Entrevista a Ugo Valenti, director del Smart City Expo World Congress (SCEWC)
Periodista. Coordinador de contenidos en FuturEnviro e Interempresas Smart Cities · Interempresas Media
21/10/2025
El director del Smart City Expo World Congress (SCEWC), Ugo Valenti, analiza la evolución del evento que consolida a Barcelona como capital global de la innovación urbana. Con cifras récord de participación y nuevas áreas temáticas centradas en la inteligencia artificial, la movilidad sostenible y la economía azul, el congreso se afianza como punto de encuentro internacional para debatir el futuro de las ciudades inteligentes y su papel en la transformación global hacia modelos más sostenibles, inclusivos y digitales.
Desde su creación, el Smart City Expo World Congress se ha convertido en el principal foro mundial sobre innovación urbana, un espacio donde gobiernos locales, empresas tecnológicas y organizaciones internacionales comparten estrategias y soluciones para los grandes desafíos urbanos. Año tras año, el certamen ha consolidado a Barcelona como epicentro de la conversación global sobre sostenibilidad, movilidad, digitalización y bienestar ciudadano.
En su decimocuarta edición, el congreso no solo amplía sus cifras de participación, sino también su alcance conceptual. A los tradicionales ejes de tecnología, movilidad y gobernanza se suman nuevas áreas como ‘AI-enabled cities’ o el ‘Barcelona Deep Tech Summit’, centrado en el emprendimiento científico surgido del ámbito universitario.
Ugo Valenti, director del evento, subraya que la fuerza del SCEWC reside en su capacidad para reunir a expertos, instituciones y empresas de todos los continentes con el objetivo común de construir “ciudades más humanas, sostenibles e inteligentes”. En esta entrevista repasa los principales retos del sector, la evolución tecnológica del congreso y su papel como catalizador de la cooperación global entre urbes.
¿Cuál es la evolución prevista este año del Smart City Expo World Congress en cuanto a número de empresas participantes, países representados, delegaciones oficiales y superficie expositiva en comparación con la edición anterior?
Este año volveremos a alcanzar cifras récord. Más de 1.000 expositores, 600 ponentes y alrededor de 25.000 asistentes procedentes de más de 130 países. Además, la superficie expositiva también registrará crecimiento para acoger nuevas áreas como AI-enabled cities. A todo esto, volveremos a sumar los eventos que han consolidado a Barcelona como la gran plataforma del conocimiento y la innovación urbanos: Tomorrow.Mobility World Congress, Tomorrow.Building, Tomorrow.Blue Economy. Y este año, añadimos el Barcelona Deep Tech Summit a la ecuación un evento que se centra en el emprendimiento y las empresas surgidas del ámbito universitario.
“Este año volveremos a alcanzar cifras récord: más de 1.000 expositores, 600 ponentes y alrededor de 25.000 asistentes procedentes de más de 130 países”, subraya Valenti.
¿Cómo valora el desarrollo de los distintos salones internacionales sobre ciudades inteligentes celebrados en lo que llevamos de año bajo el paraguas del SCEWC? ¿Qué aprendizajes extraen de cada uno para reforzar la cita de Barcelona?
La valoración no puede ser sino positiva. Gracias a la expansión internacional de Smart City Expo podemos llegar a actores, instituciones y empresas para los que sería difícil venir a Barcelona. Además, nos permite conocer sobre el terreno las especificidades y necesidades de regiones más concretas con realidades muy específicas y trasladar esas experiencias al evento mundial de Barcelona.
Siempre hemos defendido que las ciudades son expresiones de la cultura y los ciudadanos que las integran y esas realidades construyen urbes con diferentes campos de trabajo. En América Latina, por ejemplo, se está trabajando mucho en mejorar la conectividad en un sentido amplio tanto digital como de transporte, un aspecto clave si se quieren reducir las desigualdades; en Estados Unidos, se trabaja más en soluciones tecnológicas y de recuperación de espacios en desuso como la ‘high line’ de Nueva York; y en Asia encontramos realidades como la de Singapur con soluciones tecnológicas altamente sofisticadas que permiten proporcionar servicios a distancia en campos como por ejemplo la salud, o como la de China donde el desarrollo urbano se ha acelerado tanto que se en la última década se han construido más de 100 ciudades.
“El impacto económico del congreso va más allá del turismo de negocios: genera acuerdos internacionales, contratos tecnológicos y proyección global para Barcelona”
¿En qué ámbitos tecnológicos se nota mayor aceleración o demanda? ¿Y en cuáles han detectado una desaceleración?
Aquí, de nuevo, la amplia variedad de tipología de ciudades y sus diferentes necesidades hacen que no haya una tecnología que haya perdido su utilidad. Es decir, es cierto que el impacto que la inteligencia artificial está teniendo en todos los sectores se ha hecho evidente en el ámbito urbano también. La capacidad que la IA tiene para analizar grandes volúmenes de datos, encontrar patrones y hacer predicciones o personalizar servicios la ha convertido en un catalizador extraordinario capaz de acelerar el desarrollo y despliegue de muchas soluciones y servicios. Los gemelos digitales, las infraestructuras inteligentes y los nuevos esquemas de movilidad multimodal basados en nuevos tipos de transporte sostenible también están teniendo un gran impacto.
Dicho esto, no hay tecnologías que hayan quedado obsoletas completamente y una de las virtudes de las smart cities es que no siempre la solución más disruptiva tecnológicamente tiene por qué ser la mejor. En este sentido hay un ejemplo que doy a menudo porque es extremadamente gráfico en este aspecto. Algunas ciudades de Sudamérica han tenido históricamente grandes dificultades para conectar barrios periféricos debido a una orografía complicada con muchas montañas y valles que dificultan la construcción de calles y esto suponía casi una condena a la pobreza para las poblaciones de dichos barrios por las dificultades de obtener empleos e incluso educación. La solución no vino de la mano de un sistema de transporte disruptivo, la solución auténticamente smart fue implementar una red de teleféricos, tecnología del 1800, que permitió reconectar a esos barrios y a sus habitantes al centro urbano de manera ágil.
“A lo largo de sus ediciones, Smart City Expo ha constatado la construcción de una auténtica red de ciudades, un nuevo poder diferenciado del de los Estados, con su propia agenda y principios”
¿Quiénes serán los grandes nombres del SCEWC en 2025? ¿Qué voces internacionales destacaría por la visión que aportarán sobre el futuro de las ciudades inteligentes?
Creo que la fuerza de un evento como Smart City Expo proviene de su capacidad para reunir multitud de expertos de diferentes disciplinas y perfiles. Desde alcaldes y representantes de administraciones públicas, a expertos independientes, grandes multinacionales y pequeñas ‘startups’ disruptivas. Esa combinación es la que aquí se generen nuevas ideas y se trace la ruta a un futuro urbano mejor. Es cierto que cada año tenemos unos cabezas de cartel en nuestro congreso, y la edición de 2025 no es diferente. Este año destacamos a la futuróloga Nikki Greenberg; a la experta en IA, Kate O’Neill; y al arquitecto Carlo Ratti.
“La inteligencia artificial se ha convertido en un catalizador extraordinario capaz de acelerar el desarrollo y despliegue de muchas soluciones y servicios”, constata el director de SCEWC.
El concepto de ciudad inteligente se ha ampliado en la última década hacia sostenibilidad, la inclusión, la participación ciudadana... ¿Cómo ha cambiado la agenda del congreso para adaptarse a estas nuevas dimensiones?
La agenda del congreso, su estructura, evoluciona cada año de manera paralela al propio sector. En los primeros años hablábamos sobre todo de tecnología y de cómo llevar a cabo la idea que eran las smart cities. Ahora hablamos más de ciudades para las personas y mostramos soluciones reales para transformar las ciudades. En los últimos años hemos incorporado temáticas como la vivienda, inclusión social, gobernanza digital y participación ciudadana. También abordamos cuestiones como la ética de los datos, la privacidad o la economía circular. En definitiva, el congreso ya no es solo una feria tecnológica: es una plataforma integral para repensar la ciudad como un organismo vivo en el que todas sus partes deben interactuar de manera sostenible e inclusiva.
En un contexto internacional marcado por tensiones entre grandes potencias y por un auge de políticas nacionalistas, ¿cómo puede el SCEWC seguir fomentando la cooperación global entre ciudades?
A lo largo de sus ediciones, Smart City Expo ha constatado la construcción de una auténtica red de ciudades, un nuevo poder diferenciado del de los Estados, con su propia agenda y principios. Los alcaldes hablan entre ellos y llegan a acuerdos de cooperación entre ellos sin intermediarios. Las ciudades se han convertido en el gran actor de la lucha por un futuro más justo y sostenible. No es casual: ocupan solo el 2% de la superficie del planeta, pero concentran la mayor parte de la riqueza y también del consumo de recursos y de las emisiones. Por eso hoy la agenda del congreso refleja esa centralidad: ya no hablamos solo de tecnología, hablamos de cómo las ciudades lideran la transformación global. Hemos incorporado ejes como la sostenibilidad, la inclusión, la participación ciudadana y la ética digital, porque son los ámbitos en los que las ciudades están marcando la diferencia y demostrando que son el terreno donde se juega el futuro del planeta.
“En los primeros años hablábamos sobre todo de tecnología; ahora hablamos más de ciudades para las personas y mostramos soluciones reales para transformarlas”
¿Considera que la actual coyuntura geopolítica amenaza la globalización de la innovación urbana? ¿Qué papel puede jugar un congreso internacional como el SCEWC para contrarrestar esa tendencia?
En un contexto global cada vez más complejo, el papel de Smart City Expo es el de ser un punto de reunión en el que se construyan alianzas y acuerdos. Un puente que mantiene abiertos los canales de cooperación y garantiza que las soluciones exitosas se puedan replicar en cualquier contexto y ciudad.
“El congreso ya no es solo una feria tecnológica: es una plataforma integral para repensar la ciudad como un organismo vivo”, destaca el director del SCEWC, Ugo Valenti.
¿Qué impacto económico espera generar la celebración del SCEWC en Barcelona este año, tanto en términos de negocio como de empleo y proyección internacional de la ciudad?
El impacto económico es muy relevante. Hablamos de decenas de miles de visitantes profesionales, miles de noches de hotel, consumo en restauración, transporte y servicios, pero también de un impacto estructural: acuerdos internacionales, contratos tecnológicos, atracción de inversión y proyección de Barcelona como capital global de la innovación urbana.
¿Cuál será, a su juicio, la evolución del Smart City Expo World Congress en los próximos cinco años? ¿Seguirá creciendo en tamaño o apostará por una mayor especialización en áreas clave?
Creo que veremos un crecimiento en escala, porque cada año el proceso de urbanización a escala global continúa y son muchas las ciudades y empresas que quieren participar; y a la vez en profundidad como hemos visto con la creación de eventos específicos en áreas críticas como la movilidad, la edificación o la economía azul. El futuro del Smart City Expo es seguir siendo la plataforma global de referencia para las ciudades y la innovación urbana.



