Entrevista a Javier González Varela, socio experto de Aecra

La Asociación Europea de Profesionales para el conocimiento y regulación de actividades de Seguridad Ciudadana (Aecra), ha querido contar con la visión del socio experto Javier G. Varela sobre los drones, su historia, los usos en relación con los servicios de videovigilancia en la Seguridad Privada, las ventajas de la utilización de estos dispositivos y las propuestas normativas que desde Aecra deben realizarse para una futura regulación de los drones en el ámbito de la Seguridad Privada en España.

Un drone es una aeronave no tripulada. Se pilota a distancia, pudiendo hacerse viendo o no el aparato por parte del piloto (vuelo VLOS y vuelo BVLOS respectivamente). A principios del siglo XX ya existían drones; eran zepelines dirigidos de forma remota, que se utilizaban para bombardear tropas enemigas. Antes de la Primera Guerra Mundial, en Inglaterra se daban los primeros pasos para la creación de aviones no tripulados.

Fue en 1916 cuando Elmer Sperry, Lawrence Sperry y Hewitt Peter, crearon el prototipo ‘Hewitt-Sperry’, que demostró la viabilidad de un avión automático sin piloto a bordo, tras una serie de vuelos de prueba exitosos. En los años 30 la evolución de aviones no tripulados fue asombrosa, tanto por parte de Inglaterra como venía siendo habitual hasta entonces, como por Alemania, EE UU, y cada vez más países. Aviones como ‘La Abeja Reina’, se hicieron famosos por sus increíbles posibilidades en vuelo.

Por supuesto. Seremos infinitamente más eficientes en todos los sentidos: menos costes, mayor cobertura, mayor accesibilidad, menos riesgos para los vigilantes y centros de monitorización de incidencias, mayor rapidez en asistencia ante riesgos o amenazas, menor tiempo de detección y reacción, y un larguísimo etc. Y en contra de lo que muchos consideran, no veremos un detrimento de la privacidad de las personas, por supuesto siempre que cuanto antes regulemos correcta y completamente su tenencia y uso.

Son ya muchas las utilidades previstas, y ni podemos imaginar las aún no pensadas. Podemos vigilar sin identificar individuos (salvo requerimiento judicial) a través de imágenes térmicas, y ópticas diurnas de 180º, no violando la intimidad de las personas ni afectando a su privacidad. Lo importante es generar alarmas de intrusión protegiendo al mismo tiempo la intimidad; se trata de “proteger sin desproteger”.

Avión automático ‘Hewitt-Sperry’.

Podemos incluso inmovilizar a un individuo a través de una descarga eléctrica desde el Drone, o a través de una descarga de un spray de defensa personal de uso legal en España, que permite paralizar a una persona durante varios minutos por efecto del aceite y la pimienta de los que está compuesto, al entrar en contacto directo con las vías respiratorias (el spray se considera arma, y cualquiera con 18 años puede adquirirlo en armerías presentando el carnet). Evidentemente, por asuntos como este, es por lo que es imprescindible una regulación exhaustiva del uso de los drones. Tenemos que evitar entre todos que algo útil se use de forma inadecuada o por personal no autorizado o cualificado.

Como decía, los drones serán una herramienta útil para la videovigilancia por parte de las empresas y personal de seguridad, pero por desgracia, también lo será para los delincuentes; es por ello que necesitamos una regulación que además de proteger los derechos de los ciudadanos, restrinja su uso solo a profesionales y además controle al máximo el uso dado por estos, para evitar en lo posible cualquier acto malicioso.

Creemos necesaria la inclusión de los drones en el reglamento de armas como ‘arma’ de categoría 7ª y legislar que toda persona que adquiera un drone de cualesquiera formas posibles (en tienda física, internet, segunda mano o la propia fabricación del usuario) se deba obligatoriamente antes de su uso en exteriores, pasar el trámite de gestión con la autoridad competente en materia de armas (Guardia Civil, Intervención de Armas), debiendo llevar un registro de propiedad y por supuesto de transferencias, bajas, etc.

Avión 'Abeja Reina'.

Los agentes se verían reforzados con esta medida al permitir tener una base de datos nacional de drones y sus pilotos, para consultar la documentación pertinente cuando algo resulte sospechoso, y en el momento, poder comprobar los datos registrados en base de datos policial. Sería conveniente una lista de alumnos, pilotos, tiendas, compradores, etc., con el fin de tener un control exhaustivo del uso de estas aeronaves en todo el territorio nacional. Uno de los puntos más importantes es la obligación a los operadores de cifrar sus comunicaciones; algo que de alguna forma ya recoge la normativa de Aena (evitar que terceros intercepten el Drone). Sabemos que SRF Profesional ya está trabajando en España para cifrar las comunicaciones a nivel de emisión y de obtención de imágenes, con la tecnología de la empresa española Teldat y con la de la alemana Mobotix respectivamente, y en unas semanas harán demostraciones entre otros a Protección Civil.

Reunirnos con empresas de seguridad privada, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y profesionales del mundo del Drone, para trabajar juntos en regular lo necesario para facilitar la labor de los profesionales de la seguridad, sin violar ningún derecho de la ciudadanía, y controlando e inhibiendo las actividades delictivas o simplemente inadecuadas en este tan necesario como apasionante sector.

Debemos profesionalizar este sector y evitar la enorme tasa actual de intrusismo; hoy en día cualquiera va a un centro comercial con 800€ y compra un equipo con el que cree ya puede operar, y eso es un gran error. Detrás debe haber una infraestructura, un cumplimiento estricto de la normativa, un control absoluto, y como digo, diferenciar bien el aeromodelismo del uso profesional; el aeromodelo sólo puede utilizarse en clubes de aeromodelismo, y todo lo demás debe cumplir unas normas ya estipuladas por Aesa, y máxime si su uso es para seguridad privada, y esperamos que en breve también se deba cumplir normativa del Ministerio de Interior.