Los expertos de Tecnovent, S.L. realizan estudios Atex para el cumplimiento del Real Decreto 681/2003

Atex y Logística

Guillermo González, Sales & Operations, Tecnovent, S.L.29/01/2018

A día de hoy, la gestión de grandes almacenes en los que se realizan actividades logísticas suele estar sujeta a entornos donde se usan o almacenan materiales potencialmente dañinos, algunos de ellos por su capacidad de desprender polvos o gases que pueden generar atmósferas explosivas. La Directiva Atex para clasificar tanto las atmósferas explosivas como el equipamiento a utilizar en dichas atmósferas es una guía útil y necesaria para evitar deflagraciones en lugares que, en ocasiones, consideramos seguros cuando no lo son.

Cada escenario posee unas particularidades intrínsecas que obliga a los expertos en prevención a decidir si dicho escenario debe ser calificado como zona Atex. Uno de los ejemplos más ilustrativos lo encontramos en el celo que la International Maritime Organization (IMO) guarda en su trabajo a la hora de gestionar en los buques mercancía explosiva, en observancia con la Convención para la Prevención de la contaminación de los Buques (Marpol) y la Convención para la seguridad de la vida en el mar (Solas). IMO designa un seguido de códigos como subclases de la clase de materiales explosivos que pueden ser cargados, instalados y/o transportados por vía marítima.

Códigos para materiales explosivos vía marítima.

¿Son los escenarios logísticos zonas Atex?

Designar un área como zona Atex requiere detectar la posibilidad de formación de una atmósfera explosiva en cantidad suficiente para que se produzca riesgo para la salud y la seguridad de los trabajadores que allí se encuentren. Esta se clasifica de la siguiente forma:

Presencia de gases: zonas 0 (presencia permanente o prolongada de atmósfera explosiva), zonas 1 (presencia altamente probable), zonas 2 (presencia poco probable o por corto período de tiempo).
Presencia de polvos combustibles: zonas 20 (presencia permanente o prolongada de atmósfera explosiva), zonas 21 (presencia altamente probable), zonas 22 (presencia poco probable o por corto período de tiempo).

En escenarios de actividad logística, la creación de atmósferas explosivas suele darse por la acumulación de materiales almacenados que desprendan gases o polvos, y tienden a ser zonas 2 ó 22 (presencia de atmósfera explosiva poco probable, o por poco período de tiempo). Esta zonificación se debe a la elevada rotación del material almacenado, y al poco tiempo que el mismo suele permanecer tanto en almacenes como en los medios de transporte específicos (buques, camiones, aviones, trenes). No obstante, aunque la persona responsable de logística pudiera pensar que la mercancía con alta rotación no presenta mayores riesgos, no debería olvidar que los almacenes suelen ser espacios cerrados susceptibles de acumular partículas de cualquier tipo de casi todo tipo de materiales, y que una fuente de ignición puede ser algo tan insospechado como una mera superficie caliente, la electricidad estática acumulada o, incluso, ondas electromagnéticas de radiofrecuencia propias de sistemas de telecomunicaciones.

Los escenarios logísticos como las playas pueden delimitarse como zonas Atex 2. Foto de http://www.freepik.com Designed by welcomia / Freepik.

¿Qué alcance tiene este riesgo?

Tal y como se especifica, los almacenes de las empresas de transporte o logística no deben subestimar el potencial destructivo de mucha de la mercancía que almacenen, aunque sea por muy poco tiempo, en sus instalaciones. La clasificación de las áreas según la Directiva Atex se divide en zonas 0, 1 y 2 según el nivel de acumulación de gases, niebla y/o vapores de alta explosividad, y en zonas 20, 21 y 22 si la acumulación es de polvo; clasificaciones que pueden, sin duda, aplicarse también en el interior de medios de transporte.

A menudo hemos recomendado a algunas compañías de transporte el almacenaje de los productos que puedan generar atmósferas explosivas en espacios especialmente designados y con tecnología que impida la acumulación de gases o de partículas explosivas, esto es, dispositivos de alivio como paneles de venteo, apagallamas, sistemas de detección y lucha contra incendios y una correcta ventilación. El interior de un recinto logístico estará probablemente conectado a diversas fuentes de ignición, como vehículos motorizados —camiones, buques, aviones— o instalaciones eléctricas. La recomendación no es baladí; en el año 2015, una serie de explosiones en una plataforma logística de almacenaje del puerto de Tianjin provocó 173 muertos y 800 heridos, convirtiéndose el hecho en una tragedia sin precedentes. Analizadas las causas, se concluyó que la compañía logística había almacenado de manera ilegal y en ausencia de condiciones de seguridad óptimas más de 11 toneladas de materiales químicos diversos.

Conviene recordar que no es necesario que el material almacenado sea explosivo para generar una atmósfera de deflagración; basta con que los gases, vapores, nieblas o polvos que desprenda y acumule en el aire pueda generar, en contacto con oxígeno y una fuente de ignición adecuada, una explosión.

Prevención, medición, inversión

Tras años de experiencia trabajando para proteger entornos Atex, hemos llegado a la conclusión de que cualquier entorno puede acumular elementos que generen, en un momento determinado, una atmósfera explosiva. Una compañía que deba almacenar o transportar productos que desprendan partículas en el aire debería evaluar tres factores clave:

Identificación y clasificación del material a transportar o almacenar según las partículas que desprendan (gases, vapores, neblinas, polvo).
Evaluación del espacio donde serán almacenados (superficie, ventilación, acumulación).
Material y elementos de protección disponibles tanto para infraestructuras como para personas.

Son múltiples las medidas técnicas que se recomiendan utilizar, y cada una de dichas medidas se encaminan a uno de los dos siguientes objetivos: o reducir la atmósfera explosiva, o a minimizar o suprimir deflagraciones en el momento en que estas se produzcan. Además de la instalación de dispositivos mecánicos, es altamente necesario recubrir aquellas posibles fuentes de ignición (tales como cuadros eléctricos) con compuestos envolventes antideflagrantes (carcasas específicas para ese fin) que impidan la acumulación de polvos en su interior con materiales IP5X (protección contra polvo perjudicial); en caso de realizar tareas de limpieza mediante aspiración, es preciso usar aspiradores con grado de protección IP24.

Los láseres detectores de acumulación de polvo suponen una herramienta crucial para evitar atmósferas explosivas.

Entre los dispositivos recomendados para trabajar con entornos que desprendan gases, neblinas y/o vapores se recomienda la instalación de apagallamas, supresores de detonación y elementos antirretroceso; para entornos con polvo, los dispositivos más útiles para evitar dicha acumulación son válvulas rotativas, válvulas de cierre rápido o desviadores de explosión; finalmente, el avance en tecnología de medición ha dado paso a dispositivos tan útiles para la prevención como los láseres detectores de acumulación de polvo, que permite indicar en cualquier escenario si se han superado los niveles de acumulación de polvo mínimos para generar una atmósfera explosiva, siempre según los parámetros que establezcan las personas responsables de esos espacios.

El transporte de mercancías es cada vez más complejo y requiere de infraestructuras cuya sofisticación responderá a criterios no solo de eficiencia, sino de seguridad. Así será, también, en los medios de transporte, tal y como atestiguan los sistemas de supresión de llamas adaptados a camiones, y el avance en la concienciación de que tanto buques como aviones y demás vehículos son, a fin de cuentas, almacenes móviles con las mismas características que un entorno logístico inmóvil.

Para saber más:

Grados de protección IP: http://bit.ly/2DEzqVC

Organización Marítima Internacional: http://www.imo.org/es/

Real Decreto 681/2003, de 12 de junio, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo. BOE nº 145 18/06/2003: http://www.insht.es

Noticia accidente Puerto de Tianjin: http://www.bbc.com/news/world-asia-china-33844084