Formación en ingeniería tras la pandemia
Un estudio llevado a cabo por Search Consultancy ha demostrado que el sector de la fabricación es el más afectado por la falta de personal cualificado: el 85% de las empresas sufre las consecuencias de este problema. Algunas instalaciones, como los centros de Sandvik Coromant, buscan marcar la diferencia y ofrecer formación especializada a ingenieros de todo el mundo. Sin embargo, la pandemia frenó la progresión formativa en muchos casos y la industria se ve ahora obligada a ponerse al día.
Los centros de Sandvik Coromant, repartidos por todo el mundo, se dedican a formar a sus clientes en las competencias básicas del corte de metal y a dar a conocer las tecnologías de mecanizado más avanzadas de la empresa. En estas instalaciones, los clientes pueden participar en clases magistrales, presentaciones y demostraciones que ponen de relieve los productos y las técnicas de mecanizado de Sandvik Coromant. La empresa fue la primera del sector de las herramientas de corte en implantar los centros de aplicación y, hoy por hoy, cuenta con sedes en Europa, América del Norte, América del Sur y Asia.
No obstante, las restricciones debido a la pandemia obligaron a muchas plantas de producción a cerrar sus puertas al público y las visitas se interrumpieron de forma indefinida. Como consecuencia, muchos ingenieros de la industria han estado más de 18 meses sin sumar experiencia ni recibir formación esencial. ¿Cómo solucionamos el problema?
Conéctese
La falta de competencias ha supuesto una preocupación durante muchos años, pero la crisis del coronavirus ha acentuado esta problemática en muchas empresas. Sin ir más lejos, el 58% de los participantes de una encuesta de McKinsey afirmó que atajar este problema se ha convertido en un tema todavía más prioritario tras la pandemia.
Algunas instalaciones, como los centros de Sandvik Coromant, son esenciales para ofrecer a los ingenieros una formación práctica exhaustiva que, luego, las empresas pueden aplicar a sus propias operaciones. Por ello, aunque los centros permanecieron cerrados al público, Sandvik Coromant se aseguró de apoyar a sus clientes todo lo posible. La única forma de mantener el contacto fue pasarse al terreno virtual, por lo que la empresa puso en marcha una serie de seminarios web, sesiones de formación centradas en productos y demostraciones en directo por videoconferencia.
Por ejemplo, las clases virtuales incluyeron una serie de sesiones mensuales sobre herramientas rotativas enterizas que comenzó en enero de 2021. En ella, se abordan aspectos clave del corte del metal, desde el taladrado y el fresado, hasta cuestiones más específicas como el mecanizado de aluminio para componentes de automoción y el mecanizado de composites, con el objetivo de proporcionar conocimientos de aplicación básicos a aquellas empresas que no pueden brindar esta formación desde sus instalaciones.
Sin lugar a dudas, las empresas se están tomando más en serio que nunca la brecha de competencias: muchas de ellas han empezado a invertir en formaciones cuyo principal objetivo es la especialización o la transmisión de nuevas competencias. Sin embargo, el mundo digital tiene sus límites. Las empresas —sobre todo las del sector de la fabricación— deben organizar formaciones presenciales para permitir una progresión real. Y no solo deben centrarse en su plantilla actual.
La solución al problema
Sandvik Coromant ha trabajado con muchos clientes para los que la brecha de competencias es una de las principales razones que les empujan a invertir en formación. Otro estudio de Search Consultancy acerca de esta problemática señala que el 40% de los participantes cree que la falta de candidatos cualificados es la causa más importante de que se produzca un vacío de competencias en las empresas.
Si bien es cierto que invertir en la formación de los empleados en plantilla es clave, la industria no debe perder de vista a las nuevas promociones de ingenieros. Un informe de 2020 publicado por EngineeringUK señaló que casi el 50% de los adolescentes entre 11 y 19 años sabe ‘poco’ o ‘casi nada’ sobre qué hace un ingeniero. Asimismo, la pandemia también ha retrasado la edad a la que la gente inicia su andadura en el mercado laboral: según BAE Systems, más del 40% de los jóvenes entre 16 y 24 años encuestados en Reino Unido ha puesto en stand-by sus planes laborales hasta que la crisis de la COVID-19 sea cosa del pasado.
Con el fin de apoyar a los futuros ingenieros, Sandvik Coromant colabora activamente con escuelas y universidades para ofrecer a los estudiantes formación en tecnologías básicas de corte de metal. Por ejemplo, la empresa ha trabajado con el Instituto Politécnico Rensselaer (EE UU) para producir partes de un coche de carreras para una competición universitaria. En el marco de esta colaboración, Sandvik Coromant asesoró sobre qué herramientas elegir para los componentes de aluminio de calidad aeroespacial del coche, así como sobre las técnicas de mecanizado adecuadas y sobre cómo eliminar correctamente el material. Sandvik Coromant también ofrece diferentes programas de formación que permiten a los jóvenes trabajar dos semanas en la empresa y, si ya han finalizado sus estudios, ampliar el periodo a seis meses.
Aunque los recursos virtuales ayudan a salvar temporalmente el problema, las instalaciones como los centros de Sandvik Coromant sumergen al visitante en un entorno de producción real, lo que supone un valioso método formativo. Si nos fijamos en cómo han afectado los últimos 18 meses a la formación de los ingenieros, queda patente que la brecha de competencias se ha agrandado. En el futuro, ofrecer un modelo híbrido de formación presencial y en línea a los ingenieros, independientemente de su experiencia, será clave para contar con una mano de obra cualificada.
Para más información sobre los centros de Sandvik Coromant visitar la página web https://www.sandvik.coromant.com/en-gb/events_training/pages/default.aspx