La Directiva Europea de Eficiencia Energética en Edificios en las envolventes
María Sancho, Ingeniera. Façade Engineering Arup
27/11/2025La última revisión de la EPBD, realizada en 2024, fija metas claras:
- Reducir el consumo energético en un 11,7% para 2030 respecto a 2020.
- Eliminar progresivamente los sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles para 2040.
- Implantar edificios de consumo casi nulo y, posteriormente, cero emisiones.
En España, la transposición de la directiva implica la actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE), con la creación del nuevo documento básico de sostenibilidad ambiental (DB-SA) y la revisión del DB-HE, además de la adaptación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE).
El calendario de implantación incluye hitos relevantes:
- En 2025 se eliminarán las subvenciones a calderas fósiles y se presentará el borrador del Plan Nacional de Renovación de Edificios.
- En 2026 se publicará el CTE DB-SA, que incorporará indicadores como el Potencial de Calentamiento Global (PCG) y la hoja de ruta para evaluar el carbono durante todo el ciclo de vida del edificio.
- En 2028, todos los edificios públicos nuevos deberán ser cero emisiones.
- En 2030 esta exigencia se extenderá a todas las construcciones nuevas, además de imponer la instalación de energía solar en viviendas.
- En 2040 se prevé la eliminación total de calderas fósiles.
- En 2050 el parque edificatorio europeo deberá estar completamente descarbonizado.
La envolvente del edificio adquiere un papel central en esta estrategia. La EPBD refuerza su función como elemento clave para reducir la demanda energética y las emisiones, tanto operacionales como embebidas. Entre los requisitos técnicos destacan la limitación de la transmitancia térmica (U-value) según zona climática, el control estricto de infiltraciones mediante ensayos Blower Door, la reducción de puentes térmicos con herramientas de simulación como HULC o PHPP y la disminución del coeficiente global de transmisión de calor (K). Además, se promueve la integración de sistemas fotovoltaicos en fachadas, ante la saturación de las cubiertas, y el uso de materiales sostenibles con bajo carbono embebido, reciclados y de larga vida útil.
Por otro lado, por ejemplo, las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), reguladas por normas internacionales, se perfilan como instrumentos esenciales para evaluar el impacto ambiental de los materiales, mientras que la metodología armonizada para calcular el PCG permitirá comparar y optimizar el diseño desde las fases iniciales.
Más allá de los aspectos técnicos, la EPBD plantea una transformación conceptual: la envolvente deja de ser un sistema pasivo para convertirse en un componente activo e inteligente, capaz de producir energía, optimizar recursos y adaptarse a las condiciones ambientales. Para materializar esta visión será necesario impulsar la formación especializada, agilizar la adaptación normativa, ofrecer incentivos económicos claros, fomentar la innovación en materiales y tecnologías, e integrar la planificación energética desde la fase conceptual del proyecto.
En definitiva, la EPBD redefine la envolvente como motor de cambio hacia un futuro más eficiente, sostenible y resiliente, situándola en el centro de la estrategia europea para alcanzar la neutralidad climática





















































































