Se desvela el secreto mejor guardado de Casa Batlló

Después de más de un siglo, uno de los secretos mejor guardados de Gaudí se revela al mundo. Casa Batlló culmina uno de los proyectos más ambiciosos de su historia: la restauración de la fachada posterior y el patio privado ubicado en la Planta Noble, la antigua vivienda de la familia Batlló, recuperando el diseño original concebido por Gaudí en 1906.

Durante décadas, desde 1915, la fachada se vio afectada por alteraciones en el color y la desaparición de elementos como las jardineras y la pérgola del patio. Tras las restauraciones realizadas en las décadas de 1950 y 1990, esta constituye la primera renovación integral de estos espacios. El proceso comenzó con una rigurosa investigación que dio lugar a revelaciones sorprendentes. Con una inversión de 3,5 M€, y un amplio equipo de restauración y artesanos locales de diferentes gremios han devuelto el esplendor original de todos los materiales de la fachada: cerámica, vidrio, forja, madera y estucos.

Tras una exhaustiva planificación, la restauración se ha llevado a cabo de forma paralela en Casa Batlló y en diferentes talleres artesanales, preservando técnicas centenarias y adaptándolas a las exigencias actuales, lo que reivindica el valor de la artesanía como un patrimonio vivo, con nombres y apellidos que dan continuidad a la herencia de Gaudí.

Esta restauración coincide con el año en el que se celebra el 20º aniversario de la inscripción de Casa Batlló como Patrimonio Mundial de la UNESCO, debido a su valor universal excepcional.

Esta vez se ha restaurado un espacio íntimo y exterior ubicado junto al comedor de la vivienda, un lugar dedicado originalmente a la relajación familiar rodeado de elementos que evocaban un jardín. Según Gary Gautier, director general de Casa Batlló: “Es un privilegio vivir este momento histórico, seguir desvelando la genialidad de Gaudí para futuras generaciones y hacerlo poniendo en valor las maestrías de los saberes artesanales. Es un regalo para Barcelona y para el mundo”.

Las intervenciones que se han llevado a cabo en los diferentes espacios son:

Fachada posterior

En las paredes de la fachada se ha restaurado el estuco y el trencadís de vidrio y cerámica de los laterales y el coronamiento. En los balcones se han recuperado las rejas de hierro forjado, las ventanas y balconeras de madera, y el mosaico del pavimento, reforzando también la estructura que presentaba un estado muy deteriorado. 

Patio privado

En este espacio se han reproducido elementos desparecidos con el tiempo como las jardineras ubicadas junto a los patios de ventilación y una pérgola de brezo en forma de parábola situada originalmente en el centro del patio. También se ha replicado fielmente el pavimento formado por 85.000 piezas de mosaico Nolla, respetando las técnicas originales. También se han restaurado las rejas y puertas de hierro, y el muro del patio, incluyendo el estuco y el trencadís de vidrio y cerámica.

“Cuando descubrimos los colores originales no nos los creíamos. La fachada actual es como el negativo fotográfico de la anterior”. Así describe Xavier Villanueva, arquitecto responsable de la restauración, la emoción al recibir durante la pandemia los resultados de las primeras pruebas estratigráficas que analizaban los colores originales ocultos bajo múltiples capas de pintura en la madera, forja y estuco.

A los análisis de laboratorio se sumó una amplia investigación documental, fotográfica y arquitectónica, recurriendo al escaneado 3D, fotogrametría y otras técnicas digitales para garantizar la precisión del proyecto. “Los descubrimientos que hemos hecho se relacionan en formas, colores y materiales con el resto de Casa Batlló. Conforme restauramos llegamos a la esencia de Gaudí y toda la casa gana armonía”, añade Villanueva.

Igual que en restauraciones anteriores, otros hallazgos sorprendentes tuvieron lugar durante el proceso, como el descubrimiento del sistema de bóvedas armadas que sostienen los balcones, radicalmente innovador para la época: una estructura mixta de ladrillo y de hierro en forma de espiral, nunca vista hasta la fecha.

El esfuerzo por recuperar el esplendor original de esta obra maestra de Gaudí viene de lejos. Nina Bernat, consejera delegada de Casa Batlló y madre del actual director general, fue la impulsora de las primeras grandes restauraciones de la casa en los años 90, gracias a las cuales se consiguió el reconocimiento de Patrimonio Mundial en 2005. Nina Bernat es hija de Enric Bernat, empresario catalán conocido por ser el inventor de los dulces Chupa Chups, quien adquirió Casa Batlló en 1993. Según Nina Bernat: “Me siento muy feliz del camino recorrido durante estos años, de haber formado parte de él desde sus inicios, y de haber redescubierto junto al equipo el esplendor original de Casa Batlló, tal como la concibió Gaudí. Esta restauración es un tesoro inesperado fruto de la dedicación y el amor por el patrimonio”.

Las tareas de conservación y restauración de la Casa son constantes y bajo la dirección de Gary Gautier se han llevado a cabo en los últimos años numerosas restauraciones históricas como la de la fachada principal, el estuco de Planta Noble o el vestíbulo principal, además de recuperarse numerosos elementos decorativos y de diseño originales.

Entre las próximas restauraciones planificadas destaca la intervención en la tercera planta del edificio, un espacio con un especial interés patrimonial, ya que en ella vivieron los últimos descendientes de la familia Batlló. Esta restauración cuenta con un presupuesto de 1 millón de euros.