Lleida, Hospitalet de Llobregat y Terrassa, las tres ciudades más seguras de Cataluña para tener un negocio, según el Barómetro de la Seguridad de Securitas Direct
Securitas Direct, compañía referente en la protección total de personas, tanto dentro como fuera de sus hogares y negocios, ha publicado los datos de su nueva edición del Barómetro de Seguridad en Negocios, un estudio que la compañía realiza de forma anual apoyándose en los saltos de alarmas e intrusiones de sus más de 1,3 millones de clientes.
De este modo, Sant Pere de Ribes y Olot se posicionan como dos de las diez ciudades con más de 30.000 habitantes más seguras de nuestro país para tener un negocio, ya que menos de un 1% de los usuarios de estas zonas han visto cómo saltaba la alarma de los diferentes negocios al detectar la presencia de intrusos.
Respecto a las ciudades catalanas con más de 100.000 habitantes más seguras, Lleida se posiciona en primer lugar, con una ratio de intrusión de un 2,6% y le siguen de cerca Hospitalet de Llobregat (2,7%) y Terrassa (2,8%). Conforman el Top 5 Sabadell (3,5%) y Badalona (4,1%).
En detalle a nivel comunitario, Lleida lidera la tabla (2,05%) como la provincia más segura, mientras que le sigue Girona (3,65%), Barcelona (4,19%) y Tarragona (4,93%).
La prevención de las intrusiones y una actuación rápida, claves para la seguridad de los negocios
“La respuesta rápida ante un incidente en un negocio es la clave, especialmente cuando se trata de robos o intrusiones, para lo cual es fundamental contar con una combinación de medidas físicas y electrónicas que aseguren el mínimo tiempo de actuación”, detalla Laura Gonzalvo, directora de Comunicación y RSC de Securitas Direct.
Así, gran parte de la clave de prevención reside en la combinación de elementos físicos con elementos electrónicos, que dificulten las intrusiones y disuadan a los posibles ladrones.
Los elementos físicos son todos aquellos que hacen que el ladrón invierta tiempo para acceder al hogar o negocio, y le obliga, además, a hacer mucho ruido para poder derribar esas barreras, dejándole más expuesto, como rejas, cerraduras, puertas blindadas.
Los elementos electrónicos son, ante todo, disuasorios y, en caso de que el ladrón decida finalmente acceder a la instalación, le apremian a abandonarla, como una alarma conectada a una central receptora de alarmas, o el dispositivo Zerovision que, además de disuadir, en caso de intrusión verificada, expulsa un humo denso y muy molesto que obliga al intruso a abandonar la instalación de inmediato. Un paso más en la lucha constante de los expertos de seguridad contra los amigos de lo ajeno.
