La naturaleza de Abama Resort se convierte en destino verde
Hace casi 20 años que el aclamado arquitecto y paisajista Melvin Villarroel proyectó, sobre lo que hasta entonces había sido una finca de cultivo del plátano canario, el masterplan del gran complejo turístico que hoy compone Abama Resort Tenerife, aplicando su distintivo concepto de ‘la arquitectura del vacío’ en la que las construcciones sólidas ocupan una pequeña parte del terreno, para dar continuidad a la naturaleza y paisaje circundante, dentro del propio diseño arquitectónico, creando un conjunto integrado, armonioso y donde la naturaleza, sostenibilidad y confort se dan la mano bajo el paraguas de la historia y la tradición. Tanto es así que recibe el nombre de la finca primigenia.
Este plan director de Villarroel tuvo reflejo en el denominado Plan Parcial Club de campo, redactado por el estudio GIUR, y que ha continuado desarrollándose y ejecutándose hasta hoy en día de la mano del estudio Coderch Urbanismo y Arquitectura, con el desarrollo del Plan General de Ordenación de Guía de Isora. Cuenta, también cpm la dirección del arquitecto y paisajista Juan Lima, quien ha desarrollado otros complejos turísticos en Abama, consiguiendo un entorno idílico, no solo para los huéspedes, sino también para el propio municipio y la isla. Unos proyectos cuyas zonas verdes triplican los mínimos exigidos por la normativa turística insular.
Lima, de origen tinerfeño y con cerca de 25 años de experiencia como arquitecto y paisajista, supo comprender a la perfección el concepto trazado por Melvin Villarroel y así lo puso en práctica, no sólo en los proyectos arquitectónicos de Las Terrazas de Abama Suites y de Los Jardines de Abama Suites, sino también del conjunto paisajístico que engloba ambos complejos, en una fusión de vívida naturaleza y fluidez paisajística, que discurre entre palmerales.
Más de 300 especies vegetales autóctonas, voladizos de sombras y senderos pétreos rememoran la historia natural de la zona, extendiendo el complejo hasta el mar en un desnivel de 400 metros, que cae a modo de bancales basálticos, como es tradición en la isla, hasta una hermosa y semiprivada playa de fina arena, que mira de frente al Atlántico con La Gomera de eterno faro en el horizonte.
Los jardines de The Ritz Carlton, Abama, también diseñados por el ilustre Villarroel; las más de 60 hectáreas de Abama Golf, del no menos destacable arquitecto y paisajista Dave Thomas; y todo el conjunto que engloba Abama Resort Tenerife, cuentan con más de 25.000 palmeras canarias y más de 16,5 hectáreas dedicadas, exclusivamente, a zonas ajardinadas. La exuberancia del paisaje, del verde, hacen que el conjunto del complejo turístico sea el de mayor vegetación natural de todo el sur de Tenerife.
A todo ello se suma el proyecto global de energía fotovoltaica que Lima y el resto del equipo de Coderch Urbanismo y Arquitectura, junto a IHD Ingenieros, están desarrollando con el fin de incrementar la eficiencia energética y la sostenibilidad medioambiental del resort. Una apuesta que, junto a las certificaciones ISO 14001 y EMAS, que avalan el trabajo de Abama Golf en el uso sostenible del agua, confluyen en un conjunto que no sólo tiene un presente rebosante de vegetación, sino que mira a un futuro aún más verde, para convertirse en un referente insular y nacional de sostenibilidad medioambiental en el sector turístico.