Una solución de carpintería de aluminio que prioriza la continuidad visual, funcionalidad y viabilidad constructiva

Aluval presenta Aluprom 38, un sistema abatible concebido desde una visión de la carpintería de aluminio como parte activa del proyecto arquitectónico. Diseñado para acompañar el lenguaje del edificio, facilitar su construcción y responder a las exigencias de uso cotidiano. Este sistema combina proporción, discreción formal y criterios técnicos orientados a la fabricación y la instalación.

La apertura suave y estable transmite una sensación de calidad inmediata y duradera, pensada para responder de manera eficaz al uso cotidiano y al paso del tiempo.

Aluval concibe la carpintería de aluminio como una parte esencial del proyecto arquitectónico, no solo como un elemento destinado a cerrar huecos, sino como una solución que acompaña el diseño, resuelve el uso y facilita la construcción. Desde esta filosofía se ha desarrollado Aluprom 38, un sistema abatible diseñado para integrarse con naturalidad en proyectos que buscan un equilibrio entre estética, funcionalidad y viabilidad técnica.a

El desarrollo del sistema parte de una premisa clara: ofrecer una abatible bien proporcionada, capaz de favorecer la entrada de luz natural y la continuidad visual sin imponerse al conjunto arquitectónico. Sus perfiles mantienen una presencia discreta, permitiendo que el protagonismo recaiga en el espacio, en la relación entre interior y exterior y en la lectura global de la arquitectura.

Este planteamiento facilita que la solución encaje de forma especialmente adecuada en viviendas contemporáneas, promociones residenciales y proyectos de rehabilitación que cuidan el detalle y requieren que cada elemento constructivo esté alineado con el lenguaje arquitectónico del conjunto. La experiencia de uso ha sido uno de los aspectos clave en el desarrollo del sistema.

La apertura suave y estable transmite una sensación de calidad inmediata y duradera, pensada para responder de manera eficaz al uso cotidiano y al paso del tiempo. Para el arquitecto, supone trabajar con una solución que aporta confianza al cliente final, mientras que para el constructor implica una instalación fluida, menos incidencias en obra y un comportamiento previsible del sistema una vez en funcionamiento.

La versatilidad es otro de los valores que definen este sistema. Su capacidad de adaptación a diferentes dimensiones y configuraciones facilita la toma de decisiones en fase de proyecto y permite resolver situaciones diversas sin recurrir a soluciones complejas. Esta flexibilidad resulta especialmente útil en el desarrollo de proyectos reales, donde los ajustes forman parte del proceso y disponer de sistemas coherentes y adaptables simplifica tanto la prescripción como la ejecución.

El sistema ha sido diseñado para reforzar la continuidad espacial y la relación entre estancias. La proporción de los perfiles y su correcta integración permiten que la carpintería actúe como un elemento de transición, sin interferir en la lectura arquitectónica. Esta atención al detalle responde a una forma de trabajar centrada en el proyecto, con una visión global que tiene en cuenta tanto el resultado final como los condicionantes constructivos. Además de su comportamiento en uso, responde a criterios de racionalidad en los procesos de fabricación e instalación.

Su planteamiento facilita el trabajo tanto en taller como en obra, optimizando tiempos y procesos sin renunciar a un buen acabado. Este enfoque práctico refuerza su valor como una solución realista, alineada con las necesidades de fabricantes, instaladores y direcciones facultativas.