La Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas vertebra Denominaciones de Origen Españolas y constituye el representante legítimo, paritario y exclusivo de sus intereses.
Nacimiento y comienzos:
Para conocer un país hay que haber probado su pan y bebido su vino. En gran parte los sabores de España son los sabores de sus vinos, tan variados como sus tierras y sus cocinas.
La diversidad es uno de los pilares de los vinos de España, que presentan una imagen atractiva y una oferta poderosa. Esta diversidad hinca sus raíces en las prácticas culturales españolas y en su orografía; cepas y suelos son un binomio indisoluble. La climatología, única entre los países de su latitud, hace el resto.
Desde Canarias, asomada al trópico, hasta los valles fluviales de la cornisa cantábrica, y desde el Mediterráneo hasta el estrecho donde se unen los mares, pasando por los viñedos esteparios de la Meseta Central y las concas de las serraladas ibéricas y pirenaicas, una rica diversidad de aromas y sabores hacen de los vinos de España un patrimonio de la Humanidad. Blancos con o sin barrica, frescos y perfumados rosados, tintos jóvenes y de eterno matrimonio con el mejor roble, hasta finos, cavas, espumosos, generosos, licorosos de todo tipo y añejos de ancestral tradición hechos por el tiempo y el monte.
Renovación y actualidad
Más de 700.000 Has de viñedos en España están amparadas por la filosofía del origen. 61 Consejos Reguladores protegen la producción vinícola de calidad. Esto es cada día más apreciado en los mercados internacionales, donde un inspirado vigor en la exportación española marca una tendencia positiva.
Las Denominaciones de Origen españolas proyectan su identidad, el valor del “terroir” y de la cultura de la zona y de la especie (las variedades de vid allí acogidas y cultivadas) de forma pulida y esplendorosa.