Sustitución de tecnología ultrasónica por radar en estación de bombeo
En una estación de bombeo dedicada a la alimentación de agua, el colectivo responsable de la misma se enfrentaba a un problema crítico: los sensores de ultrasonidos instalados no ofrecían la fiabilidad necesaria para garantizar una operación segura y eficiente. Las mediciones eran inestables y, en muchas ocasiones, inexactas, lo que ponía en riesgo tanto el control del nivel como la descarga de agua, especialmente tras episodios de lluvias intensas. Esta situación obligó a reconsiderar la tecnología utilizada y explorar una alternativa más robusta y precisa.
La instalación presentaba diversos factores que complicaban las mediciones con ultrasonidos. La espuma generada durante el proceso, las marcas de grasa acumuladas en el interior del pozo y otros elementos estructurales interferían con la señal acústica, provocando errores constantes. Estos fallos no solo comprometían la fiabilidad de los datos, sino que también impactaban directamente en la operativa de la estación. Las bombas se activaban de forma incorrecta o con retraso, lo que elevaba los costes operativos y generaba un desgaste innecesario en los equipos.
Además, la necesidad de utilizar más de un sensor para controlar tanto el nivel como la descarga añadía complejidad al sistema y aumentaba el mantenimiento necesario. En definitiva, el sistema basado en ultrasonidos se había convertido en un punto débil que obstaculizaba el funcionamiento eficiente de la estación.
Solución
Frente a esta situación, el colectivo decidió sustituir los sensores ultrasónicos por una solución más fiable: un único sensor radar VEGAPULS C 21 de VEGA. Esta tecnología, basada en radar de 80 GHz, ofrecía una mayor precisión gracias a su capacidad de focalización, permitiendo detectar el nivel de agua de forma exacta incluso en presencia de espuma, grasa o estructuras internas en el pozo.
El VEGAPULS C 21, diseñado para tareas estándar en la industria del agua, no necesita contacto con el medio, lo que evita acumulaciones de suciedad o bloqueos. Su construcción robusta, con protección IP66/IP68 y materiales como el PVDF, garantiza un funcionamiento continuo incluso en condiciones adversas de temperatura o humedad. Además, la posibilidad de cubrir varias funciones con un solo sensor redujo la complejidad del sistema, simplificando tanto la instalación como el mantenimiento.
Impacto
El cambio a tecnología radar supuso una mejora inmediata en la fiabilidad de las mediciones. La estación de bombeo pasó a contar con datos estables y precisos, lo que permitió optimizar el funcionamiento de las bombas y asegurar una descarga controlada incluso en situaciones críticas. Al eliminar los errores provocados por las condiciones internas del pozo, se logró una mayor eficiencia energética y se redujeron los costes operativos.
La operativa también se vio beneficiada al contar con un sistema más sencillo y fácil de mantener. La sustitución de dos sensores por uno solo simplificó el diseño y redujo las necesidades de supervisión técnica. En definitiva, la introducción del VEGAPULS C 21 no solo resolvió los problemas existentes, sino que elevó el nivel de fiabilidad y eficiencia de toda la instalación, posicionando a esta estación como un ejemplo de modernización tecnológica en el sector del agua.
La tecnología del VEGAPULS C 21 de VEGA está basada en radar de 80 GHz, que ofrece una mayor precisión gracias a su capacidad de focalización






















