Transformando el regadío español: Digitalización para la eficiencia y la sostenibilidad (II)
Mariano Larrazabal
Ing. Agrónomo
Consultor en transformación digital del sector agropecuario y agroalimentario
17/06/2025
Diez retos que requieren saneamiento en la transformación digital del regadío español
Abordar estos desafíos adicionales es crucial para lograr una transformación digital efectiva en el regadío español, promoviendo la eficiencia, sostenibilidad y competitividad del sector agrícola.
A continuación, se ofrece un resumen de los principales retos que identifico, tras un análisis específico de este ecosistema:
Reto 1. Infraestructuras de comunicación y conectividad
Actualmente, la brecha digital entre zonas urbanas y rurales sigue siendo una barrera significativa. La falta de una infraestructura de comunicación adecuada en áreas rurales dificulta la implementación de tecnologías digitales en el regadío.
Sin conectividad, los avances en digitalización pierden efectividad. La ausencia de conectividad limita la transmisión de datos en tiempo real, esenciales para sistemas de riego inteligentes.
La digitalización del regadío requiere una infraestructura de conectividad robusta. En el futuro no muy lejano, las soluciones como redes de sensores IoT con conectividad satelital serán determinantes para superar este obstáculo.
Es necesario fomentar inversiones públicas y privadas en redes de telecomunicaciones, como 5G rural y tecnología satelital, para garantizar la cobertura en zonas agrícolas. La colaboración entre gobiernos, operadores de telecomunicaciones y comunidades de regantes será clave.
- Acción: cada comunidad de regantes debería elaborar planes de mejora continua que abarquen tanto infraestructuras físicas (mejoras en redes, embalses, etc.) como la adopción progresiva de herramientas digitales.
Reto 2. Brecha digital y formación de los agricultores
El verdadero reto es la transformación digital de los talentos, y esto también incluye a los técnicos, ingenieros agrónomos y profesionales del sector. No todo el peso es del agricultor.
Es notorio que muchos agricultores carecen de las habilidades digitales necesarias para adoptar nuevas tecnologías. El recambio generacional no ha llegado y, aunque es desalentador, en muchas situaciones no se prevé que llegue.
Sin embargo, la nueva generación de agricultores con la que contamos está más familiarizada con la digitalización, lo que va a acelerar la transición. Y la llegada de la IA generará la integración en diversas plataformas de gestión, simplificando aún más el uso de estas herramientas.
Esta brecha digital, sin lugar a duda, está presente y seguirá retrasando la transformación del regadío. Por ello es fundamental invertir en formación y capacitación para que los agricultores puedan adquirir nuevas habilidades y entrenamiento en el uso de las herramientas digitales disponibles para la gestión del regadío. Hay que quitar el freno de mano y poner en el centro protagónico al agricultor.
- Acción: acompañar la inversión en tecnología con formación intensiva a los usuarios finales. Es esencial capacitar a los regantes en el manejo de las nuevas herramientas (lectura de datos, programación de riegos con apoyo informático, mantenimiento básico de sensores, etc.) y reforzar las estructuras de asesoramiento agronómico.
La transferencia de conocimiento debe considerarse tan importante como la transferencia de hardware o software.
Reto 3. Costes de implementación y financiación
Todo tiene un precio, y toda modernización digital requiere inversiones. Los altos costes iniciales ralentizan la adopción tecnológica. El nudo es: ¿El agricultor está dispuesto a pagar por tecnología que no comprende del todo? Y, si a esto le sumamos la dificultad para consolidar los números de la explotación, por más que sea evidente las ventajas económicas y en la gestión del agua a las cuales puede acceder, el nudo se puede hacer ovillo. Y si nos referimos a pequeños y medianos agricultores, la capacidad real de inversión hace que quede afuera del tablero de mando.
Como siempre he sostenido, toda solución digital debe diseñarse con un enfoque de escalabilidad y accesibilidad.
- Tres buenas noticias:
1. Existe la posibilidad de acceso a subvenciones y a planes de fomento de modelos de financiación flexible como el pago por uso o el leasing tecnológico para pequeños agricultores.
2. Con la llegada de soluciones open-source y modelos SaaS (Software as a Service), se proyecta una reducción progresiva de los costes, que permitirá a los agricultores excluidos ingresar al ecosistema digital.
3. La automatización permitirá amortizar la inversión en menos tiempo.
Reto 4. Interoperabilidad, compartición de datos y estandarización de tecnologías
Si las tecnologías no se entienden y hablan lenguajes diferentes, tenemos un problema serio. La gran diversidad de tecnologías, sistemas y plataformas generan, más que menos, problemas de compatibilidad, dificultando una gestión integrada y eficiente. Actualmente, la falta de estandarización impide el aprovechamiento de la inteligencia colectiva del sector.
La carencia de estándares dificulta la integración de datos y sistemas, sumado a la necesidad imperiosa de talento digital para dar algo de luz al túnel, esto hace tambalear la gestión eficiente del regadío y su sostenibilidad en el tiempo. Por eso, es esencial avanzar en la creación de protocolos estándar para la interoperabilidad entre distintos sistemas digitales de riego. Sería recomendable la adopción de tecnologías basadas en API abiertas y sistemas de datos en la nube.
A veces, pienso que, si las grandes empresas tecnológicas comenzaran a no solo hablar sino ejecutar colaboraciones reales en la creación de ecosistemas abiertos, los sistemas serían más integrables y eficientes. De ser así, hoy estaríamos contando otra proyección de futuro.
Reto 5. Seguridad de la información y ciberseguridad
La digitalización expone a las infraestructuras de regadío a posibles amenazas cibernéticas, de las básicas a las complejas. La protección de datos y la seguridad de los sistemas son esenciales para evitar interrupciones en el servicio y garantizar la confianza en las nuevas tecnologías. Sufrir un 'hackeo' del sistema no es nada agradable de vivir y las consecuencias pueden ser significativas en todos los sentidos.
Es imprescindible implementar sistemas de ciberseguridad avanzada, incluyendo encriptación de datos, autenticación multifactor y copias de seguridad en la nube para prevenir ataques que puedan comprometer la gestión del agua y las infraestructuras asociadas. El uso masivo de datos, su recopilación y gestión en la agricultura digital en el regadío plantea preocupaciones sobre privacidad y la protección de la información.
Es fundamental establecer medidas de seguridad y políticas claras que garanticen la confidencialidad y el uso ético de los datos recopilados en las explotaciones agrícolas. Se deben aplicar políticas de transparencia y control sobre el uso de datos en el sector del regadío y la implantación de normativas claras sobre el tratamiento de datos agrícolas será clave.
La seguridad de los datos e información se debería convertir en una columna fundamental en el sector del regadío y potenciar, de esta manera, la confianza en la digitalización. En el futuro, tanto la IA y blockchain jugarán un rol esencial en la protección de la información.
Es imprescindible implementar sistemas de ciberseguridad avanzada para prevenir ataques que puedan comprometer la gestión del agua y las infraestructuras asociadas.
Reto 6. Adaptación al cambio climático y gestión sostenible
La transformación digital debe alinearse con prácticas sostenibles que respondan al cambio climático, hoy y mañana. El sector del agua enfrenta retos para mejorar la gestión y gobernanza de un recurso cada vez más escaso, siendo la digitalización una herramienta clave para abordar con eficiencia estos desafíos.
El estrés hídrico en España es un problema creciente. La implementación de tecnologías debe enfocarse en mejorar la eficiencia en el uso del agua y la energía, contribuyendo a la sostenibilidad del sector.
El diseño de sistemas de riego digitalizados debería estar alineado con criterios de eficiencia hídrica y energética. A futuro, los sistemas de riego autónomos basados en IA y big data permitirán maximizar la eficiencia en el uso del agua.
Nota: es recomendable la implementación de sensores de humedad del suelo, predicción climática basada en IA y modelos de riego inteligente.
7. Resistencia al cambio y cultura organizativa
La cultura se come a la estrategia en el desayuno. ¿Por qué? Porque de nada sirve una planificación, tecnología, herramientas digitales, decenas de acciones orientadas a resultados si el equipo humano de cada explotación o comunidad regante no desempeña estas últimas de manera conveniente para sus fines, y con un comportamiento ligado a los valores y la misión de la empresa en cuestión.
La adopción de nuevas tecnologías puede encontrar resistencia debido a hábitos arraigados y a la percepción de riesgos asociados al cambio. Esta resistencia al cambio es un obstáculo cultural y en el agro abunda.
No obstante, en los próximos años, la presión regulatoria y la necesidad de rentabilidad impulsarán la digitalización de manera más acelerada. Es decir, los nudos de idiosincrasia se irán desatando solos por la necesidad de equilibrar las velocidades y mantener lleno el bolsillo para subsistir.
Para minimizar la resistencia al cambio, es crucial involucrar a los agricultores en el proceso de transformación digital desde el inicio. ¿Cómo? Con demostraciones en campo y casos de éxito reales que permitan visibilizar la importancia y ventajas de la adopción.
Fomentar una cultura de innovación, una mentalidad abierta a la innovación, una comunicación activa de la transformación digital del regadío y demostrar los beneficios tangibles de la digitalización al 'target' objetivo son eventos clave para ayudar a superar estas barreras.
Abordar esto requiere una estrategia integral, un pensamiento conjunto, que incluya inversiones en infraestructuras, programas de capacitación y de sensibilización, políticas de apoyo financiero, desarrollo de estándares tecnológicos, medidas de seguridad robustas, prácticas sostenibles y una cultura organizativa procambio.
8. Gestión de datos y análisis avanzado
Estamos en la era del dato y tenemos que ser permeables a ello. En mi opinión, el potencial de la digitalización del regadío radica en los datos. La implementación de tecnologías digitales en el regadío genera un gran bigdata de datos. Y aquí es fundamental la capacidad para gestionar, analizar e interpretar estos datos, siendo elemental para optimizar el uso del agua y mejorar la productividad de cada explotación agrícola.
Por eso, considero que hay que darle prioridad a las herramientas y conocimientos en análisis de datos para evitar que se convierta en una limitante del aprovechamiento de la información disponible. Es primordial desarrollar plataformas que automaticen el análisis de datos para facilitar la toma de decisiones sin requerir conocimientos avanzados.
Notas:
- Las soluciones basadas en inteligencia artificial y machine learning marcarán la diferencia.
- La aplicación de gemelos digitales que permiten simular y predecir el comportamiento de los sistemas de riego, es una de las soluciones emergentes en este ecosistema.
- Acción: habría que establecer mecanismos de seguimiento y evaluación de las iniciativas de digitalización. Definir indicadores claros y medirlos periódicamente para cuantificar los beneficios obtenidos y dar visibilidad a los resultados.
La digitalización no es un fin en sí mismo, sino la herramienta necesaria que nos ayuda a mejorar la gestión del agua.
Reto 9. Integración de energías renovables en sistemas de riego
El costo de la energía es un factor clave en la sostenibilidad del regadío. La incorporación de energías renovables como la solar o la eólica en los sistemas de riego es un desafío que puede contribuir a la sostenibilidad y reducción de costos energéticos. Sin embargo, la integración de estas fuentes requiere inversiones iniciales y adaptación de las infraestructuras existentes.
Es recomendable fomentar la autoproducción de energía mediante paneles solares y baterías de almacenamiento. Los incentivos fiscales y los programas de subvenciones deberían priorizar a estas tecnologías. En el futuro, los sistemas de riego autónomos alimentados por renovables serán una foto común en las explotaciones agrícolas.
Reto 10. Adaptación a normativas y políticas cambiantes
La regulación está evolucionando rápidamente. El sector agrícola debe adaptarse continuamente a nuevas normativas y políticas relacionadas con el uso del agua, la sostenibilidad y la digitalización. La capacidad de respuesta a estos cambios es fundamental para asegurar el cumplimiento legal y aprovechar oportunidades de financiación y apoyo institucional.
Es recomendable que las comunidades de regantes y agricultores mantengan un canal de comunicación activo con las administraciones públicas para anticiparse a cambios normativos y aprovechar ayudas disponibles. Es decir, actitud frente a las líneas de apoyo.
Aunque la transformación digital del regadío en España ha logrado avances significativos, es esencial abordar las áreas pendientes para garantizar una adopción amplia y efectiva de las tecnologías, promoviendo así la sostenibilidad y eficiencia del sector agrícola.
Lo que se viene
En el horizonte se vislumbra un regadío 4.0 donde conceptos como Internet de las Cosas (IoT), Big Data, gemelos digitales, conectividad 5G o incluso la metodología BIM (modelado de información de construcción) se integran, para revolucionar la forma de gestionar el agua.
La proliferación masiva de redes de sensores y control remoto de riego alimentarán a plataformas centralizadas en la nube, las cuales, sin duda, evolucionarán hacia centros digitales de control del regadío, donde un gestor podrá visualizar en mapas cada válvula, cada hidrante y cada parcela, recibiendo alertas de cualquier anomalía y optimizando las operaciones diarias con apoyo de IA.
Asimismo, el análisis de datos avanzará con foco en la optimización del riego de precisión, integrando datos de sensores de suelo con imágenes satelitales (índices de vegetación NDVI, humedad del terreno, etc.) y predicciones meteorológicas, para ajustar las dosis casi de forma predictiva.
Toda esta nueva galaxia digital del regadío dibuja un panorama en que el algoritmo se convierte en un nuevo aliado del agricultor, siendo su mano derecha en la toma de decisiones (dotado de cierto rigor científico antes inimaginable).
Por el impulso de la caída de costos de la tecnología solar y las políticas de fomento de energías limpia, muchas comunidades de regantes optarán por generar parte de su electricidad mediante paneles solares, pequeñas turbinas hidráulicas o incluso aprovechando el biogás de residuos agro-ganaderos locales.
La visión de un regadío 'descarbonizado' empieza a tomar luz. A lo lejos, se distingue un cambio en la forma de administrar y asignar el agua gracias a la digitalización y la tarificación volumétrica, como también, el uso por parte de las comunidades regantes de herramientas de simulación en tiempo real.
Una reflexión final
La transición hacia un regadío plenamente digitalizado es, en el fondo, un viaje de transformación cultural además de tecnológico. La innovación no se trata solo de instalar sensores o algoritmos predictivos, sino de abrazar una nueva forma de entender la gestión del agua y la energía en el campo. Significa que tanto un agricultor experimentado como un joven ingeniero agrónomo hablan un idioma común de datos y decisiones informadas. Significa saber con precisión cuánta agua se entrega a cada planta y cuánta energía cuesta hacerlo, para así poder mejorar continuamente. En definitiva, se trata de pasar de la gestión basada en la intuición y la experiencia a una gestión apoyada por evidencias y predicciones científicas, integrando lo mejor de ambos mundos.
Es importante insistir con este recordatorio: la digitalización no es un fin en sí mismo, sino la herramienta necesaria que nos ayuda a mejorar la gestión del agua. La clave del éxito residirá en la colaboración: instituciones públicas aportando visión estratégica y recursos, empresas tecnológicas innovando y adaptando soluciones a las necesidades reales del campo, comunidades de regantes compartiendo experiencias, datos y buenas prácticas, y agricultores abiertos al cambio, cocreando y participando activamente en el diseño de las soluciones que van a utilizar. Solo con esta visión conjunta se logrará que la transformación digital del regadío alcance todo su potencial.
En última instancia, el objetivo no es otro que garantizar el agua y la vida en nuestros campos para las generaciones presentes y futuras. Un regadío digital y sostenible será capaz de producir alimentos con la máxima eficiencia, incluso bajo las incertidumbres climáticas, a la vez que protegerá los ecosistemas acuáticos y aliviará la presión sobre nuestros ríos y acuíferos. Imaginemos dentro de unos años a una comunidad de regantes en la que cada decisión de riego se toma con respaldo de datos en tiempo real, donde no se desperdicie ni una gota ni un kilovatio, y donde los jóvenes quieran incorporarse al campo porque encontrarán en él un entorno innovador y prometedor.
Ese futuro es alcanzable y España está en el buen camino para conseguirlo. La transformación digital del regadío, con todo lo que conlleva, nos brinda la oportunidad de redefinir la relación con el agua en el agro, de verla no como un recurso a explotar, sino como un tesoro a gestionar con inteligencia, responsabilidad y empatía.
En ello nos va, literalmente, el futuro de nuestro medio rural.
La digitalización del regadío requiere una infraestructura de conectividad robusta. En el futuro no muy lejano, las soluciones como redes de sensores IoT con conectividad satelital serán determinantes para superar este obstáculo
La innovación no consiste solo en instalar sensores o algoritmos predictivos, sino de abrazar una nueva forma de entender la gestión del agua y la energía en el campo
La incorporación de energías renovables como la solar o la eólica en los sistemas de riego es un desafío que puede contribuir a la sostenibilidad y reducción de costos energéticos
Es necesario fomentar inversiones públicas y privadas en redes de telecomunicaciones, como 5G rural y tecnología satelital, para garantizar la cobertura en zonas agrícolas
En el horizonte se vislumbra un regadío 4.0 donde conceptos como Internet de las Cosas (IoT), Big Data, gemelos digitales, conectividad 5G o incluso la metodología BIM (modelado de información de construcción) se integran, para revolucionar la forma de gestionar el agua
La transformación digital del regadío, con todo lo que conlleva, nos brinda la oportunidad de redefinir la relación con el agua en el agro, de verla no como un recurso a explotar, sino como un tesoro a gestionar con inteligencia, responsabilidad y empatía






















