Proyecto Fourmilière ‘Espacios para la conquista de la felicidad’ presenta una revolucionaria mira inclusiva
En Cosentino City Barcelona se presentó el Proyecto Fourmilière ‘Espacios para la conquista de la Felicidad’, el brillante proyecto final de Carrera realizado por María Lledó Cisneros Catalán basado en la rehabilitación de un espacio industrial para crear un co-housing destinado a jóvenes con diversidad funcional.
A partir del diálogo y el estudio de las necesidades e inquietudes del colectivo, se integraron en el diseño múltiples elementos pensados para lograr el bienestar y autonomía de los usuarios, consiguiendo con todo ello generar un “prototipo o modelo global” de espacio pensado en las personas con diversidad funcional, que va mucho más allá de la mera propuesta y resolución del espacio. Según declaraciones de la autora: “tenemos que avanzar hacia un diseño donde el origen es la empatía y la escucha de las personas”.
El proyecto fue presentado por Ana García, fundadora de #NeuronaLab y profesora en LCI Barcelona, quien ha supervisado el proyecto, junto a Pedro Cardoso y el resto del equipo docente que formó parte del tribunal de los TFG de Diseño de interiores del curso 2021-2022. Ana García explicó sus impresiones a partir del conocimiento del proyecto: “Cada vez que leo un nuevo libro sobre el tema me cuesta más definir la neuroarquitectura. Pero el otro día sucedió algo cuando asistí como parte integrante del tribunal a la presentación de los últimos proyectos de Formación Universitaria, empezó a hablar María de su propuesta de rehabilitación en un antiguo complejo industrial para crear un conjunto de viviendas destinado a personas con diversidades funcionales. María nos explicó entusiasmada cómo se había aproximado al diseño desde la investigación con sus compañeros de hospital.
“Se emocionaron cuando les dije que pondría un parking en la entrada para nuestras sillas de ruedas. No nos gusta entrar la silla sucia a casa, igual que vosotros dejáis la bici en la calle”. También destacó las camas de camuflaje en zonas comunes, por si se precisa estirarse, así como barras de bar a dos alturas con espacio para que quepan las piernas debajo.
Otro de los espacios destacados son los patios sensoriales llenos de olores, sonidos y matices para que participen todos los sentidos, además de la vista. Por si esto fuera poco, presentó la memoria descriptiva escrita en braille y planos con texturas para poderlos leer con las manos, así como dos libros de poesía narrativa y fotografías artísticas de sus amigos, con el hospital como telón de fondo. “Porque este proyecto sin ellos no tendría sentido. Me han hecho varias intervenciones neuroquirúrgicas y os puedo asegurar que lo importante es el entorno”.
Sin duda, María Lledó es quien debería hablar sobre neuroarquitectura, pero quizás el ideal sería ver cómo se puede hacer viable y escalable que el conocimiento adquirido en la investigación y conceptualización de este proyecto no se diluya y de paso a una nueva manera de proyectar y construir.
