmósfera. Para evitar que esos gases lleguen al aire, las gasolineras debemos contar con un sistema de recuperación de gases que evita su dispersión a la atmósfera.

Julio López, presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes), es gerente de la estación de servicio Bazarra (ubicada en la localidad coruñesa de Cee) desde hace más de 33 años.

Para tener un solo tanque en funcionamiento cumpliendo con las exigencias a este respecto hay que realizar las siguientes acciones: apertura y cierre de la tapa de la boca de hombre, instalando juntas nuevas; desgasificación; extracción de lodos; limpieza y secado de los tanques; realización de exámenes de la estructura metálica y de las superficies, junto con su inspección, medición de espesores por ultrasonidos, inspección y posterior informe del estado del tanque; prueba de estanqueidad del tanque con certificación OCA; y transporte y gestión de unos 300 litros de residuos que necesariamente se producen.

Estas acciones, para un único tanque, suponen un gasto anual de 1.625 euros. Pero esta cifra hay que multiplicarla, ya que la mayoría de las gasolineras no tienen un único tanque. Una gasolinera media dedica al cumplimiento de estas obligaciones unos 9.750 euros. Solo la prueba de estanqueidad para un único tanque supone un gasto de 660 euros; si se multiplica esa cifra por los seis tanques de que tiene de media una gasolinera tipo, solo en pruebas de estanqueidad una gasolinera gasta 3.960 euros.

El revestimiento de los tanques es otro gasto al que tenemos que hacer frente. El revestimiento de un solo tanque supone 2.509 euros. Una estación media tendrá que hacer un esfuerzo monetario de unos 7.527 euros para poder revestir todos sus tanques.

En lo referente a la recuperación de gases nos encontramos ante dos fases. La primera fase, referente al proceso de descarga de cisternas, hace necesaria una inversión en obra civil, conductos de válvulas y certificaciones, lo que es, en resumen, el coste de la instalación mecánica, de 3.910 euros por tanque. Esto se traduce en un coste medio de unos 23.460 euros para una gasolinera tipo.

Pero nuestras obligaciones medioambientales no se quedan solo en mantener la calidad del aire; también debemos evitar las fugas de carburantes. Para ello debemos contar con un sistema de detección de fugas con sondas de nivel y sistemas de vigilancia, que nos avisen de cualquier posible percance para poder hacerle frente antes de que los daños resulten nocivos para el medio ambiente. Eso supone una inversión inicial de 3.120 euros en la instalación de una consola de gestión y control con su correspondiente software. Además, cada tanque debe tener instalada una sonda, con su correspondiente canalización, cableado, etcétera, cuyo coste de instalación es de 1.002 euros. Una estación de servicio tipo acabará gastando en sondas para todos sus tanques una media de 6.012 euros. A esta inversión hay que añadirle el coste de reparaciones, revisiones y certificaciones OCA, que suponen un gasto anual en torno a 450 euros.

Fegaes se incorporó a la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEEES, el pasado 14 de abril.

Esto se traduce en que, para tener un sistema de detección de fugas en condiciones y que cumpla con las normativas vigentes, una estación de servicio media acaba desembolsando alrededor de 9.582 euros. En conjunto, entre todos los miembros de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de A Coruña gastan en estar preparados para detectar posibles fugas la friolera de 1.437.300 euros. Los miembros de la asociación de Lugo desembolsan, entre todos, un total de unos 402.444 euros. Por su parte, los socios de Ourense se dejan 383.280 euros. A su vez, los socios de la asociación de Pontevedra gastan unos 929.454 euros en la detección de fugas.

A los gastos e inversiones ya descritos, tenemos que añadir unas nuevas inversiones para poder adaptarnos a la IP04. La IP04 es la nueva Normativa Técnica y de Seguridad para Instalaciones Petrolíferas, es decir, estaciones de servicio o gasolineras, que incluye algunas novedades con respecto a lo que se nos exigía hasta ahora. Lo más destacable es que tenemos la obligación de convertir todos nuestros tanques de pared simple (o de una sola pared) a tanques de doble pared. Esto supone un paso más en la seguridad anti-fugas, ya que, en caso de deterioro de una de las paredes, siempre queda una segunda pared para frenar los vertidos en lo que no se repara la primera, tanto si la fuga es de fuera hacia dentro (agua que se pueda filtrar al combustible) como de dentro hacia fuera (combustible que se pueda filtrar al suelo).

Esta conversión supone un coste importante, que, además, varía dependiendo de la capacidad del tanque. Las estaciones de servicio trabajan, fundamentalmente, con tres tipos de tanques: tanques de 10, de 20 y de 30 metros cúbicos de capacidad. La conversión a doble pared de un tanque de 10 metros cúbicos tiene un coste de 9.500 euros. En el caso de los tanques de 20 metros cúbicos, la cifra asciende a 11.000 euros. Por último, los tanques de 30 metros cúbicos conllevan un desembolso de 12.000 euros para su conversión.

La mayoría de las estaciones de servicio cuentan con algún tanque de cada tipo, en diferente número de unidades. De media, una estación de servicio tipo tendrá que invertir un total de, más o menos, 65.500 euros en la conversión de todos sus tanques. Pero no se queda ahí la cosa, porque los tanques de doble pared deben ir acompañados de un sistema de detección de fugas adecuado a ellos, con lo que a esa cantidad hay que sumarle otros 2.089 euros por tanque, lo que supone un incremento de 12.534 euros para una gasolinera media. Y eso no es todo, porque también hay que añadir otro gasto, el de los detectores de líquidos en las arquetas de boca de hombre, que suponen otros 743 euros más. En total, en adaptarse a la nueva IP04 una estación de servicio media se dejará sobre 102.381 euros.

Pero no solo se realizan análisis anuales; cada cinco años es necesario emitir un informe del estado de los suelos, cuyo coste es de 390 euros. Además, cada trimestre se realiza un análisis de las aguas de vertidos, que tiene un coste de 330 euros, lo que supone sumar, cada año, otros 1.320 euros al control de los suelos.

Inversión de los socios de Fegaes en piezómetros

(*) Coste por piezómetro: 3.000 euros

Y nos queda un último requisito al que estamos obligados: el seguro medioambiental. Además del seguro de Responsabilidad Civil que debe tener cualquier empresa, las estaciones de servicio estamos obligadas a tener contratado un seguro de responsabilidad medioambiental independiente, cuyo coste se encuentra en torno a los 2.000 euros anuales.

Si esas cifras las calculamos para el cómputo de los miembros de la Asociación Provincial de Estaciones de servicio de A Coruña, la inversión en la implantación de las medidas medioambientales asciende a 29.397.300 euros, siendo los gastos anuales de unos 1.075.120 euros. En el caso de los asociados de Lugo, el gasto en inversiones se sitúa en 8.231.244 euros aproximados, siendo sus gastos anuales de 299.040 euros. Calculando el desembolso realizado por los asociados de Ourense, el total en inversiones es de 7.839.280 euros y el gasto anual es de 284.800 euros. En último lugar, el desembolso en inversión de los miembros de la asociación de Pontevedra asciende a 19.010.254 euros, siendo sus correspondientes gastos anuales de 690.640 euros.

Julio López lamenta la disparidad de exigencias legales en función de cada comunidad autónoma, propiciando un "agravio comparativo".

Inversión y gastos anuales de una estación de servicio en medidas medioambientales

Y si esos datos los concentramos en el cómputo total de socios de Fegaes, vemos que el total desembolsado entre inversiones iniciales, instalación de piezómetros y gastos anuales de todos los federados es de unas inversiones de 64.478.078 euros y unos gastos anuales de 2.349.600 euros.

Pero hay que tener en cuenta que estos datos se corresponden solo a gasolineras integrantes de las cuatro asociaciones provinciales de estaciones de servicio que conforman Fegaes, pero en Galicia hay más instalaciones. En la provincia de A Coruña hay un total de 267 gasolineras; en Lugo son 121, en Ourense, 74, y en Pontevedra hay 132 estaciones. Es decir, que el montante total invertido y gastado por el cómputo total de todas las estaciones de servicio gallegas es bastante superior.

Además, hay que tener en cuenta que en Galicia somos una de las dos comunidades autónomas con más piezómetros instalados de toda España. De hecho, a nosotros la legislación, en muchos casos, nos obliga. En Galicia casi todas las gasolineras cuentan con, al menos, un piezómetro, aunque la mayoría tienen más. La única otra comunidad en la que prácticamente todas las estaciones de servicio cuentan con piezómetros es Cataluña. Esto supone que nuestras gasolineras cuentan con más medidas de seguridad medioambiental que las del resto del Estado, pero también supone un agravio comparativo, ya que gallegos y catalanes nos vemos en la obligación de incurrir en un importante gasto monetario que los compañeros de otras comunidades no tienen. Por poner unos pocos ejemplos de los que disponemos de datos: las estaciones de servicio de Aragón, Ciudad Real, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Comunidad de Madrid, País Vasco, Asturias, Andalucía y Baleares no cuentan con piezómetros.

En el caso de Castilla y León se intentó, en su día, implementar su instalación, pero todavía están pendientes de establecer un convenio con la administración, por lo que esta acción todavía no se ha llevado a cabo.

La Comunidad de Madrid, por su parte, cuenta con un convenio a través del cual los gasolineros pueden saber si tienen la obligación de tomar algún tipo de medida medioambiental, con un calendario para programar sus inversiones, incluyendo la instalación de piezómetros en algunos casos concretos de algunas estaciones de servicio con una determinada antigüedad, pero la mayoría de las gasolineras no tienen esta obligación.