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Son uno de los principales problemas de salud en el trabajo en Europa y afectan a todos los ámbitos laborales

Prevención de los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo

José Ignacio Argote, Ingeniero Consultor09/03/2020
Los trastornos físicos musculoesqueléticos son la enfermedad profesional más común en Europa, que afecta a todos los ámbitos laborales y representa uno de los principales problemas de salud en el trabajo. Según el informe ‘Work-related musculoskeletal disorders: prevalence, costs and demographics in the EU - Trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo: prevalencia, costes y demografía en la UE’, publicado a finales de 2019 por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo - (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA) , el 46% de los trabajadores europeos declararon tener dolor de espalda, mientras que el 43% tenía dolor en los músculos, hombros, cuello y en las extremidades superiores. Según Eurostat, el 40% de las enfermedades profesionales reconocidas en la UE están relacionadas con los trastornos musculoesqueléticos. Son la principal causa de baja laboral, el 50% de todas las ausencias de más de tres días y del 60% en incapacidad laboral permanente.
Las enfermedades causadas en España por agentes físicos suponen el porcentaje mayoritario de los partes comunicados en 2019...

Las enfermedades causadas en España por agentes físicos suponen el porcentaje mayoritario de los partes comunicados en 2019, con un porcentaje del 85 % del total, siendo los trastornos musculoesqueléticos con un 80%, los que representan el mayor porcentaje dentro de este grupo.

En España según los datos del CEPROSS (Comunicación de Enfermedades Profesionales en la Seguridad Social) publicados el pasado 13 de enero en la web del Ministerio de Trabajo y Economía Social, 2019 se cerró con 27.343 partes comunicados de enfermedad profesional, lo que ha supuesto un incremento del 13,5% respecto a 2018. Las enfermedades causadas por agentes físicos, como viene siendo habitual, suponen el porcentaje mayoritario de los partes comunicados en 2019, con un porcentaje del 85% del total, siendo los trastornos musculoesqueléticos con un 80 %, los que representan el mayor porcentaje dentro de este grupo.

Aunque no existen cifras exactas sobre el coste de los trastornos musculoesqueléticos para las empresas y la sociedad europeas, en algunos países de Unión Europea (Países Bajos, Alemania, Finlandia y Dinamarca) y Reino Unido, lo han estimado entre el 0,5 y el 2% del PIB.

La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA)...
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA), define los trastornos musculoesqueléticos como: “Alteraciones de estructuras corporales como los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, huesos y el sistema circulatorio, causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y el entorno en el que este se desarrolla”.

Los trastornos musculoesqueléticos son una de las enfermedades de origen laboral más comunes que afectan a millones de trabajadores

Los trastornos musculoesqueléticos siguen siendo uno de los problemas de salud con mayor prevalencia en Europa. En 2017, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo - (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA), inició una actividad de investigación de cuatro años de duración sobre trastornos musculoesqueléticos (TME) relacionados con el trabajo que concluye a finales de 2020. La actividad de investigación conduce a la campaña Trabajos saludables 2020-22, que se centrará en los trastornos musculoesqueléticos.

Según el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH), los trastornos musculoesqueléticos: ‘comprenden un conjunto de lesiones y síntomas que afectan al sistema osteomuscular y a sus estructuras asociadas, es decir, huesos, músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios y sistema circulatorio.

Los esfuerzos repetitivos provocan los denominados Trastornos por Trauma Acumulativo...
Los esfuerzos repetitivos provocan los denominados Trastornos por Trauma Acumulativo. Se entiende por esfuerzos repetidos un grupo de movimientos continuos, mantenidos durante un trabajo que implica al mismo conjunto osteomuscular, provocando en él fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesiones. Se considera trabajo repetido cuando la duración del ciclo de trabajo fundamental es menor de 30 segundos. Crédito de la imagen superior izquierda Bangladesh University of Textiles.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA), define los trastornos musculoesqueléticos como: ‘alteraciones de estructuras corporales como los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, huesos y el sistema circulatorio, causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y el entorno en el que este se desarrolla’.

El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (WHO) describe que las enfermedades musculoesqueléticas relacionadas con el trabajo son de naturaleza multifactorial, siendo el ambiente de trabajo y la forma en que se realizan las tareas determinantes significativas en la aparición de estas enfermedades, a diferencia de las enfermedades profesionales específicas, donde hay una relación directa causa-efecto entre el riesgo y la enfermedad.

Pueden desde traumatismos repentinos y de corta duración, como fracturas, esguinces y distensiones o enfermedades crónicas que causan dolor e incapacidad permanentes.

Los trastornos musculoesqueléticos suelen cursar con dolor (a menudo persistente) y limitación de la movilidad, la destreza y las capacidades funcionales. La persona ve reducida su capacidad para trabajar y participar en la vida social y, como consecuencia de ello, quedan afectados su bienestar.

En la tercera encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes (ESENER) de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo...
En la tercera encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes (ESENER) de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA), que se ha se ha llevado a cabo en 2019 en más de 45.000 de empresas de todo tipo de tamaño y sectores de actividad en 33 países europeos, los factores de riesgo identificados con mayor frecuencia en la UE 28 son los movimientos repetitivos de manos o brazos en el 65% de las empresas o centros de trabajo, frente al 52% en 2014 y el levantar o mover personas o cargas pesadas ocupa la tercera posición para el 58 % de las empresas encuestadas.

Los trastornos musculoesqueléticos son lesiones físicas originadas por trauma acumulado, que se desarrollan gradualmente sobre un período de tiempo, como resultado de repetidos esfuerzos sobre una parte específica del sistema musculoesquelético, entendiendo por esfuerzos repetidos, un grupo de movimientos continuos, mantenidos durante un trabajo que implica al mismo conjunto osteomuscular, provocando en él fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesiones. La baja laboral en la mayoría de los ataques dolorosos debidos a los trastornos musculoesqueléticos dura hasta una quincena, y entre el 20 y el 40% de los trabajadores afectados experimentarán nuevos episodios dolorosos dentro del año, llegando al 85% a lo largo de la vida. Se consideran trastornos musculoesqueléticos de origen laboral aquellos que son inducidos o agravados por el trabajo que se realiza y las condiciones en que se desarrolla. Pueden ser provocados por:

  • Esfuerzos súbitos de carácter accidental produciendo lesiones tales como esguinces, torceduras, dislocaciones y fracturas. Algunos de los condicionantes de las bajas por sobreesfuerzos físicos son las malas posturas, los intentos de coger un peso desproporcionado o la falta de condiciones ergonómicas. Este es la causa de cerca del 40% de los accidentes laborales que se producen en España según el INSHT.
  • Esfuerzos repetitivos, y que provocan los denominados Trastornos por Trauma Acumulativo.

Se entiende por esfuerzos repetidos un grupo de movimientos continuos, mantenidos durante un trabajo que implica al mismo conjunto osteomuscular, provocando en él fatiga muscular, sobrecarga, dolor y, por último, lesiones. Se considera trabajo repetido cuando la duración del ciclo de trabajo fundamental es menor de 30 segundos y está definido como la realización continuada de ciclos de trabajo similares; cada ciclo de trabajo se parece al siguiente en la secuencia temporal, en el patrón de fuerzas y en las características espaciales del movimiento.

Los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo se empezaron a estudiar en los países industrializados en la segunda mitad de los años 80, y en los años 90, se publicaron más de 4.000 artículos, con resultados concluyentes de que las acciones repetitivas, junto a la fuerza utilizada y a las posturas, pueden causar microtraumatismos de tejidos y la inflamación local y sistémica. Se conoce que su origen es multicausal y prácticamente todos los trastornos musculoesqueléticos guardan relación con el trabajo.

Según la tercera encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes (ESENER) de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA), que se ha se ha llevado a cabo en 2019 en más de 45.000 de empresas de todo tipo de tamaño y sectores de actividad en 33 países europeos, los factores de riesgo identificados con mayor frecuencia en la UE 28 son los movimientos repetitivos de manos o brazos en el 65% de las empresas o centros de trabajo, frente al 52% en 2014 y el levantar o mover personas o cargas pesadas ocupa la tercera posición para el 58 % de las empresas encuestadas

Estos trastornos son generalmente, crónicos y tienen una historia natural prolongada, asociada a semanas, meses o años de exposición. El dolor es el síntoma más frecuente y muchas veces es de la única forma en que se manifiesta. No obstante, puede aparecer hinchazón, fatiga, pérdida de fuerza, limitación de la movilidad, hormigueos e incluso pérdida de sensibilidad. La aparición de estos síntomas acostumbra a ser gradual, inicialmente suelen ser leves y transitorios, pero evolucionan de manera desfavorable si no se detectan precozmente y se aplican las medidas adecuadas.

En cuanto a los efectos sobre la salud, pueden desembocar en incomodidad, molestias o dolor, el cual puede ser precursor de daños más severos, o ser un síntoma de la enfermedad misma. Así pues, abarca todo tipo de dolencias, desde molestias leves hasta lesiones irreversibles e incapacitantes, que pueden obligar a solicitar la baja laboral o, incluso, a recibir tratamiento médico, afectando a la calidad de vida y al rendimiento en la ejecución del trabajo.

Sistema musculoesquelético: trastornos y patologías relacionadas con el trabajo

En la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (WHO), los trastornos musculoesqueléticos abarcan más de 150 diagnósticos del sistema locomotor que afectan a músculos, huesos, articulaciones y tejidos asociados como tendones y ligamentos.

Los trastornos musculoesqueléticos normalmente afectan a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también pueden afectar a las extremidades inferiores y comprenden cualquier daño o trastorno de las articulaciones y otros tejidos. Los problemas de salud abarcan desde pequeñas molestias y dolores a cuadros médicos más graves que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, pueden dar como resultado una discapacidad y la necesidad de dejar de trabajar.

Los trastornos de este tipo más comunes e incapacitantes son la artrosis, el dolor de espalda y de cuello, las fracturas debidas a la fragilidad ósea, los traumatismos y las enfermedades inflamatorias sistémicas, como la artritis reumatoide y pueden afectar a: las articulaciones (artrosis, artritis reumatoide, artritis psoriásica, gota, espondilitis anquilosante);huesos (osteoporosis, osteopenia y fracturas debidas a la fragilidad ósea, fracturas traumáticas); los músculos (sarcopenia); la columna vertebral (dolor de espalda y de cuello); varios sistemas o regiones del cuerpo (dolor regional o generalizado y enfermedades inflamatorias, entre ellas los trastornos del tejido conectivo o la vasculitis que tienen manifestaciones musculoesqueléticas, como el lupus eritematoso sistémico).

El sistema musculoesquelético está formado en esencia por tejidos similares en las diferentes partes del organismo que presentan un extenso panorama de enfermedades. Los músculos son la localización más frecuente del dolor. Los trastornos musculoesqueléticos normalmente afectan a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también pueden afectar a las extremidades inferiores. Comprenden cualquier daño o trastorno de las articulaciones y otros tejidos. En la región lumbar, los discos intervertebrales son los tejidos que habitualmente presentan problemas. En el cuello y las extremidades superiores son frecuentes los trastornos de tendones y nervios, mientras que en las extremidades inferiores es la osteoartritis el proceso patológico más importante, y que como hemos señalado se conocen comúnmente como lesiones por movimientos repetitivos.

En la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (WHO)...
En la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (WHO), los trastornos musculoesqueléticos abarcan más de 150 diagnósticos del sistema locomotor que afectan a músculos, huesos, articulaciones y tejidos asociados como tendones y ligamentos.

Una visión general del sistema musculoesquelético y de las patologías relacionadas con el trabajo nos permitirán evaluar su alcance y dimensión como enfermedad profesional, que afecta a todos los ámbitos laborales y representa uno de los principales problemas de salud en el trabajo:

  • Músculos

La actividad física puede aumentar la fuerza muscular y la capacidad de trabajo mediante cambios como el aumento del volumen muscular y de la capacidad metabólica. Los diferentes patrones de actividad producen diversas adaptaciones bioquímicas y morfológicas en los músculos. Los factores de riesgo de los trastornos musculares relacionados con el trabajo son: la repetición, fuerza, carga estática, postura, precisión, demanda visual y la vibración. Los ciclos inadecuados de trabajo/descanso son un factor de riesgo potencial de trastornos musculoesqueléticos si no se permiten suficientes períodos de recuperación antes del siguiente período de trabajo, con lo que nunca se da un tiempo suficiente para el descanso fisiológico. En ocasiones, el ejercicio excesivo puede producir dolor muscular, fenómeno bien conocido por cualquiera que haya demandado un rendimiento muscular superior a su capacidad. Cuando un músculo es utilizado en exceso, se producen en primer lugar procesos de deterioro, seguidos de procesos de reparación. Si se permite un tiempo suficiente para la reparación, el tejido muscular puede acabar con unas capacidades aumentadas, sin embargo, la utilización excesiva sin tiempo suficiente para la reparación produce fatiga y altera el rendimiento muscular y que Esta puede dar lugar a cambios degenerativos crónicos en los músculos, en una utilización prolongada excesivamente.

  • Tendones

A través de los tendones se transmiten las fuerzas que mantienen el equilibrio estático y dinámico en los diversos requerimientos del trabajo. Los tendones son estructuras compuestas con haces paralelos de fibras de colágeno dispuestas en una matriz gelatinosa de mucopolisacárido. Las fuerzas ejercidas por los músculos al contraerse se denominan fuerzas de tracción porque estiran el tendón. Los factores comunes de los trastornos de los tendones tanto en los trabajadores como en los deportistas, son los esfuerzos repetidos y la sobrecarga de las unidades musculotendinosas. Los efectos de la carga repetida son evidentes en los tendones del flexor de los dedos en el antebrazo, en el punto donde contactan con las paredes interiores del túnel de carpo. Se ha demostrado que existe un engrosamiento progresivo del tejido sinovial entre los bordes del túnel del carpo y el centro, donde las tensiones de contacto sobre los tendones son máximas. Este engrosamiento va acompañado de hiperplasia sinovial y proliferación del tejido conjuntivo.

  • Huesos y articulaciones

El hueso y el cartílago forman parte de los tejidos conjuntivos especializados que constituyen el sistema esquelético. El hueso es un tejido vivo que se repone a sí mismo continuamente. Su dureza es la adecuada para la tarea de proporcionar una función de soporte mecánico, mientras que la elasticidad del cartílago lo es para proporcionar a las articulaciones la capacidad de moverse.

Tanto el cartílago como el hueso están formados por células especializadas que producen y controlan una substancia intercelular de material en su exterior. Esta substancia es abundante en colágenos, proteoglucanos y proteínas no colágenas. En la misma también están presentes minerales. Las articulaciones móviles (diartrodiales) se forman entre dos huesos que se ajustan entre sí. Las superficies articulares están diseñadas para el soporte de peso y para admitir una cierta amplitud de movimiento.

La osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articulaciones móviles, y su incidencia aumenta con la edad. Las principales articulaciones que soportan cargas propensas a la osteoartritis son la cadera, la rodilla, los pies y las articulaciones de la columna vertebral. El hombro, aunque no soporta peso, también puede sufrir diversas alteraciones artríticas. La principal alteración en la artrosis es sobre todo la degradación del cartílago.

La osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articulaciones móviles, y su incidencia aumenta con la edad...
La osteoartritis es el principal trastorno crónico de ciertas articulaciones móviles, y su incidencia aumenta con la edad. Las principales articulaciones que soportan cargas propensas a la osteoartritis son la cadera, la rodilla, los pies y las articulaciones de la columna vertebral.
  • Los discos intervertebrales

Ocupan alrededor de la tercera parte de la columna. Dado que no sólo proporcionan flexibilidad a ésta, sino que también transmiten carga, su comportamiento mecánico posee una gran influencia sobre la mecánica de toda la columna. Una elevada proporción de casos de dolor lumbar guardan relación con el disco, ya sea directamente a través de una hernia de disco, o indirectamente porque los discos degenerados someten a una tensión excesiva a otras estructuras de la columna.

El disco, al igual que otros cartílagos, está formado fundamentalmente por una matriz de fibras colágenas (incluidas en un gel de proteoglucano) y agua que, en conjunto, constituyen el 90-95 % de la masa tisular total. Su función principal función del disco es mecánica trasmitiendo la carga a lo largo de la columna vertebral permitiendo su curvatura y torsión. Las cargas sobre el disco proceden del peso corporal y de la actividad muscular, y se modifican con la postura. La carga sobre los discos depende de la postura. Las investigaciones epidemiológicas señalan que la elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de trabajos en posición de flexión o hiperextensión representan factores de riesgo para la aparición de problemas lumbares.

El tabaquismo incide en la nutrición del disco, que es muy precaria, bastando una pequeña reducción del flujo de nutrientes para que resulte insuficiente para el metabolismo normal de sus células. El consumo de cigarrillos puede producir tal reducción debido a su efecto sobre el sistema circulatorio fuera del disco intervertebral. El transporte de nutrientes como oxígeno, glucosa o sulfato al interior del disco se reduce significativamente tras sólo 20 a 30 minutos del consumo de tabaco, lo que puede explicar la mayor incidencia de dolor lumbar en los fumadores en comparación con los no fumadores.

También tiene incidencia la vibración según los estudios epidemiológicos que han demostrado que existe una mayor incidencia de dolor lumbar en los sujetos expuestos a niveles altos de vibración. La columna vertebral es susceptible a las lesiones a sus frecuencias naturales, sobre todo desde 5 a 10 Hz. Numerosos vehículos provocan vibraciones a estas frecuencias. Según estos estudios las vibraciones afectan a los pequeños vasos sanguíneos en otros tejidos, y éste podría ser también el mecanismo de este efecto en la columna vertebral y la incidencia en el dolor lumbar.

La elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de trabajos en posición de flexión o hiperextensión representan factores...
La elevación o el transporte repetidos de objetos pesados o la realización de trabajos en posición de flexión o hiperextensión representan factores de riesgo para la aparición de problemas lumbares.
  • Región lumbar

El dolor lumbar es un achaque frecuente en las poblaciones en edad laboral. Alrededor del 80 % de las personas experimentan dolor lumbar en algún momento de su vida, y se trata de una de las causas más importantes de discapacidad de corta o de larga duración en todos los grupos profesionales. Según la etiología, el dolor lumbar se puede clasificar en seis grupos:

  1. Mecánico,
  2. Infeccioso (por ejemplo, tuberculosis),
  3. Inflamatorio (por ejemplo, espondilitis anquilopoyética),
  4. Metabólico (por ejemplo osteoporosis),
  5. Neoplásico (por ejemplo, cáncer) y
  6. Visceral (dolor causado por enfermedades de los órganos internos).

En la mayoría de las personas, el dolor lumbar tiene causas mecánicas, entre las que se encuentran el esguince/distensión lumbosacra, la enfermedad degenerativa del disco, la espondilolistesis, la estenosis espinal y la fractura.

El dolor lumbar mecánico, también denominado dolor lumbar regional, que puede ser local o irradiado a una o ambas piernas (ciática). Una característica del dolor lumbar mecánico es que aparece de forma episódica, y en la mayor parte de los casos la evolución natural es favorable. En cerca de la mitad de los casos agudos, el dolor cede en dos semanas, y en casi el 90 % lo hace en dos meses. Se calcula que se cronifica uno de cada diez casos, y es este grupo de pacientes con dolor lumbar el responsable de la mayor proporción de los costes debidos a trastornos lumbares.

En los estudios epidemiológicos se ha encontrado de forma bastante constante que el dolor lumbar, la ciática o la hernia de disco intervertebral y los cambios degenerativos de la columna lumbar se asocian al trabajo físico pesado. El dolor lumbar se relaciona con el levantamiento, el transporte, el empuje o la tracción de cargas frecuentes o pesadas Se producen fuerzas de tracción elevadas dirigidas contra los músculos y ligamentos, así como una elevada compresión sobre las superficies óseas y articulares. Estas fuerzas pueden producir lesiones mecánicas de los cuerpos vertebrales, los discos intervertebrales, los ligamentos y las partes posteriores de las vértebras. Las lesiones pueden estar causadas por sobrecargas bruscas o por fatiga debida a la carga repetitiva. Los microtraumatismos repetidos, que pueden ocurrir incluso sin que la persona sea consciente de ello, han sido propuestos como causa de la degeneración de la columna lumbar.

El dolor de espalda también se asocia a las torsiones, curvaturas u otras posturas no neutras del tronco adoptadas de forma frecuente o prolongada. También se ha observado que la conducción prolongada de vehículos de motor aumenta el riesgo de padecer dolor lumbar y ciática o hernia discal. Los conductores están expuestos a una vibración de todo el cuerpo que posee un efecto adverso sobre la nutrición del disco. También pueden contribuir al riesgo los impulsos súbitos de carreteras bacheadas, la tensión postural y la manipulación de materiales por parte de los conductores profesionales.

Una causa evidente de lesiones en la espalda es el traumatismo directo causado por accidentes como caídas o resbalones. Además de a las lesiones agudas, existen pruebas de que las lesiones traumáticas de la espalda contribuyen de forma sustancial al desarrollo de síndromes lumbares crónicos.

  • Región de la columna dorsal

Los síntomas y signos más comunes en la región superior de la espalda y la columna son dolor, hiperestesia, debilidad, rigidez y/o deformidad de la espalda. El dolor es mucho más frecuente en la región inferior de la espalda (lumbar) y en el cuello que en la porción superior del tronco (dorsal). Además de los síntomas locales, los trastornos dorsales pueden ocasionar dolor que se irradia a la región lumbar y a las extremidades inferiores, al cuello y los hombros, a la caja torácica y al abdomen.

Las causas de dolor en la región dorsal de la columna son multifactoriales y a menudo confusas. Los síntomas surgen en muchos casos debido a un uso excesivo, a un estiramiento excesivo y/o habitualmente a roturas leves de los tejidos blandos.

Todos los adultos sufren cambios degenerativos de la columna que progresan con la edad, aunque la mayoría no presentan síntomas debidos a tales cambios, que a menudo se encuentran durante la investigación de otras enfermedades y suelen carecer de importancia clínica. En raras ocasiones, los cambios degenerativos en la región dorsal dan lugar a síntomas locales e irradiados, como dolor, hipersensibilidad, rigidez y signos neurológicos.

Los trabajos psicológicamente exigentes...
Los trabajos psicológicamente exigentes, con alta concentración y exigencias de calidad y cantidad de trabajo producen una mayor actividad de los músculos del cuello.
  • Cuello

El dolor y las molestias en el cuello son algunos de los síntomas más comunes asociados al trabajo. Aparecen tanto en el trabajo manual duro como en el trabajo sedentario, y los síntomas a menudo persisten durante períodos prolongados, en algunos casos durante toda la vida. De ello se deduce que los trastornos del cuello son difíciles de curar una vez que han aparecido, por lo que se debe prestar la máxima atención a la prevención primaria. Las principales razones por las que los trastornos del cuello son frecuentes en la vida laboral son:

  1. La carga sobre las estructuras del cuello se mantiene durante períodos prolongados debido a las elevadas demandas visuales del trabajo y a la necesidad de estabilización de la región del cuello-hombros cuando se trabaja con los brazos.
  2. Los trabajos psicológicamente exigentes, con alta concentración y exigencias de calidad y cantidad de trabajo producen una mayor actividad de los músculos del cuello. Esta tensión aumenta más si el trabajo es en general psicológicamente estresante, debido por ejemplo a malas relaciones laborales, a la escasa influencia sobre la organización del trabajo y a motivos similares.
  3. Los discos y las articulaciones del cuello son a menudo asiento de cambios degenerativos, cuya prevalencia aumenta con la edad. Ello reduce la capacidad de soportar las sobrecargas de trabajo. También es probable que la velocidad de degeneración aumente como consecuencia de las demandas físicas del trabajo.

Los movimientos repetitivos de las manos aumentan las demandas para la estabilización de la región del cuello y hombros, aumentando así el riesgo de problemas cervicales. Algunos factores como las altas demandas de velocidad, precisión de movimientos, o de fuerza ejercida por las manos, implican una mayor de estabilización de las regiones proximales del cuerpo, como el cuello. En los movimientos repetitivos de la cabeza, que son menos frecuentes, porque los cambios rápidos y repetidos de objetivo visual suelen realizarse mediante movimientos oculares, a menos que la distancia entre los objetos observados sea bastante grande. ocurrir, como, por ejemplo, en los grandes puestos de trabajo informáticos.

La vibración local de las manos, como ocurre al trabajar con taladros y otras máquinas vibratorias sujetadas con las manos, se transmite a lo largo del brazo, pero la fracción transferida hasta la región del cuello-hombros es mínima. Sin embargo, el hecho de sostener una herramienta vibratoria puede producir contracciones musculares en los músculos proximales del cuello-hombros para estabilizar la mano y la herramienta, lo que puede ejercer un efecto fatigoso sobre el cuello.

  • Hombro

La función del hombro es proporcionar una plataforma para la extremidad superior y para algunos de sus músculos. Aunque la articulación glenohumeral posee una amplitud de movimiento mayor que, por ejemplo, la extremidad inferior en la cadera, esta flexibilidad se ha desarrollado a expensas de la estabilidad. Mientras que la articulación de la cadera posee ligamentos muy fuertes, los de la articulación glenohumeral son escasos y débiles. Para compensar esta debilidad relativa, la articulación glenohumeral está rodeada por músculos del hombro que forman un manguito, el denominado manguito de los rotadores.

La degeneración tendinosa es a menudo el factor predisponente para el desarrollo de la tendinitis de hombro. Tal degeneración del tendón puede estar causada por una alteración de la circulación del tendón, que interrumpe el metabolismo. También el estrés mecánico puede ser una causa. La muerte de las células dentro del tendón, que produce restos en los que se puede depositar calcio, quizá sea la forma inicial de degeneración.

Existe una alta prevalencia de tendinitis del hombro entre los soldadores y los laminadores de acero, con tasas del 18 y del 16 %, respectivamente. Según un estudio comparativo entre soldadores y laminadores de acero, por un lado, y oficinistas varones por otro, los primeros tenían de 11 a 13 veces más posibilidades de padecer el trastorno, según los índices obtenidos

Estudios realizados en trabajadores industriales en Estados Unidos han demostrado una prevalencia del 7,8 % de tendinitis del hombro y enfermedad articular degenerativa (hombro) a causa de trastornos traumáticos acumulados en los trabajadores cuyas tareas implicaban el empleo de fuerza movimientos repetitivos o ambos, sobre la muñeca y las manos.

La prevención de los trastornos musculoesqueléticos del hombro relacionados con el trabajo se puede lograr mejorando las posturas del trabajo, los movimientos, el manejo del material y la organización del trabajo, y eliminando los factores externos peligrosos, como las vibraciones en mano-brazo o en todo el cuerpo. Una metodología que puede resultar ventajosa para mejorar las condiciones ergonómicas del trabajo es la ergonomía participativa, con un enfoque macroergonómico.

La vibración local de las manos, como ocurre al trabajar con taladros y otras máquinas vibratorias sujetadas con las manos...
La vibración local de las manos, como ocurre al trabajar con taladros y otras máquinas vibratorias sujetadas con las manos, se transmite a lo largo del brazo, pero la fracción transferida hasta la región del cuello-hombros es mínima. Sin embargo, el hecho de sostener una herramienta vibratoria puede producir contracciones musculares en los músculos proximales del cuello-hombros para estabilizar la mano y la herramienta, lo que puede ejercer un efecto fatigoso sobre el cuello.
  • Codo

Se ha encontrado una prevalencia excesiva de artrosis en algunos grupos profesionales cuyo trabajo conlleva la utilización intensiva de herramientas de mano u otros trabajos manuales pesados, como los mineros del carbón y los trabajadores de la construcción. La artrosis del codo se ha asociado a la vibración, aunque se cree que no es específica de la vibración.

En la prevención y el tratamiento de la artrosis del codo destaca la optimización de la carga de trabajo mediante la mejora de las herramientas y de los métodos de trabajo, a finde disminuir las cargas mecánicas impuestas a la extremidad superior, y reducir al mínimo la exposición a la vibración. Se puede realizar tratamiento con movimientos activos y pasivos para reducir al mínimo las limitaciones de la amplitud de movimiento.

La repetición frecuente de movimientos en el trabajo y las demandas elevadas de fuerza en la mano son poderosos factores de riesgo, sobre todo cuando se dan conjuntamente. La falta de costumbre de realizar un trabajo manual intensivo, ya sea como trabajador nuevo o cuando se reincorpora después de una ausencia del trabajo, aumenta el riesgo. Las posturas desviadas o dobladas de la muñeca en el trabajo y la baja temperatura ambiental también se han considerado factores de riesgo, aunque las pruebas epidemiológicas que lo apoyan son débiles.

  • Antebrazo, muñeca y mano

En la muñeca y en la mano, los tendones están rodeados por vainas tendinosas, estructuras tubulares que contienen líquido para proporcionar lubricación y protección al tendón. La inflamación de la vaina tendinosa se denomina tenosinovitis. La que se produce en el punto en que el músculo se une al tendón se denomina peritendinitis. La tenosinovitis de la muñeca se localiza en la zona de la vaina tendinosa de la muñeca, mientras que la peritendinitis lo hace por encima de la zona de la vaina tendinosa en el antebrazo. Se denomina tendinitis de inserción a una inflamación del tendón en el lugar de unión al hueso.

  • Cadera y rodilla

La articulación de la cadera es una enartrosis rodeada de ligamentos, músculos potentes y bolsas. La articulación soporta peso y posee una elevada estabilidad intrínseca junto con una gran amplitud de movimiento. La rodilla es una articulación de carga de gran importancia para caminar, mantenerse en pie, doblarse, encorvarse y acuclillarse. La rodilla es bastante inestable, y depende para el apoyo de ligamentos y músculos potentes.

La artrosis es un trastorno articular degenerativo frecuente, en el cual el cartílago resulta más o menos destruido y la estructura del hueso subyacente está afectada. La etiología de la artrosis de la rodilla y la cadera es, como en todas las enfermedades, compleja y multifactorial. Estudios recientes bien realizados han demostrado que la carga física sobre la articulación provocada por exposiciones laborales desempeña un papel como causa contribuyente al desarrollo de una artrosis prematura. La mayor parte de los estudios epidemiológicos relativos a la carga de trabajo físico son transversales y realizados en grupos profesionales, sin evaluación de las exposiciones individuales. En varios estudios se ha observado que los agricultores presentan más artrosis de cadera que otros grupos profesionales. Se ha observado que, además de los agricultores, los trabajadores de la construcción, procesadores de alimentos (trabajadores en molinos de grano, carniceros y preparadores de carne), bomberos, carteros, trabajadores de astilleros y bailarines profesionales de ballet presentan un mayor riesgo de artrosis de cadera.

Bursitis rotuliana es un trastorno frecuente en los grupos profesionales que se arrodillan con frecuencia como los soladores e instaladores de moqueta, que con frecuencia presentan engrosamiento de la bolsa prerrotuliana o infrarrotuliana superficial.

Existe una alta prevalencia de tendinitis del hombro entre los soldadores y los laminadores de acero, con tasas del 18 y del 16%, respectivamente...
Existe una alta prevalencia de tendinitis del hombro entre los soldadores y los laminadores de acero, con tasas del 18 y del 16%, respectivamente. Según un estudio comparativo entre soldadores y laminadores de acero, por un lado, y oficinistas varones por otro, los primeros tenían de 11 a 13 veces más posibilidades de padecer el trastorno, según los índices obtenidos.
  • Pierna, tobillo y pie

En general, el dolor es el síntoma principal en los trastornos de la pierna, el tobillo y el pie. A menudo sigue al ejercicio y puede ser agravado por éste. Son problemas frecuentes en estos trastornos la debilidad muscular, el déficit neurológico, los problemas para la adaptación del calzado, la inestabilidad o rigidez de las articulaciones y las dificultades para caminar y correr.

Las causas de los problemas suelen ser multifactoriales, aunque casi siempre proceden de factores biomecánicos, infecciones y/o enfermedades sistémicas. Las deformidades del pie, la rodilla o la pierna, los cambios óseos y/o de los tejidos blandos que siguen a una lesión, la tensión excesiva como las producidas por el uso repetitivo, la inestabilidad o la rigidez y el calzado inadecuado son causas habituales de estos síntomas. Pueden producirse infecciones óseas o de tejidos blandos. La diabetes, las enfermedades reumáticas, la psoriasis, la gota y los trastornos de la circulación sanguínea a menudo producen estos síntomas en la extremidad inferior.

De los numerosos síntomas del pie, el dolor secundario a tenosinovitis es bastante frecuente, sobre todo en la región del tobillo y en el arco longitudinal. Las causas de la sinovitis pueden ser deformidades del pie, como el planovalgo, estrés excesivo, ajuste inadecuado del calzado, o secuelas de fracturas y otros traumatismos, trastornos reumatológicos, diabetes, psoriasis y gota.

La sinovitis puede aparecer en muchos tendones, aunque el más frecuentemente afectado es el tendón de Aquiles. Sólo en raras ocasiones la tendinitis implica infección. Para el diagnóstico son esenciales la anamnesis y la exploración clínica. Los principales síntomas son dolor local, hiperestesia y movimientos dolorosos. Es necesario el consejo ergonómico. El calzado adecuado, la corrección de los hábitos de carrera y marcha, y la prevención de las situaciones de estrés excesivo en el trabajo. A menudo están indicados un corto período de reposo, la inmovilización y los fármacos antiinflamatorios.

La repetición frecuente de movimientos en el trabajo y las demandas elevadas de fuerza en la mano son poderosos factores de riesgo...
La repetición frecuente de movimientos en el trabajo y las demandas elevadas de fuerza en la mano son poderosos factores de riesgo, sobre todo cuando se dan conjuntamente.

Factores que aumentan el riesgo de los trastornos musculoesqueléticos

Además de los riesgos específicos que deben valorarse analizando el puesto de trabajo, también existen factores personales que podrían propiciar la aparición de estas lesiones en las áreas de trabajo. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo los agrupa en:

  • Factores individuales y personales que incluyen: antecedentes médicos. Edad y el sexo del trabajador. Capacidad física, flexibilidad… Medidas antropométricas como el peso, la altura y el índice de masa corporal. Hábito de consumo de tabaco. Agrupados estos factores individuales y personales, se podrá obtener una relación dosis-respuesta que puede variar ampliamente entre distintos trabajadores.
  • Factores biomecánicos y físicos:
    • Aplicación de fuerza, como, por ejemplo, el levantamiento, el transporte, la tracción y el empuje de cargas, así como el uso de determinadas herramientas.
    • Movimientos repetitivos.
    • Posturas estáticas, como ocurre cuando se permanece de forma prolongada en posición de pie, en cuclillas, arrodillado o con un solo apoyo de rodilla.
    • Posturas forzadas, como ocurre cuando se mantienen las manos por encima del nivel de los hombros o con los brazos en gran amplitud angular.
    • Presión directa sobre herramientas y superficies.
    • Vibraciones.
    • Entornos del lugar de trabajo fríos o muy calurosos.
    • Movimientos repetitivos.
    • Niveles de ruidos elevados que causan tensiones en el cuerpo.

La aplicación de fuerzas de gran intensidad puede suponer un esfuerzo excesivo para los tejidos afectados. Ejercemos fuerzas muy intensas en nuestro organismo especialmente cuando levantamos o manipulamos objetos pesados. Además de eso, empujar, arrastrar o sostener un objeto son actividades que, frecuentemente, nos obligan a realizar una fuerza excesiva.

Los movimientos repetitivos durante largos periodos pueden provocar fallos del aparato locomotor. Se habla de trabajo repetitivo cuando se mueven, una y otra vez, las mismas partes del cuerpo, sin posibilidad de realizar descansos puntuales o bien de variar la forma de ejercer los movimientos. Se determinan en referencia a la duración de los ciclos de trabajo, así como a la frecuencia y el grado de esfuerzo de la actividad realizada. Además, la manipulación frecuente y repetida de objetos (movimientos repetidos de miembros superiores) puede ser perjudicial para la actividad ejecutada. La aplicación de fuerzas de gran intensidad puede suponer un esfuerzo excesivo para los tejidos afectados. Ejercemos fuerzas muy intensas en nuestro organismo especialmente cuando levantamos o manipulamos objetos pesados. Además de eso, empujar, arrastrar o sostener un objeto son actividades que, frecuentemente, nos obligan a realizar una fuerza excesiva.

El esfuerzo muscular provocado por posturas forzadas y estáticas se produce cuando los músculos permanecen en tensión durante mucho tiempo para mantener una postura corporal. Si durante esas tareas el músculo no se tiene oportunidad de distenderse, puede sobrevenir la fatiga muscular, aunque la fuerza ejercida sea pequeña, y los músculos pueden entorpecerse y doler. En algunos trabajos como sostener un taladro, o permanecer en cuclillas los esfuerzos musculares estáticos en de los brazos o en las piernas cuando se permanece en cuclillas dificultan la circulación de la sangre.

También podemos tipificar como actividad muscular estática en los trabajos que: Se trabaja con el tronco inclinado. Se sostienen objetos con las manos. En las manipulaciones con las manos alejadas del cuerpo o por encima del nivel de los hombros. Se permanece de pie durante periodos de tiempo prolongados. Se trabajar con la cabeza inclinada o hacia atrás. Las vibraciones causadas por herramientas manuales, como cuando se taladra un material duro pueden afectar al aparato locomotor. También existe riesgo cuando hay vibración en todo el cuerpo generada por vehículos y plataformas como las excavadoras, los camiones y los tractores, en cuyo caso la vibración se transmite al conductor a través del asiento. En ese caso, la vibración del cuerpo entero puede ser causa de trastornos degenerativos, especialmente en la región lumbar. Finalmente, ciertos factores relacionados con el medio físico y las condiciones ambientales, también pueden influir en el esfuerzo mecánico y agravar los riesgos de que se produzcan trastornos locomotores.

  • Factores organizativos y psicosociales: trabajo con un alto nivel de exigencia. Falta de control sobre las tareas efectuadas. Escasa autonomía. Bajo nivel de satisfacción en el trabajo. Trabajo repetitivo y monótono a un ritmo elevado. Falta de apoyo por parte de los compañeros, supervisores y directivos. Ciertos factores psicosociales pueden potenciar el efecto de los esfuerzos mecánicos, o causar por sí solos trastornos del aparato locomotor, dado que acentúan la tensión muscular y afectan a la coordinación motora. Además, las influencias psicosociales asociadas a situaciones de estrés pueden amplificar los efectos de las situaciones de esfuerzo físico.
Se ha observado que, además de los agricultores, los trabajadores de la construcción, procesadores de alimentos (trabajadores en molinos de grano...
Se ha observado que, además de los agricultores, los trabajadores de la construcción, procesadores de alimentos (trabajadores en molinos de grano, carniceros y preparadores de carne), bomberos, carteros, trabajadores de astilleros y bailarines profesionales de ballet presentan un mayor riesgo de artrosis de cadera. Crédito imagen: W. L. Gore & Associates.

Normativa. Notas Técnicas de Prevención INSST. Directivas Europeas

Normativa

  • Ley 31/1995 de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.
  • RD 39/1997 de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención.
  • RD 487/1997 de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores.
  • RD 488/1997 de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización.
  • RD 486/1997 de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
  • RD 773/1997 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual.
  • RD1215/1997 de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas.

Notas Técnicas de Prevención del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSST)

  • NTP 177: Carga física.
  • NTP 311: Microtraumatismos repetitivos: estudio y prevención - Año 1993.
  • NTP 413: Carga de trabajo y embarazo.
  • NTP 629: Movimientos repetitivos: métodos de evaluación Método OCRA: actualización - Año 2003.
  • NTP 657: Los trastornos músculo-esqueléticos de las mujeres (I): exposición y efectos diferenciales - Año 2004.
  • NTP 658: Los trastornos músculo-esqueléticos de las mujeres (II): recomendaciones preventivas - Año 2004.
  • NTP 844: Tareas repetitivas: método Ergo/IBV - Año 2009.

Principales Directivas relacionadas con la prevención de los trastornos musculoesqueléticos

  • Directiva 89/391/CEE, relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y la salud de los trabajadores.
  • Directiva 90/270/CEE, relativa a las disposiciones mínimas en materia de salud y seguridad del trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización.
  • Directiva 90/269/CEE, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas.
La sinovitis puede aparecer en muchos tendones...
La sinovitis puede aparecer en muchos tendones. El calzado adecuado, la corrección de los hábitos de carrera y marcha y la prevención de las situaciones de estrés excesivo en el trabajo suelen ser beneficiosas. Crédito imagen: W. L. Gore & Associates. GTX Stretch Safety.

Bibliografía

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  13. WFH 16th International Musculoskeletal Congress, Madrid, Spain, May 10-12, 2019 Volume 25, Issue S3
El esfuerzo muscular provocado por posturas forzadas y estáticas se produce cuando los músculos permanecen en tensión durante mucho tiempo para...

El esfuerzo muscular provocado por posturas forzadas y estáticas se produce cuando los músculos permanecen en tensión durante mucho tiempo para mantener una postura corporal. Si durante esas tareas el músculo no se tiene oportunidad de distenderse, puede sobrevenir la fatiga muscular.

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