Los Estados miembros logran retrasar ciertas obligaciones clave en la nueva normativa
La UE establece controles para pesticidas, PFAS y fármacos en el agua
La Unión Europea alcanzó el 23 de septiembre un acuerdo sobre la actualización de las normas de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, tras casi tres años de negociaciones iniciadas por la Comisión Europea. El pacto, que deberá ser adoptado por el Parlamento Europeo y el Consejo, incorpora a la lista de vigilancia sustancias como pesticidas —incluido el glifosato—, un grupo de PFAS y productos farmacéuticos. Sin embargo, los Estados miembros lograron extender los plazos hasta 2039, e incluso 2045 en algunos casos, para cumplir las obligaciones, debilitando el principio de no deterioro de la Directiva Marco del Agua, informaron fuentes de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB).
Plazos dilatados para aplicar las nuevas medidas
El acuerdo alcanzado por las instituciones comunitarias obliga a los Estados miembros a supervisar y limitar la contaminación por nuevas sustancias. No obstante, los gobiernos han conseguido plazos de hasta 2039 y la posibilidad de ampliarlos a 2045 para cumplir las exigencias. Entre las novedades figura la inclusión de pesticidas como el glifosato, un grupo de PFAS y, por primera vez, productos farmacéuticos.
Además, la presión de los Estados y de la industria permitió debilitar el principio de no deterioro de la Directiva Marco del Agua (DMA) mediante dos nuevas exenciones: la autorización de impactos negativos a corto plazo y la aceptación de deterioro del estado tras la reubicación de agua o sedimentos.
Críticas de organizaciones ambientales y sociales
La Oficina Europea de Medio Ambiente considera que el acuerdo es insuficiente. Su responsable sénior de políticas para la prevención de la contaminación del agua, Sara Johansson, señaló: “Tras más de tres años de negociaciones, la UE finalmente ha acordado unas normas actualizadas sobre contaminación del agua, lo que supone un paso adelante necesario. Sin embargo, este avance se ve gravemente socavado por los plazos excesivos que se han fijado los Estados miembros para limitar la contaminación en las aguas de la UE. Esto debilita el potencial de la Directiva Marco del Agua como herramienta de prevención. Los Estados miembros deben incluir ahora medidas concretas para detener la contaminación en los cuartos planes hidrológicos de cuenca”.
Desde WWF, la responsable sénior de políticas de agua y adaptación al cambio climático, Claire Baffert, afirmó: “El acuerdo alcanzado la pasada noche es un ataque directo al acceso del agua potable y a nuestro medio ambiente, ya que permite a las empresas verter más sustancias tóxicas en nuestros ríos. Para colmo, algunos grupos de presión industriales siguen presionando a la Comisión Europea para que debilite las normas básicas de protección del agua recogidas en la Directiva Marco del Agua con más exenciones, pero esta no debe ceder a la presión y, en cambio, debe escuchar a los ciudadanos de toda Europa”.
Impacto de los pesticidas y los PFAS
La Red de Acción contra los Plaguicidas (PAN) Europa advirtió de los riesgos de no actuar de inmediato contra contaminantes específicos. Su responsable de políticas y asesora jurídica, Manon Rouby, declaró: “En toda Europa, nuestras aguas están contaminadas con TFA, un pequeño residuo de plaguicida PFAS que puede ser tóxico para la reproducción. Al no controlar inmediatamente estas sustancias en todo tipo de masas de agua, la UE pierde una oportunidad importante para abordar la protección del agua y la salud con la importancia y la urgencia que requieren”.
Por su parte, Health Care Without Harm Europe celebró la inclusión de los fármacos como contaminantes prioritarios, aunque criticó los retrasos. Erik Ruiz, director del programa Safer Pharma, señaló: “Por primera vez, Europa ha reconocido la contaminación farmacéutica como una grave amenaza para la calidad del agua: un paso adelante crucial. Pero retrasar la adopción de medidas reales supone ignorar los riesgos urgentes que los productos farmacéuticos suponen para los ecosistemas, la biodiversidad y la salud pública. Los residuos farmacéuticos y antibióticos en nuestras aguas alimentan la resistencia a los antimicrobianos, una de las mayores crisis sanitarias de nuestro tiempo”.
Riesgos para la salud y el acceso al agua
La Surfrider Foundation Europe lamentó la falta de ambición en la normativa. Lucille Labayle, responsable de calidad del agua y políticas sanitarias, afirmó: “Es un alivio efímero ver que finalmente se ha llegado a un acuerdo, tres años después de la propuesta de la Comisión. Lamentablemente, la decisión de anoche deja las aguas europeas expuestas en gran medida a sustancias nocivas durante muchos años más. Al ceder a intereses privados y miopes, los líderes de la UE han fallado a las comunidades que dependen cada día del ecosistema acuático”.
Próximos pasos en la tramitación
Los retrasos acumulados dejan poco margen a los Estados miembros para preparar medidas efectivas frente a los nuevos contaminantes en los planes hidrológicos de cuenca (PHC), que deben estar listos a finales de 2027.
El acuerdo también introduce una lista de vigilancia obligatoria para aguas subterráneas, semejante a la ya existente para aguas superficiales. Esta herramienta obliga a los Estados miembros a supervisar contaminantes emergentes en aguas subterráneas, utilizar técnicas modernas de seguimiento basadas en los efectos combinados de las sustancias y remitir periódicamente los datos de control a la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
El texto deberá ser ahora adoptado formalmente por el Parlamento Europeo y el Consejo.






















