¿Cómo afrontar una situación de acoso laboral?
Paula Llull23/05/2014
Para superar una situación de mobbing, hay un paso previo, que es básico: saber identificarla. Parece fácil, pero no lo es tanto. Como decíamos la semana pasada, una situación de acoso laboral puede ser confundida con otros tipos de afectaciones laborales, como un enfrentamiento puntual, el síndrome de Burnout, una etapa de estrés o una coyuntura similar. Pero si la víctima se dirige al trabajo y siente angustia, que le falta el aire o tiene ganas de llorar, se recomienda acudir a un profesional para que le ayude a detectar si está sufriendo mobbing.
La solución a este problema no es sencilla. Hay que partir de la base de que la víctima es el principal afectado y el único que puede arreglarlo. Es decir, emocionalmente, solo puede superarlo uno mismo. La colaboración de familiares, pareja e incluso algunos compañeros de trabajo es totalmente imprescindible, pero nunca suficiente. Por último, hay que saber que la legislación juega a favor de los afectados, así que la denuncia es una opción para cerrar tan dura etapa.
Una vez identificada la situación de acoso, la víctima puede tomar ciertas precauciones y actitudes para frenar el hostigamiento. Para empezar, aunque es más fácil decirlo que hacerlo, la victima debe asumir que no es culpable de nada, de que no hay motivo alguno para ser tratado así. Es más fácil si se despersonaliza la situación, intentando racionalizar los hechos sin implicar ningún sentimiento. Se pueden plasmar en una lista u ordenarlos en voz alta.
También es importante realizar una desactivación emocional para mantener la calma y no dejar que la situación le sobrepase. Esto significa que hay que evitar autoagredirse, o peor, agredir a familiares o pareja. Con ello se producirá una inyección positiva en la autoestima del afectado, dejando con menos armas al acosador.
Por último, pero no menos importante, es necesario no quedarse pasivo frente al ataque. Es decir, hay que reaccionar, con una postura asertiva, sin levantar la voz, con la respuesta organizada, y las palabras adecuadas.
Es decisivo también que la víctima busque a su alrededor gente que haya presenciado las agresiones, o compañeros que ya hayan sufrido una situación similar. Además, familia, pareja y amigos son un apoyo positivo. Si una persona se siente sola en el trabajo y no tiene un ambiente favorable fuera de él, los daños psicológicos pueden aumentar hasta producir lesiones afectivas graves.
El trabajador agredido tiene derecho a emprender acciones legales, que pueden ir dirigidas contra el acosador, la empresa o ambos. Para empezar con un proceso de denuncia, lo primero que hay que hacer es reunir pruebas, como por ejemplo, grabar y registrar las agresiones.
Imagen tomada de Flickr
Una vez reunidas, hay que dar conocimiento de la situación a la misma empresa, dejando constancia de ello, de forma que si no toman medidas, quedará registrado. Posteriormente, se puede agotar primero la vía administrativa, y posteriormente la judicial, siempre apoyados por un profesional. Lo más complicado es probar que se ha sufrido acoso, pero si la víctima consigue reunir alguna documentación y si es posible, contar con un testimonio, la ley estará de su parte.
Aquí una lista de la legislación española actual que ampara a la víctima:
1. Código Penal, artículo 17
2. Constitución de 1978:
3. Estatuto trabajadores:
4. Ley general de sanidad, artículo 10
5. Ley de seguridad social, artículos 123 y 127
6. Código civil, artículo 1902
La solución a este problema no es sencilla. Hay que partir de la base de que la víctima es el principal afectado y el único que puede arreglarlo. Es decir, emocionalmente, solo puede superarlo uno mismo. La colaboración de familiares, pareja e incluso algunos compañeros de trabajo es totalmente imprescindible, pero nunca suficiente. Por último, hay que saber que la legislación juega a favor de los afectados, así que la denuncia es una opción para cerrar tan dura etapa.
Tácticas individuales
Una vez identificada la situación de acoso, la víctima puede tomar ciertas precauciones y actitudes para frenar el hostigamiento. Para empezar, aunque es más fácil decirlo que hacerlo, la victima debe asumir que no es culpable de nada, de que no hay motivo alguno para ser tratado así. Es más fácil si se despersonaliza la situación, intentando racionalizar los hechos sin implicar ningún sentimiento. Se pueden plasmar en una lista u ordenarlos en voz alta.
También es importante realizar una desactivación emocional para mantener la calma y no dejar que la situación le sobrepase. Esto significa que hay que evitar autoagredirse, o peor, agredir a familiares o pareja. Con ello se producirá una inyección positiva en la autoestima del afectado, dejando con menos armas al acosador.
Por último, pero no menos importante, es necesario no quedarse pasivo frente al ataque. Es decir, hay que reaccionar, con una postura asertiva, sin levantar la voz, con la respuesta organizada, y las palabras adecuadas.
Apoyarse en personas cercanas
Es decisivo también que la víctima busque a su alrededor gente que haya presenciado las agresiones, o compañeros que ya hayan sufrido una situación similar. Además, familia, pareja y amigos son un apoyo positivo. Si una persona se siente sola en el trabajo y no tiene un ambiente favorable fuera de él, los daños psicológicos pueden aumentar hasta producir lesiones afectivas graves.
Legislación a tu favor
El trabajador agredido tiene derecho a emprender acciones legales, que pueden ir dirigidas contra el acosador, la empresa o ambos. Para empezar con un proceso de denuncia, lo primero que hay que hacer es reunir pruebas, como por ejemplo, grabar y registrar las agresiones.
Imagen tomada de Flickr
Una vez reunidas, hay que dar conocimiento de la situación a la misma empresa, dejando constancia de ello, de forma que si no toman medidas, quedará registrado. Posteriormente, se puede agotar primero la vía administrativa, y posteriormente la judicial, siempre apoyados por un profesional. Lo más complicado es probar que se ha sufrido acoso, pero si la víctima consigue reunir alguna documentación y si es posible, contar con un testimonio, la ley estará de su parte.
Aquí una lista de la legislación española actual que ampara a la víctima:
1. Código Penal, artículo 17
2. Constitución de 1978:
- Artículo 10: Derecho a la dignidad personal
- Artículo 14: Derecho a la igualdad y a la no discriminación
- Artículo 15: Derecho a la integridad física y moral
- Artículo 16: Libertad ideológica y religiosa
- Artículo 18: Derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen
3. Estatuto trabajadores:
4. Ley general de sanidad, artículo 10
5. Ley de seguridad social, artículos 123 y 127
6. Código civil, artículo 1902