Agremia impulsa una campaña para sensibilizar a las pymes instaladoras sobre los riesgos de las ciberestafas
La Asociación de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía (Agremia) ha puesto en marcha una campaña dirigida a sus empresas asociadas con el fin de reforzar la prevención frente a las ciberestafas que afectan con frecuencia a pymes instaladoras. La iniciativa busca ofrecer pautas prácticas para mejorar la verificación de procesos digitales y fomentar hábitos seguros en un colectivo profesional que, por su estructura y volumen de actividad, resulta especialmente vulnerable a los fraudes telemáticos.
En la información difundida, Agremia indica que estos engaños han evolucionado hacia métodos más sofisticados, en parte debido al uso de herramientas basadas en inteligencia artificial. Este avance exige reforzar los protocolos internos de comprobación y promover una cultura preventiva entre autónomos y micropymes.
La directora General de Agremia, Inmaculada Peiró, explica que varios asociados han comunicado recientemente incidentes vinculados a fraudes en financiación de equipos y a técnicas de interceptación de comunicaciones. Estos ataques generan perjuicios económicos y comprometen la estabilidad operativa de empresas con recursos limitados para gestionar incidentes digitales.
La campaña informativa elaborada por Agremia pone el foco en los procedimientos más habituales empleados por los delincuentes. Uno de ellos consiste en suplantar la identidad de clientes que solicitan compras financiadas de equipos como calderas o sistemas de climatización. Tras presentar documentación verosímil y obtener la aprobación del crédito, los estafadores desaparecen una vez recibido el material, lo que deriva en reclamaciones posteriores de las entidades financieras a las empresas instaladoras afectadas.
Otro método detectado implica la manipulación de facturas y correos electrónicos mediante técnicas de interceptación. En estos casos, los atacantes introducen cambios en los números de cuenta asociados a los pagos con el objetivo de desviar transferencias legítimas hacia cuentas fraudulentas. Según Peiró, estos incidentes pueden comprometer la liquidez de los negocios y derivar en la pérdida de equipamiento no recuperable.
Agremia apunta que muchas de estas situaciones se producen por descuidos o brechas en la verificación de información, motivo por el que considera necesario reforzar la formación de los equipos. La organización mantiene que la mayoría de los intentos de estafa se podrían evitar mediante la revisión minuciosa de comunicaciones y la confirmación telefónica de datos sensibles, especialmente cuando intervienen pagos o documentación contractual.
La asociación ha difundido una serie de recomendaciones que incluyen la verificación por vía telefónica ante cualquier modificación en las condiciones de pago, la revisión periódica de los sistemas informáticos y el uso de contraseñas robustas con autenticación en dos pasos. También sugiere valorar la contratación de pólizas que cubran incidentes informáticos y daños derivados de fraudes telemáticos, dada la exposición creciente del sector instalador a este tipo de delitos.
Agremia ha puesto a disposición de sus asociados recursos informativos, asesoramiento y productos aseguradores orientados a mitigar el impacto de estas prácticas. Según su directora General, la ciberseguridad constituye un elemento imprescindible de la gestión empresarial, puesto que la continuidad del negocio puede depender de la capacidad para identificar irregularidades en procesos digitales habituales.
El auge de estos fraudes coincide con los datos manejados por el Instituto Nacional de Ciberseguridad, que registró 97.348 incidentes de ciberseguridad en 2024, un 16% más que el año anterior. Una parte significativa afectó a pymes, que siguen en el punto de mira de los ciberdelincuentes debido a su actividad digital intensiva y a los recursos limitados que destinan a protección informática.



