El fuego en las fachadas ligeras. Riesgos asociados a las nuevas configuraciones
La gran cantidad de permutaciones de elementos que están configurando las fachadas ligeras en la actualidad, ya sea como elementos ornamentales, biofílicos o de control solar, complican de una forma muy difícil de evaluar su comportamiento en caso de incendio.
En la ponencia se abordará un tema crítico y de actualidad desde una perspectiva técnica y normativa, destacando los aspectos de la arquitectura de fachadas considerando tanto los riesgos como las estrategias para mitigarlos.
Las diferentes configuraciones de los elementos de las fachadas actuales complican la manera de evaluar los riesgos de su comportamiento ante el fuego.
La evaluación de los riesgos derivados de un incendio en un edificio con fachadas ligeras, están asociados fundamentalmente a soluciones constructivas estándar y, por tanto, con la obligatoriedad del cumplimento de las especificaciones del CTE-DB-SI, clasificación de la reacción al fuego (EN 13501-1), reglamento de productos de construcción (UE 305/2011), RIPCI y normativas UNE, así como gran cantidad de normativas locales, autonómicas etc.
Por citar tres ejemplos básicos, las soluciones más comunes de fachada ligera son el aislamiento térmico por el exterior (SATE), los sistemas de fachada ventilada o cualquiera de las formulaciones de cerramiento ligero acristalado, como pueda ser un muro cortina.
Xavier Ferrés, de Ferrés Arquitectos y Consultores.
La mayoría de estas configuraciones tiene soluciones constructivas de “mercado”, con una concepción impecable en cuanto al uso de materiales y productos que forman un sistema, cuyos componentes tienen su comportamiento en relación al fuego que está testado y homologado en laboratorio o en los bancos de ensayos de los centros de investigación.
Se plantea una reflexión en torno a los riesgos de ignición o de favorecer la propagación del fuego a través de las fachadas que van más allá de las configuraciones convencionales, con formulaciones complejas en las que los nuevos materiales se combinan las diferentes capas aumentando la incertidumbre del comportamiento del conjunto.
Las permutaciones de materiales, productos y sistemas ya sean convencionales o innovadores, son infinitas, mezclándolos para la hoja interior; el canal de aire con tipo de paneles aislantes, films y láminas de estanqueidad, barreras de vapor y en la hoja exterior los soportes, rastreles y placas de acabado en base a composites, plásticos, elementos textiles, madera, paneles fotovoltaicos, dispositivos de iluminación, fachadas o cubiertas vegetales, entre muchos otros productos.
La ponencia plantea una reflexión en torno a los riesgos de ignición o de favorecer la propagación del fuego a través de las fachadas que van más allá de las configuraciones convencionales. Imagen: Xavier Ferrés.
Los mismos materiales de base se utilizan para los elementos de control lumínico o solar, de los que convendría también evaluar su comportamiento en relación al fuego, si es un factor de generación del incendio, su posición en la fachada, y en cualquier caso estudiar en profundidad las estrategias para minimizar el riesgo combinado con el resto de componentes en cada una de las configuraciones de fachada.
La arquitectura contemporánea avanza hacia propuestas icónicas tan complejas como heterogéneas, en las que las fachadas ligeras en particular se han convertido en el campo de experimentación de una nueva estética, a caballo entre la funcionalidad y la sostenibilidad.
Sin embargo, esta evolución formal y tecnológica no ha estado siempre acompañada por una reflexión proporcional sobre los riesgos asociados al fuego. Como cualquier actividad la arquitectura o la ingeniería, crear, especialmente si se innova, no está exento de riesgo y, por tanto, debemos asumir que las soluciones constructivas o los materiales utilizados deben ser evaluados y tratados de tal forma que se eviten o, por los menos, se minimicen los riesgos potenciales en relación al fuego.
Para ello es fundamental considerar el concepto de ‘criticidad’ para la gestión de riesgos y de seguridad, que hace referencia al nivel de importancia o de gravedad potencial que tienen un siniestro sobre las personas, los bienes, o la continuidad de la actividad. Por tanto, el conjunto de elementos que concurren en una situación, permite ser evaluada en relación a la probabilidad de que ocurra y a las consecuencias que esta pueda generar.
Es necesario considerar el factor de criticidad de los incendios en fachadas. Imagen: Xavier Ferrés.
Ante esta realidad, es necesario impulsar una visión holística y transdisciplinar, que abarque tanto la investigación como la normativa, el diseño arquitectónico y la práctica constructiva y conviene poner en valor la necesidad de una ‘cultura del fuego’ en arquitectura, que no entienda la seguridad como límite a la creatividad, sino como condición indispensable para una innovación responsable, duradera y segura para proteger los bienes y, fundamentalmente, a las personas.





















































































